El aeródromo regional más utilizado está en el olvido: Gracias a Dios urge de pista decente

GRACIAS A DIOS, HONDURAS.- A 5,000 pies de altura la aeronave comienza a descender entre las esponjosas nubes, la nariz va en dirección al norte de la pista. Desde arriba se divisa la plataforma de tierra roja, ese es el aeropuerto -si cabe el nombre- de Puerto Lempira, Gracias a Dios.

La zona de impacto de aterrizaje no es más que una polvorienta calle de unos 1,500 metros de largo, por donde generalmente pasan vacas y personas, carros y motos, que juegan al gato y al ratón cuando ven que se aproxima una aeronave.

Por años los gobiernos centrales se han olvidado de atender la infraestructura del complejo aeroportuario de Gracias a Dios, esa es la queja de la población en general, de las autoridades locales y de los diputados del Congreso Nacional.

Si bien las operaciones aéreas son las más rigurosas en seguridad a nivel del mundo, en Gracias a Dios es todo lo contrario, al grado que avionetas han chocado con motocicletas en medio de la pista.

Así pasó hace una mes, el 3 de julio de 2023 para ser precisos, cuando la avioneta Cessna U206G, con matrícula HR-NCH, impactó con una motocicleta que transitaba por la pista justo en el momento del aterrizaje. Murieron dos personas.

Ante esto la Unidad de Datos de EL HERALDO Plus analizó el movimiento de pasajeros y de vuelos registrados en los últimos cinco años y los primeros meses de este 2023.

Por medio de la solicitud de información pública SOL-AHAC-116-2023, la Agencia Hondureña de Aeronáutica Civil (AHAC) proporcionó los datos de la actividad aérea en la pista de aterrizaje.

No obstante, declararon en reserva los informes de auditoría sobre las condiciones del aeródromo y la razón para no mejorar sus instalaciones, las cuales están a cargo de la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena).

Las cifras indican que el movimiento de pasajeros es significativo en este aeródromo, principalmente antes de la pandemia de covid-19, cuando la economía de Honduras estaba mejor.

Por ejemplo, en 2018 se movilizaron 18,006 personas, de estas 9,066 fueron registradas como entradas y 8,940 salidas; la cifra tuvo un leve incremento en 2019, cuando se registraron 18,882 movimientos, 9,328 eran entradas y 9,554 salidas.

Para 2020, cuando se registró la pandemia de covid-19 los movimientos de esta pista cayeron estrepitosamente, a 3,974. Luego, en 2021, cuando se anunció la reapertura de las terminales aéreas, subieron a 8,641.

La recuperación de las actividades aéreas no ha sido fácil a nivel mundial y Honduras no es la excepción, pues en 2022 la olvidada pista de Puerto Lempira apenas registró 9,694 movimientos de pasajeros.

De esa cantidad de personas, 4,699 fueron registrados como entradas y 4,995 como salidas, la mitad de lo que se movía en tiempos prepandemia.

No obstante, la utilidad de este aeropuerto con pista de tierra sigue siendo fuerte, pues hasta junio de 2023 habían registrado 4,559 movimientos de pasajeros: un total de 2,199 salidas y 2,440 entradas.

Eduardo Sinclair, alcalde de Puerto de Lempira, cuestionó en entrevista con la Unidad de Datos de EL HERALDO Plus que cómo es posible que se hayan invertido millones de lempiras en las pistas de Tela, en Atlántida; de Gracias, en Lempira; en Río Amarillo, Copán, en Choluteca, Choluteca; y otros que no tienen un movimiento como la terminal de Puerto Lempira.

Los datos proporcionados por la AHAC dan la razón al funcionario local, pues evidencian que al cierre de 2021 el aeródromo de Gracias, Lempira solo registró 123 movimientos; Río Amarillo en Copán apenas seis vuelos; y El Aguacate de Olancho, con 51 entradas y salidas.

Lo mismo sucede con Choluteca (154 vuelos) y Tela (75).

“Esas pistas solo tienen un impacto tal vez cada tres meses y aquí el aeródromo es nuestra máxima vía de comunicación para las ciudades y hasta para sacar los enfermos”, declaró el jefe municipal.

