Alertan sobre caída de un millón de quintales de frijol en cosecha de postrera de 2023
Las autoridades de la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG) informaron que trabajan para lograr producir la demanda nacional del próximo año y amortiguar las proyecciones de pérdidas de los agricultores. Cenaos pronostica que El Niño se irá hasta junio de 2024.
Los productores este año han perdido hasta la semilla, debido a que sembraron varias veces esperando las lluvias, que han sido escasas debido al fenómeno de El Niño.
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TEGUCIGALPA, HONDURAS.- “Este año ya es imposible sacar cosecha, ha sido muy seco y vamos a esperar el próximo, confiamos en Dios que llueva”. Esa fue la expresión de Milton López, un pequeño agricultor de Texiguat, El Paraíso, mientras el sudor humedecía su frente.
Al igual que muchos agricultores del país, Milton ha perdido su calendario ancestral para sembrar, ya no sabe con certeza si va a llover a finales de abril o mayo, o si la canícula terminará en agosto.
Este año la aguda sequía ha golpeado fuerte, casi los ha noqueado, pues en la siembra de primera -entre abril y julio- las lluvias fueron muy bajas, mientras que la canícula, que generalmente termina a finales de agosto, se extendió hasta septiembre y octubre.
Octubre siempre ha sido un mes lluvioso, pero fue hasta hace unos días que cayeron los primeros torrenciales, que llegaron a humedecer las áridas y sedientas parcelas, donde esperaba la semilla para germinar.
La Secretaría de Gestión de Riesgos y Contingencias (Copeco) elevó el pasado 15 de junio a alerta roja a un total de 140 municipios del país, debido al impacto de la sequía, provocada por el fenómeno de El Niño.
De acuerdo a los análisis del Centro de Estudios Atmosféricos Oceanográficos y Sísmicos (Cenaos), en Honduras, por lo general, El Niño produce una canícula más intensa y larga.
Los departamentos más afectados generalmente son Choluteca, Valle, El Paraíso, Francisco Morazán, La Paz y Ocotepeque, así como el sur de los departamentos de Comayagua, Intibucá y Lempira.
Los fenómenos de El Niño intensos en Honduras ocurrieron entre 1982-1983, 1997-1998, 2014-2015, dejando pérdidas millonarias en muerte de ganado, cultivos de granos básicos, disminución en la producción de camarones y plagas.
Sin embargo, este año la sequía también ha golpeado con fuerza los municipios del norte de Olancho, parte de Yoro y Colón, donde se produce mucho frijol, declaró a la Unidad de Datos de EL HERALDO Plus Dulio Medina, presidente de la Asociación Nacional de Productores de Granos (Prograno).
Alarmante
El productor proyectó que la pérdida en frijoles este año en total podría ser de un millón de quintales, situación que suena alarmante, pues este grano es de primera necesidad para Honduras.
Las estimaciones salen a partir de los reportes de los productores a nivel nacional, que registraron hasta dos meses sin lluvia, además lo que queda del año es muy poco tiempo para recuperarse.
Lo anterior quiere decir que si la producción nacional de frijol ronda los 2.9 millones de quintales anuales, este año se llegaría a unos dos millones, pronosticó Medina.
Datos del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) muestran que en 2022 Honduras produjo un total de 2,903,800 quintales de frijol rojo e importó 136,485 quintales.
Eso permitió abastecer el mercado nacional con una oferta interna de tres millones de quintales. Se estima que el consumo per cápita de cada hondureño al año de frijoles es de 70 libras, según el IICA.
Medina expuso que las siembras de postrera que inician en agosto se vieron afectadas porque no llovió todo septiembre, tampoco hubo lluvia regular en agosto y en los primeros días de octubre.
Durante alrededor de dos meses no cayó agua en los cultivos, sobre todo en las zonas más productivas del país y eso provocará una significativa baja en la oferta nacional de frijoles el próximo año.
Lo peor del caso, según Medina, es que en la siembra de postrera, los países vecinos no producen este tipo de grano, solo Honduras, es decir, que Nicaragua posiblemente no tenga granos para exportar en el 2024.
