TEGUCIGALPA, HONDURAS.-Además de suspender a los trabajadores por una temporada, la mayoría de empresas también toman la decisión de hacer despidos por considerar que no tendrán capacidad financiera para seguir operando con la misma planilla aun cuando se abra la economía.
Cada mes de cierre significará un aumento en el desempleo, lo que solo se puede evitar con subsidios a los trabajadores o con la reapertura inteligente de forma gradual y ordenada de los diferentes rubros, sobre todo, en los que hay menos riesgo de contagios del Covid-19.
“A mes y medio del cierre se ha perdido aproximadamente el 15% de los empleos, a partir del segundo mes se podría acelerar más el porcentaje de pérdida de empleos hasta un 10% mensual”, detalló Efraín Rodríguez, presidente de la Asociación Nacional de la Mediana y Pequeña Industria de Honduras (ANMPIH).
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Significa que las empresas reducen sus planillas considerablemente, indica el sector de la Micro, pequeña y mediana empresa (Mipyme), que tienen desde 1 a 150 trabajadores. Por ejemplo una que tiene 50 empleados estaría despidiendo de cinco a siete personas cada mes que esté cerrada; una que tiene 20 cancelaría dos o tres y una de más de 100 a 20 o más.
Igual situación atraviesan las grandes empresas, afirma el sector privado e indica que pese a la apertura o las medidas, muchos negocios están cerrando operaciones.
Los análisis de la ANMPIH indican que el panorama no es nada alentador, pues proyectan que “aun con la apertura seguirá aumentando el desempleo a un menor porcentaje de un 2% a 3% mensual por período de tres a seis meses, dependiendo de cómo se vaya reactivando la economía”.
Para reactivar algunos sectores económicos “es necesario hacer obligatorio el uso de medidas de bioseguridad, para lo que el gobierno central y municipal deben generar acuerdos coercitivos para que se cumplan, y también, controlar los precios de los productos de bioseguridad”, advirtió Rodríguez.
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El director ejecutivo de la Cámara de Comercio e Industria de Tegucigalpa (CCIT), Rafael Medina, explica que el impacto varía dependiendo del sector y el grado de afectación o cierre.
“Las empresas se están quedando con el mínimo de operación, en casos de gastronomía y turismo, por ejemplo, (han reducido la planilla) casi el 100% al igual que en comercio minorista”, comentó Medina.
Para evitar mayores despidos, las empresas han suspendido a 120,000 trabajadores, el 85% podrá acceder a un aporte de 6,000 con el Régimen de Aportaciones Privadas (RAP) por tres meses.
Los trabajadores
Representantes de los trabajadores enfatizan que se debe priorizar la salud de los empleados y que se abra la economía de forma gradual. Sobre todo, piden que se haga con el visto bueno y los análisis técnicos de los expertos en salud.
“Me parece que se puede abrir pero paulatinamente sin poner en riesgo la salud pública. Algunos rubros deben abrirse con mucha calma, las empresas donde hay aglomeración es una imprudencia en este momento”, manifestó Héctor Escoto, dirigente obrero y presidente del Sindicato de Trabajadores del Seguro Social.
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Para José Luis Baquedano, miembro de la Confederación Unitaria de Trabajadores de Honduras (CUTH), para tomar la decisión de abrir “tienen que tener la opinión de los expertos. En este momento no tenemos las condiciones para garantizar la salud y la vida de los trabajadores”.
Baquedano sostiene que debe haber un mayor esfuerzo por parte de los empresarios para sostener a los empleados mientras pasa el pico de la pandemia. También instan al gobierno a tomar medidas para apoyar a los trabajadores informales que no tienen ningún ingreso.