Lamentó que todos los gobiernos anteriores dejaron en el olvido a la región, sabiendo que muchas vidas están en peligro, pero en esta administración prometieron invertir en la pista, no obstante, siguen a la espera.

Según la AHAC, la pista de Puerto Lempira es identificada con el código de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) como PLP, mientras que el de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) es el MHPL.

Las aerolíneas que operan hacia esta terminal son Castillo Mourra Airlines (CM Airlines), desde el aeropuerto Toncontín de Tegucigalpa; mientras que en Golosón de La Ceiba, Atlántida, opera Líneas Aéreas de Honduras (Lanhsa). También estaba Aereocaribe de Honduras, que cerró operaciones en febrero de 2020.

También se registran en promedio unos 500 vuelos privados por año hasta la pista de aterrizaje de Puerto Lempira.

La Unidad de Datos de EL HERALDO Plus estableció que los vuelos hacia esta terminal aérea van en ascenso, siendo muy utilizada por las aeronaves de las aerolíneas comerciales.

Para el caso, en el año 2018 fueron contabilizados 1,549 vuelos, comerciales; en el 2019 ascendió a 1,733, pero en el 2020, con la llegada de la pandemia de covid-19, la actividad aérea se fue a pique, con 952 vuelos registrados.

La necesidad de salir del departamento más alejado de Honduras, dividido en la selva y el mar del resto del país, hizo que en el 2021 despegaran los vuelos nuevamente.

Para ese año se registraron 2,078 vuelos, pasando en 2022 a 2,240 y en los primeros meses de 2023 ya sumaban 1,020 operaciones aéreas, evidenciando que sí es un pista con mucha utilidad.

Según el alcalde municipal, la principal vía de comunicación de Gracias a Dios es el avión, ya que en botes cargueros para llegar a La Ceiba, Atlántida, se tardan 36 horas, casi dos días.

También habían unas lanchas rápidas que se están aproximadamente siete horas en llegar, pero son un riesgo en alta mar, el que va y logra pasar no vuelve a viajar así, confió.

El pasaje en avión hasta La Ceiba, Atlántida, es de 2,800 lempiras, solo la ida; mientras que para Tegucigalpa oscila en los 5,000 lempiras.

En ese sentido, no importa qué institución se haga de la inversión en la pista, pero la necesidad es evidente, por eso fueron a pedir ayuda a la presidenta Xiomara Castro, en casa de gobierno y al Congreso Nacional, con su presidente Luis Redondo, dijo el alcalde.

No obstante, ninguna de las autoridades responsables dio muestras de estar haciendo algo para mejorar las condiciones de esta pista de aterrizaje.

En la SIT respondieron a la Unidad de Datos de EL HERALDO Plus que recuperar esa pista de aterrizajes es responsabilidad del Servicio Aerportuario Nacional (SAN), igual lo declaró el ministro de defensa, José Manuel Zelaya.

No obstante, Ricardo Martínez, titular de la SAN, en comunicación con EL HERALDO Plus declaró que “ese aeródromo no está bajo nuestra jurisdicción, no tengo ni idea a quién le corresponde, creo que es del Ejército”.

Luego que pasó el accidente donde fallecieron dos personas, se le hizo conciencia a la población de los peligros de cruzarse, así que se reconstruyó el cerco perimetral.

También se instalaron señales de precaución, pero es lo único que pueden hacer las autoridades locales, ya que sus recursos no les ajustan para invertir en una mejor pista.

Además se debe recuperar la torre de control que está abandonada, igual pasa con una terminal para pasajeros que no se ha utilizado y se va deteriorando con el paso del tiempo.

Se piensa también que de hacer una nueva pista, lo mejor sería en otra zona, porque donde está ahora es muy céntrico, ya que hasta centros educativos se han construido.

Según la AHAC los pilotos que vuelan en base a las regulaciones RAC OPS 1 para las operaciones comerciales, deberán contar con los entrenamientos de acuerdo con las aeronaves.

Cuando el peso máximo de despegue sea superior a los 5,700 kilogramos, es decir, unas 12,500 libras, todos deben contar con el entrenamiento específico en el tipo de aeronave que tenga el operador aéreo.

Lo mismo pasa con las aeronaves con un peso inferior a los 5,700 kilogramos, los pilotos deberán contar con experiencia reciente para poder aterrizar y despegar en ese tipo de pistas.