Estudiantes de la UNAH, cada vez con menos ingresos

Aunque la mayoría de estudiantes vienen de familias cuyos ingresos son inferiores a los 20 mil lempiras, existe una buena parte que sobrevive con menos de 5,000 al mes

Para 2024, más de 1,800 aspirantes dijeron que sus familias tenían ingresos inferiores a los 5,000 lempiras mensuales, según la UNAH.

vie 14 de junio de 2024 a las 0:0

5:36 min. de lectura

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Con apenas 50 lempiras en su cartera, Adelaida debe movilizarse cada día a la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) para recibir clases.

En el transporte gasta 30 lempiras diariamente, 15 para ir a Ciudad Universitaria y 15 por regresar a casa. Su jornada es extensa, casi siempre entra a las 8:00 AM y sale a las 3:00 PM, por eso, cuando no lleva comida, no almuerza hasta llegar a casa en la colonia Villa Vieja, salida al oriente de Honduras.

En diálogo con EL HERALDO Plus, Adelaida recordó que cuando le preguntaron sobre el promedio de ingreso familiar para inscribirse en la UNAH sintió temor porque pensó que era una condicionante, pero ella no tenía nada que esconder, pues su familia percibía apenas 17 mil lempiras mensuales. Sí, 17 mil para cuatro personas: ella, su papá, su mamá y un hermano.

El promedio de ingreso familiar del 79.5% de los aspirantes que se sometieron a la primera Prueba de Aptitud Académica (PAA) de 2024 era menor a 20 mil lempiras. Para 2006 -hace 18 años- el porcentaje de los postulantes que dijeron que los ingresos de sus familiares eran menores a 20 mil lempiras representaba del 93.2%.

Aunque pareciera que bajó este porcentaje de 2006 a 2024 y mejoraron los ingresos, la realidad es otra, pues si se analiza desde el punto de vista de la inflación hablamos de que los aspirantes vienen de hogares cada vez más pobres.

“Con 17 mil lempiras pagamos los gastos de la casa: la comida, el transporte, la escuela de mi hermano y mi universidad”, contó la joven universitaria, quien cursa el cuarto año de la carrera de Psicología.

$!Expertos dicen que el ingreso económico en los estudiantes influye en su rendimiento académico. Incluso, muchos se ven obligados a abandonar sus estudios por no tener recursos.

Ingresos vr. inflación

“Los jóvenes de bajos ingresos tienen menos oportunidades de acceder a la educación media y mucho menos, todavía en nuestros países, a la universidad”, lamentó Mario Alas, investigador de la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán (UPNFM).

El experto fue consultado sobre los datos de la UNAH que hablan sobre los ingresos familiares de los estudiantes de colegios que se sometieron a la PAA en abril de 2024, cuando ocho de cada diez dijeron que viven en hogares donde ganan menos de 20 mil lempiras o, en otras palabras, perciben mensualmente el equivalente a un salario mínimo y medio (el salario en este año es de 13,156 lempiras).

En 2006 el salario mínimo era de 2,759 lempiras. Tomando en cuenta que para ese año el 93.2% de los estudiantes dijeron que tenían ingresos familiares menores a 20 mil lempiras, esa cifra representa siete salarios mínimos en ese entonces.

Los reportes de la UNAH están divididos por rango de ingreso familiar, donde 5,000 es la cifra menor y 20 mil o más es la mayor. Por ejemplo, en 2006 el 39% de los aspirantes dijo que en sus familias los ingresos eran menores a 5,000 lempiras.

Esto significa que cuatro de cada diez postulantes vivían en hogares donde los ingresos (si lo comparamos con el salario mínimo de ese año) era menor a 1.8 salarios mínimos.

Ahora, si hacemos el mismo cálculo con el 14.5% de los aspirantes que en la PAA de 2024 dijeron que los ingresos en sus casas eran menores a 5,000 lempiras, significa que 15 de cada 100 vivían en hogares donde solo percibían el equivalente al 40% del salario mínimo.

Para Liliana Castillo, expresidenta del Colegio de Economistas de Honduras, esto significa que los ingresos por salarios no van acordes con la inflación (aumento general de los precios de los bienes y servicios en el mercado).

