UNAH, entre luces y sombras, sigue como principal universidad en Honduras
Mientras la UNAH sigue en proceso para hacer nuevos nombramientos, marcados por protestas, sectores cuestionan el decaimiento en la calidad educativa, la falta de reformas a la malla curricular y de presupuesto. Se están creando más carreras, pero los centros regionales están en el olvido.
Expertos creen que la UNAH invirtió más en infraestructuraque en capacitación docente, por eso bajó la calidad educativa.
Por:
4:21 min. de lectura
TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El título de máxima casa de estudios no lo quita todavía ninguna institución rival, pero la hegemonía no es la misma de hace dos décadas.
Con la mayor matrícula a nivel nacional -pero estancada desde hace cuatro años-, con la mayor oferta académica -pero las instituciones privadas en crecimiento rápido-, con la mayor planilla docente -pero solo creció 30% en 20 años, mientras el personal administrativo se triplicó- y con un gran desarrollo en infraestructura -pero los centros regionales en olvido-, la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) está marcada por luces y sombras.
Este legado cae en el ojo público en un momento cuando está corriendo el proceso para nombrar a las nuevas autoridades rectoras -pues está por concluir el interinato del rector Francisco Herrera, aunque puede postularse al cargo- y un diagnóstico sobre los avances y retrocesos del centro universitario se hace más propicio que nunca.
Matrícula a la baja
No es el único indicador para medir la calidad educativa, pero el carácter universal y público de la alma mater marca que la matrícula universitaria es importante.
Sin embargo, tras alcanzar su mayor pico de estudiantes inscritos en 2018 (con 110,647 alumnos), la matrícula ha venido a la baja.
Hay factores más allá de la pandemia del covid-19 para explicar esta caída -doble examen de admisión, el lento avance para graduarse y la oferta académica desconectada de las necesidades del mercado-, pero el ataque del virus desplomó la matrícula.
El economista y político Nelson Ávila criticó que la UNAH pasó de tener 110 mil estudiantes a menos de 80 mil, lo que significa entre 30 mil a 25 mil estudiantes perdidos en una sociedad en la que la educación es un elemento de disminución de la desigualdad.
En esto influye la digitalización de la educación, porque la UNAH “ha sido incapaz de tener un sistema operativo abierto” para pasar de 80 mil estudiantes a medio millón y hasta un millón, especialmente porque se necesita inversión y formación docente.
Otra causa que navega cada vez que se analiza la matrícula universitaria es la Prueba de Aptitud Académica (PAA), vista por los críticos como un filtro y cordón excluyente para los jóvenes más desfavorecidos.
Silvia Vallejo, presidenta de la Asociación de Docentes de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (Adunah), por su parte, dijo que se entienden que buscan mejorar la calidad de la universidad a nivel internacional, pero “como docentes somos conscientes que se están excluyendo personas” con la PAA.
En su defensa, la UNAH sostiene que la medida ha ayudado a depurar de estudiantes con bajo rendimiento las aulas y ha contribuido a mejorar el promedio del índice académico.
Para las autoridades, las 540 mil pruebas aplicadas en 46 procesos de admisión desde 2006 hasta inicios de 2023 tampoco han afectado la matrícula, pues un reporte (hasta el 2021) señalaba que apenas el 2.5% de los aspirantes no lograba aprobar.
Sin embargo, Vallejo recuerda el bloqueo silencioso que representa que en varias carreras haya doble examen de admisión (tras la PAA, el aplicante debe someterse a otra evaluación para medir si tiene los conocimientos básicos para su carrera).
Afirmó que en la mayoría de carreras que tenían un puntaje de ingreso bajo, como periodismo, ya se aplican dos filtros, la PAA y una entrevista. “Eso es una frustración para las personas, si no tienen el poder adquisitivo para ir a una universidad privada”, lamentó.
Un análisis de EL HERALDO Plus mostró que el doble examen de admisión desplomó la matrícula en las carreras donde se aplica, como Medicina, Química y Farmacia, Microbiología, Odontología, entre otros.
Este medio intentó obtener la reacción del rector interino de la UNAH, Francisco Herrera, pero hasta la hora de publicación de la nota no hubo respuesta.
Calidad
Para el académico Ávila, también pasa factura haber priorizado la construcción de edificios sobre la formación docente, lo que impactó en la calidad y rendimiento de los estudiantes.
“Casi una inmensa totalidad de profesores universitarios en la UNAH tienen el segundo nivel universitario de seis que existen, después de la licenciatura que es el segundo nivel, es la especialización, luego la maestría, el doctorado y el post doctorado”, cuestionó.
Otro de los factores que Ávila señaló fueron algunas de las reformas a las que llamó “contrarreformas”. “Hay planes y programas de estudios vigentes hace casi 30 años. El método de enseñanza de aprendizaje no se ha modificado y esto genera serios problemas”.
La pandemia obligó a la UNAH a avanzar en la educación digital (era impensable hace cinco años llevar una carrera de pregrado de forma virtual), pero todavía hay una gran brecha.
El problema con las clases virtuales es la falta de digitalización de contenido, es decir, hacer el contenido agradable y hasta interactivo para que puedan entenderlo, señaló Vallejo.
Desde el Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep) ven acertadas ciertas decisiones polémicas de la UNAH, como la PAA, y destacan su posicionamiento a nivel regional (es la única institución de educación superior de Honduras en el ranking Quacquarelli Symonds).
“Si dejamos eso abierto va a suceder lo de hace 20 años, que había personas que tenían 30 años de estar en una carrera, reprobaban y reprobaban y le estaban quitando espacio a alguien que sí necesitaba entrar”, opinó Gabriel Molina, gerente de empresas sostenibles del Cohep.
No obstante, en lo que sí se deben tomar medidas es en la malla curricular de las carreras para que sean acordes a las necesidades del mercado laboral y focalizarlas por centros regionales.
Puso de ejemplo la zona norte o Islas de la Bahía, donde las oportunidades laborales son completamente diferentes a las de Tegucigalpa o Choluteca. No obstante, en estos centros regionales las opciones de carreras son más limitadas.
“Es necesario que podamos desarrollar una estrategia de sostenibilidad que incluya estos mecanismos de articulación y vinculación entre los actores públicos, privados y la academia, a fin de asegurar la formación de competencias que responda a la demanda de habilidades y ocupaciones que hay en el país”, sugirió.
Mencionó que con la pandemia la educación en Honduras se vio orillada a la virtualidad y, aunque se tuvo más alcance, cobertura e inclusión, hubo “un impacto no muy positivo en la calidad educativa”, ya sea en educación básica, media y hasta la universidad.