Alcaldes del corredor seco denuncian exclusión en ayudas: “Enfrentamos un odio político”

TEGUCIGALPA, HONDURAS. Alrededor de 17 municipios de Lempira y siete de Intibucá que históricamente han formado parte del corredor seco están excluidos de la lista de alerta amarilla que emitió la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco) tras su análisis de los riesgos y el impacto de la sequía.

Considerando las proyecciones de lluvia para este año, el mes pasado la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco) emitió una alerta verde para 64 municipios de los departamentos de Choluteca, Comayagua, El Paraíso, Valle, La Paz y Francisco Morazán.

No obstante, estos municipios, recientemente pasaron a una alerta amarilla, en la cual se incluyó a otros 21 municipios, para hacer un total de para 85.

En el listado no se incluyó ningún municipio de Intibucá y Lempira, por lo que sus alcaldes han solicitado una explicación a Copeco, ya que, según ello, mandaron sus informes a tiempo sobre la realidad de calamidad que se vive en esos territorios, fronterizos con El Salvador.

Arnulfo Rodríguez, alcalde de La Virtud, Lempira, fue uno de los primeros ediles que manifestó su inconformidad por la exclusión de su municipio -uno de los más pobres y áridos de Honduras- y pidió reconsiderarlo en un nuevo listado, sin embargo, esto no sucedió.

“Que nos saquen es un riesgo porque nos excluyen de todo tipo de cooperación gubernamental e internacional. Copeco hizo un nuevo listado y sacaron todos los municipios de Lempira y pusieron otros de Francisco Morazán, Choluteca, Valle y La Paz”, se quejó Rodríguez.

Por su parte, Esperanza López Cartagena, alcaldesa de Tomalá, Lempira, manifestó su preocupación por la crisis alimentaria que está viviendo la gente de su comunidad, situación que no ha sido tomada en cuenta al momento de sacar un listado de municipios en alerta amarilla.

Los pronósticos de poca lluvia para este año solo vienen a profundizar más el problema alimentario ya que el año pasado no hubo mayor cosecha por el alto costo de los insumos agrícolas, explicó.

Según ella, como no hubo cosecha entonces actualmente el 60 por ciento de la población del municipio no tiene lo necesario para vivir, ni para producir.

La gravedad de la crisis es tal que el 54 por ciento de su gente solo está haciendo dos tiempos de comida al día porque cada vez escasean los alimentos.

La situación cada vez se pone más difícil porque las familias al escuchar los pronósticos de lluvia, el incremento de la temperatura, y el aumento de los precios de los insumos prefieren no sembrar.

A todo esto, se suma la indiferencia gubernamental para apoyar técnicamente a la gente del campo, lamentó la alcaldesa de Tomalá.

Igualmente, Augusto Rivas, alcalde de Colomoncagua, Intibucá, aseguró que su municipio está dentro del corredor seco, por lo que mandó toda la información a Copeco para que les incluyera en la lista de alerta amarilla, pero no se tomó en cuenta.

“Enfrentamos un odio político grande por el hecho de que uno es de otro partido. Todo se envió bien documentado y nada”. El riesgo es llegar a un problema alimentario, porque la gente siembra, pero no hay seguridad de que va a cosechar, por lo inestable del invierno, manifestó.

Para esta alcaldesa de Tomalá, estar en la lista de alerta amarilla tiene un gran nivel de importancia porque ante la crisis existe la posibilidad de que el gobierno pueda intervenir el municipio.

A su vez, queda claro que se trata de una población en alto riesgo que puede entrar en calamidad.

De acuerdo con José Pompilio Pavón, director de Centro de Estudios Atmosféricos, Oceanográficos y Sismológicos (Cenaos) de Copeco, alerta amarilla, significa que están abiertos todos los mecanismos para socorrer a las poblaciones de los municipios con ayuda alimentaria, perforación de pozos, reservorios de agua y otras acciones que la Secretaria de Agricultura tiene pensado realizar en el corredor seco.

En cuanto al procedimiento para seleccionar los municipios que entran en alerta amarilla, Pavón explicó que todo se basa en conceptos técnicos y científicos; porque ha habido niveles bajos de precipitación, sobre todo en el corredor seco, como consecuencia de la deforestación y las malas prácticas agrícolas con las quemas que han degrado las cuencas hidrográficas y los suelos.