Ante este panorama, Laura Suazo, titular de la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG), en entrevista con EL HERALDO Plus, informó que están trabajando para lograr la producción de tres millones de quintales de frijol que necesita el país, así como en garantizar la demanda de maíz de subsistencia.
Fue por ello que se implementó la entrega del bono tecnológico productivo, para lo cual se destinaron 1,000 millones de lempiras, dirigido principalmente a los pequeños agricultores.
Gracias al bono, en primera se obtuvieron 1.4 millones de quintales de frijol, 7.1 millones de quintales de maíz y 255,010 quintales de arroz, indican las cifras de la SAG.
Quienes producen en mayor cantidad son los agricultores de lógica comercial, que siembran en 100, 500 y hasta mil manzanas, muchos con sistemas de riego, dijo la funcionaria.
Suazo afirmó que a ellos les han apoyado acercándolos a la banca, ya sea pública o privada, además se han hecho contratos de compra del producto con el Instituto Hondureño de Mercadeo Agrícola (IHMA), ofreciéndoles precios que están en promedio al del mercado.
Las limitantes que se han encontrado es que los productores tienen pocas posibilidades de financiamiento y algunos están atrapados en moras históricas que tienen que ver con eventos climáticos.
La funcionaria expresó que tiene tranquilidad en que el IHMA reporta una reserva que garantiza el abastecimiento de frijol para todo este año.
Lo que se está produciendo en este momento, es decir, en la cosecha de postrera, es para el 2024, lo bueno es que en primera se lograron alrededor de 1.4 millones de quintales de frijol.
Ante este situación están planificando la instalación de sistemas de riego a gran escala en el país, así como seguir el proceso de cosechadoras de agua, solo que el costo de construcción es muy alto.
Preparado
En tanto, el viceministro de la SAG, Roy Lazo, detalló que el gobierno está preparado con el fortalecimiento del IHMA, para tener una reserva estratégica de unos 60,000 quintales en granos básicos, es decir, maíz y frijoles.
Medina, por su lado, recalcó que el mayor problema de abastecimiento de granos básicos se sentirá en frijoles, ya que el maíz y arroz entra a bajos precios al país gracias al Tratado de Libre Comercio (TLC).
Los pronóstico para el cierre de 2023 e inicios de 2024 no son alentadores, afirmó Francisco Argeñal, jefe de Cenaos, ya que continuará el déficit de lluvia en algunas zonas del país.
La sequía seguirá afectando el oriente y el centro de Honduras, ya que las precipitaciones serán irregulares en la temporada lluviosa, que normalmente termina en los últimos días de octubre.
En entrevista con EL HERALDO Plus, el experto coincidió que en varios sectores del país septiembre fue bastante seco, principalmente en Yoro, Francisco Morazán, incluso, Olancho.
Explicó que Olancho, en especial en los municipios de Culmí y Catacamas, la canícula no tiene un régimen de distribución, es decir que no está muy marcada, pero sí ha habido menos lluvias del promedio.
Indicó que Honduras ha vivido fenómenos de El Niño más severos, pero el impacto del actual se podrá medir hasta abril o junio de 2024, cuando se espera que termine.
Por lo general, cuando se tiene Niño, a inicio del siguiente año se tienen temperaturas altas entre marzo y abril, pero también se presentan lluvias durante el mismo abril en las zonas fronterizas con El Salvador y en el centro del país.
Luego se detienen las lluvias y se reanudan en mayo, pero todos las proyecciones climáticas se harán el próximo año, ya que en este momento es muy prematuro.
Advirtió que a pesar de las lluvias actuales, el resto de octubre habrá menos precipitaciones con respecto al promedio en la parte centro, sur u oriente de Honduras.
En noviembre se proyecta que se van a tener más lluvias del promedio en la zona norte, y en menos cantidad en el centro, sur y suroccidente de Honduras.
Argeñal consideró que las zonas productoras del norte de Honduras podrían producir el resto del año, ya que con los frente fríos llueve un poco más. Esa agua es suficiente para mantener un cultivo.