“Si estos hogares tienen un ingreso, digamos que trabajan en una micro o pequeña empresa, o en las mismas grandes empresas, pero tienen un trabajo, un empleo que le llamamos empleo precario, esta gente a veces gana la mitad del salario mínimo o un poquito más”, comentó Castillo.

Recordó que el salario mínimo en 2024 supera los 13 mil lempiras, pero muchos estudiantes vienen de familias donde perciben la mitad o menos, sobre todo cuando son zonas rurales de Honduras.

“La mayoría de las personas, la mayoría acá estoy segura, vienen del área rural, donde los ingresos en esas áreas rurales son mucho más bajos porque la mayoría de personas ahí o no tienen empleo o se dedican a labores de agricultura, a labores de ganadería y les pagan un salario bien bajo”, mencionó la también docente universitaria.

Castillo dijo que estas familias mandan a sus hijos a estudiar con mucho sacrifico, pues luchan contra la inflación mientras intentan pagar alquiler, luz, agua, gastos de alimentación, transporte y lo que sus hijos necesitan para ir a la escuela o universidad con un salario inferior a los 10 mil lempiras.

Comparó lo difícil que es para estas familias enviar a sus vástagos a una universidad pública, “no digamos a la privada que les implica mucho más costo”.

Incluso, dijo que muchos educandos deben decidir entre pagar transporte, sacar copias o comer, justo como le ha pasado en varias ocasiones a Adelaida.

La joven universitaria contó a este rotativo cómo muchas veces ha dejado de comprar materiales por no contar con el dinero, sobre todo cuando se trata de pruebas que aplican para sus prácticas.

“Estos muchachos no tienen el mismo rendimiento que tienen todas las demás personas que tienen asegurado todas sus necesidades básicas”, deploró Castillo.

Dijo que esto ocurre por dos razones: porque vienen de zonas rurales con una base educativa más baja, por eso deben esforzarse más, o porque en la ciudad vienen de escuelas y colegios públicos que compiten con los privados, entonces “vienen con esas desigualdades y hacen que no rindan igual que todos los otros que cuentan con todo lo que necesitan para poder estudiar”.

Pese a esas dificultades, hay estudiantes que resultan brillantes y sobresalen por su desempeño académico, pero otros -lastimosamente- se ven obligados a dejar sus estudios para comenzar una vida laboral sin tener educación superior, recalcó.

$!Expertos también sugirieron crear más becas para los estudiantes con bajos recursos económicos.

UNAH debe garantizar más opciones

El docente de la UPNFM, Mario Alas, sugirió al Estado invertir más en los estudiantes con bajos recursos a través de becas, para que jóvenes talentosos no dejen de estudiar.

“Las becas para los estudiantes de menores ingresos son la forma como en muchos países se logra rescatar talento, jóvenes talentosos de familias humildes que sin las becas no podrían acceder a los estudios universitarios, pese a tener las capacidades intelectuales y el deseo de superación”, comentó.

De acuerdo con Alas, la UNAH ya entrega becas a estudiantes por rendimiento académico y por problemas socioeconómicos, pero dijo que se requiere de mayor presupuesto para más becas, especialmente para quienes son de bajos recursos.

Sobre cómo influye la falta de dinero en el rendimiento de los estudiantes, afirmó que se refleja en los recursos didácticos a los que puede acceder el educando, al menos en primaria.

“Los jóvenes de bajos ingresos tienen menos oportunidades de acceder a la educación media y mucho menos, todavía en nuestros países, a la universidad”, condenó el experto en educación.

$!Estudiantes de la UNAH, cada vez con menos ingresos
Mario Alas, investigador UPNFM: “Recordemos que alrededor del 14 o 16% de los jóvenes en la edad de 17 a 24 años están en la universidad, la gran mayoría está fuera”

Los estudios, según mencionó, indican que de los estudiantes que ingresan a primer grado solo el 51% llega a noveno, es decir, “vamos perdiendo estudiantes que terminan cuarto grado, pero no inician quinto, o terminan sexto y no inician séptimo”.

Esto se convierte en un embudo que evidencia la pequeña cifra de educandos que llegan a la universidad y, muchos de ellos, por los recursos económicos, la abandonan sin tener un título de educación superior.

Notas Relacionadas