“La selva es muy difícil, hay muertos”: Niños extranjeros relatan horror vivido en ruta migratoria
La Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus recopiló testimonios y cifras oficiales de niños y niñas extranjeros que viajan por Honduras rumbo a Estados Unidos, sus relatos muestran, desde otra perspectiva, cómo la migración impacta en las personas sin importa la edad o condición económica
Este par de niños le siguen los pasos a sus padres en la frontera entre Nicaragua y Honduras, en el viaje la familia decidió traer a su mascota
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TROJES, EL PARAÍSO.- “La selva es muy difícil, hay muertos, estuvimos cuatro días, familias muertas, tomamos agua de las cascadas, en el camino he comido a veces sí y a veces no”, relató Alvalieny Rendines, una pequeña niña venezolana de apenas nueve años.
Al momento de la entrevista, la pequeña estaba sentada en una acera, a la orilla de calle, a escasos metros de las oficinas del Instituto Nacional de Migración (INM) en el municipio de Trojes, El Paraíso.
Junto a ella, su hermano Abraham de cinco años, su madre Yanory y otra familia conformada por Dilan Castro, de tres años, y su mamá Marleny Castro, todos migrantes venezolanos de paso en Honduras.
“Estaba en quinto grado, soy de Maracay, Venezuela, pero los últimos años estaba viviendo en Medellín, iba en quinto grado. El viaje ha sido a ratos bien, hay cosas que no quiero recordar, me duele el estómago”, contó la niña de forma resignada a la Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus.
Alvelieny, forma parte de los 43,582 niños y niñas que han pasado por Honduras desde el 1 de enero al 9 de septiembre de 2023, según las cifras brindadas a este rotativo por el INM.
La niña, quien vestía aún con una pijama -la entrevista fue temprano-, mantiene el brillo en sus ojos, una sonrisa que solo se borra cuando recuerda algunos tramos de la travesía, especialmente por la temida selva de El Darién, en Panamá, que sirve de línea divisoria con Colombia.
La Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus viajó al municipio de Trojes, en El Paraíso -se ha convertido en la principal ruta de migrantes extranjeros- para recopilar exclusivamente testimonios de niños y niñas con autorización de sus padres, para contar desde su perspectiva qué les ha parecido la faena desde que salieron de sus países.
Niños migrantes por Honduras
Honduras es un país de tránsito obligado para miles de extranjeros que sueñan con llegar a Estados Unidos junto con sus familias.
Cifras oficiales del INM, brindadas a la Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus, detallan que desde el 1 de enero del 2014 al 9 de septiembre de este año han realizado su proceso migratorio 572,630 personas extranjeras.
Los migrantes extranjeros que más han pasado por el país en un orden descendente son de Venezuela (171,082), Cuba (169,021), Haití (70,401), Ecuador (56,108) y Colombia (8,268). También hay de otras naciones.
En la impresionante cifra se detalla que el 9.02% (51,651) son niños y el 6.98% (39,969) niñas, para un total de 91,620 menores de edad extranjeros migrantes que han transitado -realizaron proceso migratorio- por Honduras en los últimos diez años.
Es notable que del grupo de menores hubo 38,109 niños y niñas entre los 0 y 10 años, por lo que la travesía la viven desde bebés.
Alveliany y su hermano, Abraham, de origen venezolanos forman parte de estos menores que reciben un permiso de cinco días para cruzar Honduras; la mayoría de familias tienen serios problemas económicos, por eso se quedan más tiempo de lo permitido hasta ajustar el pasaje.
La Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus también conversó con el pequeño Héctor Castillo, de nueve años, quien es originario de la isla de Cuba.
“Salimos de Cuba hace dos días, tomamos un avión y terminamos en Nicaragua, yo estudiaba en la escuela Rubén Bravo ya iba para cuarto grado, tenía muchos amigos”, relató el niño con bastante fluidez.
Héctor no ha experimentado las situaciones terribles que los otros dos niños venezolanos que fueron entrevistados por este rotativo, pues pudo salir de la isla en avión, en un vuelo directo de Cuba a Nicaragua. Su ropa está limpia y nueva, cabello cortado y delineado, mostrándose como un turista de vacaciones.
Su destino es el mismo que la de los niños venezolanos, pero su trayectoria ha sido completamente diferente.
El auge migratorio por Honduras en este 2023 rompió cualquier límite; las cifras del INM apuntan que del 1 de enero al 9 de septiembre de este año ya han entrado al país 257,885 migrantes extranjeros.
La nación que más desplazados reporta es Venezuela, con 115,588; Ecuador 31,1189; Cuba 29,987; Haití 24,450 y China 6,389. Estos son apenas algunos países, entre una amplia lista de nacionalidades de todo el mundo.
Del total reportado el 9.96% son niños (25,685) y 6.94% niñas (17,897). Esto significa que del total de migrantes que han transitado hasta el 9 de septiembre, el 16.9% (43,582) son menores de edad, pequeños que pasaron por Honduras en su ruta a Estados Unidos.
