Indicó que la entrega de merienda y la intervención de los centros son algunos de los factores que elevaron la matrícula
Arnaldo Bueso y Daniel Sponda, con los peores indicadores de matrícula escolar
En una década el sistema educativo del país ha perdido cerca de 180,000 estudiantes y más de un millón que están en edad de estudiar han quedado fuera de los centros escolares.
Los ministros de Educación que han habido en los últimos diez años no han logrado aumentar el número de estudiantes matriculados en las escuelas y colegios.
lun 7 de agosto de 2023 a las 0:0
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TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El rendimiento de los últimos ministros de Educación ha decaído, basado en los niveles de matrícula escolar debido a que este indicador bajó de más de dos millones de estudiantes a 1.8 millones.
La Unidad de Datos de EL HERALDO plus analizó la matrícula escolar de la última década, constatando el nivel de población estudiantil matriculada en los sistemas público y privado, bajo la conducción del secretario Daniel Sponda, se mantiene bajo.
Por medio de la solicitud de información pública No. SOL-SDE-3258-2023, la Secretaría de Educación proporcionó el número de alumnos matriculados en el sector público y privado entre los años 2014 a 2023.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), alrededor de 2.9 millones de niños entre tres y 17 años están edad de estudiar, pero solo 1.8 millones lo hacen, es decir, más de un millón están fuera.
Tomando en primer lugar la educación pública, que es la que el Estado está obligado a proporcionar a todos los ciudadanos, los datos evidencian que en vez de disminuir va en decadencia.
Por ejemplo, en 2014, cuando estaba en funciones el exministro de Educación, Marlon Escoto, la matrícula en el sector público fue de 1,701,675 estudiantes.
Escoto continuó en el cargo en 2015 y la matrícula subió a 1,714,772, es decir unos 13,097 estudiantes nuevos ingresaron al sistema públicos del país. Hubo un leven aumento también en 2016, cuando la matrícula subió a 1,718,616 alumnos, 3,844 más.
Para el 2017, Escoto dejó el cargo y tomó el retó la vicerrectora de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), Rutilia Calderón, pero ese mismo año se reportó una caída en el sistema gubernamental a 1,711,451 alumnos, es decir 7,165 menos que el año anterior.
En picada
Calderón dejó su cargo ese mismo año y desde entonces el sistema educativo público no ha alcanzado los niveles de 2016. En vez de crecer, va en picada, con pocas esperanzas de que se pueda recuperar.
Para el 2018 llegó Marcial Solís, quien fungió como interventor de la Universidad Nacional de Agricultura (Unag) y titular del Consejo Nacional de Educación, registrándose una alta caída en la matrícula.
En total se matricularon 1,693,564 alumnos, es decir, 17,887 menos que el 2017.
Esta tendencia siguió al sumir el cargo el exdirector del Instituto de Conservación Forestal (ICF), Arnaldo Bueso, quien prometió mejorar la calidad educativa de Honduras.
Para el 2019 se debilitó más la matrícula en el sector público, pasando a 1,641,747 estudiantes, es decir, 51,817 menos -una de las caídas más fuertes prepandemia-.
Mientras que para 2020, antes de que iniciara la pandemia por covid-19, la matrícula en el sector público bajó a 1,603,988 alumnos, un total de 37,759 menos.
El exministro Bueso tuvo el reto de buscar soluciones al problema que generó el aislamiento social por a causa covid-19, pero no lo logró. Un hecho que recibió atención fue que, mientras las escuelas permanecían cerradas y sin conectividad a internet, anduvo repartiendo sacos de comida,
Bueso trató de implementar un sistema de tablet, pero no eran de alta calidad, tampoco había conexión a internet y el proyecto al final fue mal gestionado por las mismas autoridades educativas, ya que los niños las utilizaron para jugar y algunos padres no permitían que las usaran porque les tocaba pagarlas si las dañaban.
En el 2021 el sistema educativo, siempre al frente de Bueso, se debilitó aún más, debido a que el Estado no era capaz de garantizar la educación de los niños con todas las medidas de bioseguridad y la matrícula cayó a 1,555,027 estudiantes, 48,961 menos que el año anterior.
Con la llegada del gobierno de la presidenta, Xiomara Castro, se abrieron las esperanzas de recuperar la educación y se volvió a la presencialidad, poniendo al frente del sistema a Daniel Sponda, un dirigente magisterial, crítico de las administraciones pasadas.
