Carreteras intransitables dificultan producción y transporte de café hondureño
Ante el abandono por parte del gobierno central, la alcaldía con sus recursos y el Fondo Cafetero, con el aporte de los productores, mantienen al menos transitables ciertas vías a las zonas productora de café
La mayoría de las vías que dan acceso a las comunidades productoras de café actualmente se encuentran en pésimo estado, dado que el gobierno hace muy poco para su mantenimiento.
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El PARAÍSO, HONDURAS.-El deterioro de las carreteras, la falta de cortadores y la caía del precio del café son las principales dificultades que enfrentan los caficultores del municipio de El Paraíso, en el departamento de El Paraíso.
Igual situación pasa en otras zonas cafetaleras del país, como La Libertad y Siguatepeque en Comayagua; así como en Marcala y Opatoro, en el Departamento de La Paz.
Solo el municipio de El Paraíso tiene aproximadamente 4,000 productores que para la cosecha 2022-2003 sacaron 72,000 quintales de café en pergaminos, equivalente a unos 396,000 quintales de uva.
A pesar de que estos productores contribuyen grandemente con los ingresos para la economía nacional, los gobiernos los tratan con mucha indiferencia, a tal extremo que son incapaces de mandar a reparar las calles para poder sacar el café de las fincas.
Abandono
Ante el constante abandono de los gobiernos y la irresponsabilidad de la Secretaría de Infraestructura y Transporte (SIT), la alcaldía de El Paraíso y el Fondo Cafetero son los que medio han reparado algunos tramos carreteros para que los cafetaleros saquen su producto.
EL HERALDO Plus ingresó a varias aldeas y fincas de este municipio y pudo constatar el deterioro de las vías, y aquellas que han sido raspadas con tractores para medio palear las dificultades, también se volvieron un atolladero por falta de una capa de material selecto.
Los atascaderos en las carreteras que dan con los cafetales son un dolor de cabeza para los productores. Es tal la situación de las calles que hasta los vehículos modificados y de doble tracción enfrentan problemas para entrar y salir de los cafetales.
Ese municipio tiene 19 aldeas y 114 caseríos, con una población cercana a los 76,000 habitantes. El mayor rubro de las personas de ese sector es el café.
Marco Antonio Cantillano, jornalero, relató lo difícil que es cortar café en una zona bastante húmeda y con fincas cultivadas en pendientes. “A veces uno tiene que rodar, pero de esta labor sostenemos a nuestra familia”, añadió.
Se comienza la jornada a las 6:00 de la mañana y se sale a las 3:00 de la tarde. “En el día cuando está bueno o maduro el corte uno puede llegar a cortar de cuatro a cinco latas de unas 36 libras cada una. El precio que se paga por lata cortada es de 60 lempiras”, describió.
El corte y procesamiento del café en El Paraíso genera un gran movimiento económico de personas y vehículos por las calles de las comunidades de La Lodosa, El Recuerdo, Las Dificultades, Tres Piedras, Las Flores, El Pacón, Las Cañas, Quebrada Negra, Granadillo, Palo Grande, Normandía, El Volcancito, Conchagua Arriba y Conchagua Abajo.
Urge intervención
Ligia Isabel Laínez, alcaldesa del municipio de El Paraíso, lamentó que el gobierno central se haya desentendido de su responsabilidad, olvidándose de las necesidades que tienen los productores para poder sacar su café.
“Es que las calles están en muy mal estado” , denunció. “Ante la indiferencia nosotros tenemos que buscar solución a esta problemática” porque el mal estado de las carreteras no solo afecta a los productores, sino de la gente que vive en la zona y “a los que transitamos aunque sea de vez en cuando por ahí”, dijo.
“Esas calles requieren una intervención, pero de verdad. Nosotros, la Alcaldía, con los recursos que tenemos, tanto logísticos como financieros, atendemos a veces de manera unilateral y otras veces suscribimos convenios con el Fondo Cafetero para hacer algunas reparaciones”.
“Los tramos carreteros ya están divididos, por ejemplo, de El Paraíso, hasta La Selva, y de aquí a La Lodosa esa es competencia del gobierno central; igual que la carretera de El Paraíso a Las Dificultades, de El Paraíso hasta Alauca”, mencionó. Hay otros tramos de la red secundaria que le corresponde atenderlo al Fondo Cafetero.
Esta entidad, con la cuota que los cafetaleros aportan por la retención, atiende ciertas vías, de acuerdo con la producción, pero “nosotros, aunque no sea una responsabilidad directa no podemos eximirnos, porque el ciudadano, los productores, la primera respuesta la esperan de la Alcaldía Municipal”, explicó Laínez.
De acuerdo con la alcaldesa, en la medida de las posibilidades la municipalidad les da una respuesta, tal vez no como corresponde porque se necesita muchos recursos financieros para poder atender y hacer una intervención que realmente esté acorde a las necesidades de la población, pero no se les abandona totalmente.
Las constantes lluvias han hecho colapsar varios puntos vulnerables de las carreteras. En algunos lugares se necesita poner gaviones y otro tipo de intervención que requiere mayor recurso técnico, económico y logístico.
Ya eso es parte del gobierno central que debe disponer y presuponer porque hace tiempo no se atiende esa red como corresponde, demandó Laínez.
En este municipio, el café no solo genera empleo en las fincas sino también en su procesado hasta quedar listo como grano en oro para su exportación, o en polvo para su consumo.
Ahogamiento
Cada día, el sector cafetalero se ahoga entre los costos de producción, el abandono estatal y los precios del mercado, afirmó el productor Rony Duarte.
Recordó que el mantenimiento anual de una finca es alto. Luego al cortador se le paga entre 60 y 70 lempiras la lata de 36 libras; después cada productor se las ingenia para trasladar el café de las fincas a los beneficios, enfrentando las pésimas carreteras.
Para ahorrarse costos, los caficultores ya no despulpan su café prefieren comercializarlo en uva.
Un quintal (cien libras) de café uva ronda los 600 lempiras; en pergamino seco, el quintal de cien libras (equivalente a cinco quintales 50 libras de café uva), alcanza los 3,500 lempiras.