En el rango de edad de cero a diez años, el INM reportó que han realizado el proceso migratorio 14,186 niños y niñas.
De acuerdo con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) esta situación es preocupante, pues “cada vez más niños se desplazan, a una edad cada vez más temprana, a menudo solos y de diversos países de origen, incluso de lugares tan lejanos como África y Asia”, lamentó Garry Conille, director de Unicef para América Latina y el Caribe.
En un amplio comunicado, Conille dejo claro que cuando los niños “cruzan varios países y, a veces, toda la región, las enfermedades y las lesiones, la separación familiar y los abusos pueden plagar sus viajes e, incluso si logran llegar a su destino, su futuro a menudo sigue en riesgo”.
Ante esto, instó a los países a implementar de forma urgente “una respuesta humanitaria más fuerte”, así como la ampliación de vías migratorias seguras y regulares para niños y familias, refiriéndose al trayecto que enfrentan al cruzar el Tapón de El Darién.
Y aunque la ruta migratoria es difícil y peligroso, lo cierto es que no todos viajan bajo las mismas condiciones. Durante el recorrido este equipo observó mayor limitación en los niños venezolanos; para los haitianos, ecuatorianos y africanos la situación es un poco menor, mientras los colombianos y cubanos parecen viajar con más comodidad, especialmente al hablar del vestuario y comida.
Un ejemplo claro es Héctor Castillo. El niño cubano estaba desayunando en un comedor, mientras su mamá, Dora, estaba al costado. Los niños venezolanos, por su parte, no habían comido, al momento de la entrevista el padre de ambos andaba pidiendo dinero para poder comprarles algo para llenar o aliviar sus estómagos vacíos.
“El camino ha sido bien, monté un avión, me pasé la noche entera sentado, me dormí y la pase bien, no he pasado dificultades. En Estados Unidos está mi papá, hace una semana lo vi en videollamada pero luego fueron años, cuatro años”, dijo de forma inconsecuente, al mencionar que su papá se fue hace cuatro años.
En diálogo con la Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus contó que “lo extraño mucho, me dice que cómo estoy, que si estoy bien alimentado. La vida en Cuba bien, han pasado cosas, sentarme, empezar a ver televisión y comerme algo, porque eso es lo que voy hacer si llego. Me gustaría ser doctor”.
El pequeño había ingresado por Trojes, uno de los lugares más transitados por extranjeros irregulares. Según cifras del INM, los puntos fronterizos que más presencia de migrantes extranjeros reportan en los últimos diez años son Danlí (156,943) y Trojes (147,372).
Cabe resaltar que el auge migratorio tuvo un pico elevado en los últimos tres años, pues en 2021 apenas fueron 17,590 migrantes, mientras que en 2022 la cifra fue 11 veces mayor: 188,858 casos. Hasta el 9 de septiembre de este año ya van 257,885, es decir, cada año el flujo de migrantes es mayor.
El problema es que muchos de los migrantes son apenas unos niños. Neytan Mohamed, de solo cuatro años de edad, también fue abordado por EL HERALDO Plus en Trojes.
El pequeño de origen ecuatoriano estaba jugando en el suelo bajo la observación de sus padres, Henry Díaz y Yadira López.
Debido a su corta edad, Mohamed no puede expresar lo vivido; sus padres comentaron que han tratado que él viva la experiencia de la mejor manera posible, aún con las severas dificultades que han pasado desde que salieron de Ecuador semanas atrás.
“La selva es durísima, él tiene cuatro años y lo teníamos en primer grado. Salimos por la inseguridad del país, cada vez peor, venimos con cuatro mil dólares para los tres, ya gastamos 2,500 dólares”, relató el ecuatoriano.
Con temor comentó que le habían contado que Guatemala y México son los países más duros y sobre lo que han vivido recordó el sufrimiento en la selva El Darién, entre Panamá y Colombia.
“Es duro, ahí hay de todo, se ven muertos, gente con hijos, se miran niños sufriendo, son dos días caminando, no te puedes alejar porque te dejan; traté que él lo mirara como un juego, le hago ver como un paseo para que no lo mire tan malo, nos ha tocado dormir en calle”, confesó cabizbajo el muchacho.
Los niños muchas veces no saben lo que pasa, pero viven el doloroso camino en busca del sueño americano. Cuando llegan a Trojes, esperan largas horas, hasta que llega el momento de avanzar.
Los buses están listos para salir, el destino: Tatumbla para llegar hasta la frontera de Aguascalientes en Guatemala.
En Honduras los niños migrantes no pasan por una selva mortal, pero sí les toca dormir en el suelo, aguantar hambre, sed y hasta frío. Cuando van en los buses sus padres son bajados por policías, quienes los extorsionan para dejarlos continuar, corroboró este rotativo.
Sin saber el trayecto que falta, los niños toman sus maletas, el camino que les espera es duro pero se miran fuertes, Estados Unidos cada vez está más cerca.