La Unag en Tomalá, Lempira, una esperanza en el occidente

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El centro regional de la Universidad Nacional de Agricultura (Unag) en Tomalá, Lempira, se convirtió en la esperanza y oportunidad para cambiar el sistema de producción en ese departamento, uno de los más pobres del país.

A nivel de docentes se tiene el criterio de que la Unag no solo es mala administración, corrupción, nepotismo y pleitos internos, también en los últimos cinco años ha experimentado un gran avance en lo académico y en su acercamiento con la sociedad.

Junto a la regional de Comayagua, Tomalá es el segundo centro regional que tiene funcionando a nivel nacional la Universidad Nacional de Agricultura, cuya sede central está en Catacamas, Olancho.

Una de las dificultades que tienen estas regionales para funcionar con mayor eficacia es la centralización de su presupuesto, lo que conduce a que todo sea comprado desde la oficina administrativa en Catacamas.

No obstante, estos centros de formación universitaria se han convertido en una oportunidad para los jóvenes que por una u otra razón no pueden trasladarse a Catacamas, pues aquí tienen acceso a una educación superior, sostuvo Hilde Cartagena, director del centro regional de Tomalá.

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Este centro comenzó a operar hace un par años, por el momento cuenta con una oferta académica de dos carreras: Ingeniería en Gestión Integral de los Recursos Naturales y la licenciatura en Administración de Empresas Agropecuarias, de las cuales ya se perfilan tres promociones, explicó.

La regional de Tomalá posee unas instalaciones de buen nivel, salones de clases y laboratorios en excelentes condiciones; donde si presenta algunas debilidades es en el área de campo para que los estudiantes realicen sus prácticas, sin embargo, según el catedrático Esdras Vásquez, asignado también a la vinculación de la Unag con la sociedad, se está trabajando con las autoridades, productores y ganaderos locales para que apoyen la formación de los estudiantes.

Actualmente este centro regional solo tiene 27 estudiantes de forma externa, pero ya se trabaja en atraer nuevos educandos. “Estamos realizando actividades puntuales sobre promoción para poder atraer más estudiantes. Esta es la universidad del pueblo y por eso se han aperturado estos espacios en occidente, una oportunidad para los jóvenes de la región”, señaló Vásquez.

Este centro regional responde a todo el país, pero propiamente “respondería a occidente como tal. Entonces estamos visitando algunos institutos, platicando con algunas autoridades locales para que de una u otra manera puedan identificar y apoyar a algunos jóvenes para que puedan venir a estudiar aquí”.

En la medida la población estudiantil crezca y se identifiquen otras necesidades, la oferta académica se va a seguir expandiendo; “en algún momento pensamos que podría aperturarse la ingeniería agronómica, que ha sido la carrera insigne de la Universidad de Agricultura”, sostuvo Vásquez.

Por el momento, la práctica agropecuaria se realiza en los predios universitarios, que es de aproximadamente seis manzanas de extensión, donde puede observarse viveros, un proyecto apícola, así como un pequeño proyecto de acuaponía. Este último es un sistema de producción combinado de plantas y peces.

“Aquí lo que se está investigando es la relación entre la producción de tilapia roja versus el cultivo de pepino, esta es una iniciativa para ver cómo las familias pueden obtener alimentos en sus casas y poder un poco corregir la inseguridad alimentaria. Es un proyecto en estudio, se mantiene una constante observación para tomar datos, tamaño de la planta, de las flores y al final la cantidad de frutos. Al final vamos a decir si es un sistema viable que se pueda implementar en la región”, sostuvo Vásquez.

Este centro regional de educación superior se encuentra en la región occidental, sobre todo en el denominado corredor seco, donde la población tiene grandes dificultades para producir sus alimentos, por lo que tiene como objetivo impulsar cultivos aptos para la zona.

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Según Wilmer Reyes, rector de la Unag, a pesar de las dificultades enfrentadas en los últimos años, esa universidad avanzó sustancialmente en lo académico. No solo se reformaron y retomaron las cinco carreras que tenía, sino que se aprobaron otras como la Ingeniería en Zootecnia, la Ingeniería en Agroexportación, Economía Social Agraria, Ingeniería en Recursos Naturales y Ambiente, “ahora tenemos el doble de carreras”, explicó.

Además “tenemos operativos tres regionales que se habían quedado en el aire, la de Comayagua con tres carreras: Agroexportación, Economía y Administración de Empresas. En Tomalá se comenzó con Ingeniería en Recursos Naturales y Administración de Empresas, y en Mistruck (sede regional en La Mosquitia) ya se inició el proceso de admisión de los estudiantes y en septiembre próximo se comenzarán las clases, detalló Reyes.

Según Reyes, por otro lado, para este año la Unag tiene programado el inicio de cinco programas de maestría, aprobadas por las autoridades de educación superior, una en Agricultura 4.0, una en Biotecnología Agroalimentaria, otra en Ciencias Agroalimentarias, una cuarta en Recursos Naturales y Producción Sostenible, y una en Ganadería Tropical; asimismo el inicio de un doctorado. Esta universidad a nivel nacional tiene una población de 2,500 estudiantes, tanto de forma externa como interna.

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