Detalló que los suelos del denominado corredor seco son áridos y secos. Como se han dañado, cuando llueve el agua no penetra porque no hay vegetación y se fuga entre las escorrentías.

La gente continúa afectando los bosques y realizando quemas para sembrar, de ahí ahora las consecuencias. Negó que el listado se esté realizando partiendo de la afiliación política del alcalde.

Todo se hace técnicamente. Los de la alerta amarilla es porque necesitan más atención, pero todo el país está en alerta verde porque, según los monitoreos, la sequía afectará el territorio nacional en toda su extensión porque el fenómeno de El Niño es escala planetaria, manifestó.

“Lluvias va a haber, pero en menor cantidad o volumen y no crean las condiciones propicias para tener una buena producción agrícola”, aclaró.

Es ahí que con la alerta amarilla entran los técnicos agrícolas para definir y recomendar a los campesinos, agricultores y ganaderos qué tipo de cultivo resistente a la sequía deben sembrar.

Confirmó que, como los pronósticos de lluvia no son alentadores, mucha gente no se está arriesgando en el campo porque temen pérdidas; lo cual a futuro puede ser muy grave porque no habrá producción de alimentos, reflexionó el director de Cenaos.

Ante el reclamo de los ediles de occidente, Pavón anunció que esta próxima semana el ministro de Copeco, Dario García, visitará los departamentos de Intibucá, Lempira y Santa Bárbara para conocer en situ cual es realmente la realidad en los municipios.

Aunque el gobierno está al día con las transferencias y con el desembolso de dos millones de lempiras del denominado apoyo a caminos productivos con las alcaldías de Lempira e Intibucá, los ediles se quejan de la politización de otras ayudas.

La principal queja es por el bono tecnológico, a la que se suma la indiferencia de la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG) para brindar asistencia técnica.

“Lo poco que traen, como el bono tecnológico, lo distribuye el candidato del partido Libre, el que llevan, y se lo dan a gente que lo vende porque no cultiva ni frijol, ni maíz”, denunció la alcaldesa de Tomalá. El bono tecnológico se compone de semilla, fertilizante y un kit fitosanitario para control de plagas y enfermedades

Igual lo hizo Rivas, alcalde de Colomoncagua, al exponer: “Nada viene a la municipalidad. Todo llega a un líder político y él se lo da a quien quiere. Por ese odio político ellos se lo dan a quien quiere. Aquí ha venido bono tecnológico, de todo, pero ellos se lo dan a quien quiere y a quien necesita no se le apoya”, criticó.

De la misma manera el alcalde Mapulaca, Jaime Antonio Reyes, aseguro que la población de su municipio está atravesando momentos difíciles, los cuales se pueden complicar no solo por el marginamiento en la lista de municipios en alerta amarilla, sino también por la falta de apoyo estatal y los inciertos pronósticos de las lluvias.

“Estos municipios (de Lempira) son demasiado secos y no sé por qué el gobierno nos ha dejado fuera. Aunque han caído unas tormentas, aquí no hay agua, la resequedad es perra”, califico.

El gobierno “no nos está presentando atención. Yo soy del partido Liberal, pero la alcaldía de Virginia, la cual tiene un alcalde de Libre, está en las mismas condiciones. Asistencia técnica por parte de Agricultura nada. El bono tecnológico lo manejan políticamente”, reprochó, Reyes.

De la misma manera, Francisco Dariel Argueta, alcalde de Virginia, Lempira, deploró que se les haya dejado fuera de una lista de municipios en estado crítico por la sequía. “El gobierno no nos ha dado nada”, lo único que van a recibir 150 familias de Virginia es un bono económico que va a proveer el Programa Mundial de Alimentos (PMA), el cual se obtuvo por gestión de la mancomunidad, Mucalempa.

En los 17 municipios de Lempira, ubicados dentro del corredor seco, viven más de 250 mil habitantes, mientras que en los siete municipios críticos de Intibucá el número de habitantes se acerca a los 80 mil.