Fue así que para el 2022 la matrícula tuvo un una leve mejoría, pasando a 1,556,358 estudiantes, es decir, 1,331 niños y jóvenes retornaron o ingresaron a clases, con la esperanza de un mejor futuro.
Sin embargo, todo indica que esas esperanzas se cayeron para 2023, cuando la secretaría de Educación registró una matrícula en el sistema público de 1,544,927 alumnos en el sistema público, 11,431 menos en comparación con el año anterior.
Privado
En el sector privado ha habido altibajos en la matrícula de estudiantes, pero el promedio ha sido en unos 310,170 entre 2014 y 2023
No obstante en el 2022 el sector no gubernamental tenía una población de 290,995 alumnos y para el 2023 aumentó a 303,423 es decir, unos 12,428 estudiantes más, contrario a la matrícula del sector gubernamental.
Al hacer el análisis en el tiempo, es decir, en los últimos años, se puede apreciar que entre el 2014, hasta el 2018, en las administraciones de Escoto, Calderón y Solís, la matrícula escolar se mantuvo arriba de los dos millones de alumnos, entre pública y privada.
Sin embargo, del 2019 hasta el 2023, en las administraciones de Bueso y Sponda, la caída ha sido estrepitosa, pasando de 1.9 a 1.8 millones de alumnos, siendo catalogada este dato por los expertos como deficiente.
Según las cifras, cerca de 180,000 estudiantes han dejado el sistema escolar, cuando ya se deberían estar superando los 2.5 de millones de alumnos como mínimo, según proyecciones de autoridades anteriores.
Mario Alas, coordinador del Observatorio de Educación de la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán (UPNFM), declaró que este fenómeno se debe a varios factores, tanto dentro como fueron del sistema educativo.
Por ejemplo, las carreras de educación media no les garantiza a los jóvenes la oportunidad de ser emprendedores o de emplearse, porque no ven que el título que obtienen les vaya a servir realmente para ganarse la vida, entonces es urgente una revisión curricular.
La violencia adentro de los centros educativos también afecta, porque hay muchos jóvenes que están vinculados a pandillas y se sienten con la fuerza de intimidar a otros estudiantes e incluso a los profesores.
Sobre el desempeño de los funcionarios al frente de la Secretaría de Educación, destacó que todo tiene que ver con las políticas de gobierno.
Una de las más importantes para que los niños retornen a las escuelas es la merienda escolar, pero esta la sido deficiente, ya que el año pasado llegó en agosto o septiembre, casi al finalizar el año escolar.
Lo mismo está pasando este año, es una merienda muy pobre, muy escasa que se ha repartido en los últimos diez años. No hay ninguna mejora en el tema de la alimentación.
Los mismos niños siente que aprenden poco porque trabajan sin libros de textos, a pura pizarra, con procesos lentos y aburridos, es decir, no se ha logrado modernizar las aulas para que el acto educativo sea interesante para el alumno.
Las políticas de entregar mochila escolar, uniformes y zapatos también ayudan a que los niños asistan a las escuelas y colegios, porque hay padres que no mandan a sus hijos porque no tienen para comprarles cuadernos o zapatos
Por ejemplo, el presidente Luiz Inácio Lula Da Silva en Brasil -cuando gobernó por primera vez- hizo que millones de niños regresaran a las aulas con un plan de merienda y almuerzo escolar bien establecido, destacó.
También hay factores externos al sistema educativo, como la pobreza y la violencia, es decir, los jóvenes ya no creen en la educación como un facto de movilidad social ascendente.
Se dan cuenta que muchos parientes, amigos y vecinos han terminado su educación secundaria y hasta el nivel superior, pero no hallan trabajo.
“Hay una desesperanza en los jóvenes y dejan de confiar en el sistema educativo como una forma segura de conseguir trabajo”.
Esta situación ha provocado que hayan emigrado miles de jóvenes y niños, antes solo eran adultos, pero ahora son menores que no ven esperanza en Honduras.
Alas coincidió que desde el 2014 hasta antes de la pandemia, ya se habían perdido 150 mil estudiantes por problemas de matrícula, y luego con la pandemia se perdieron otros miles, porque todavía no se llega a 1.9 millones y mucho menos a los dos millones que se tenían anteriormente.
EL HERALDO Plus llamó a Sponda para consultarle sobre estos indicadores, pero no respondió.