Originaria de la aldea Villafranca, Tela, y con apenas 25 años de edad, Belkis tuvo que enfrentar muchos obstáculos (como el abandono de sus padres) para lograr terminar sus estudios de enfermera auxiliar en la escuela El Buen Samaritano.
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Una vez culminada su carrera, corrió con la suerte de encontrar un empleo estable en un hospital privado de esta localidad, sin imaginar que su vocación la conduciría a la muerte.
Sus parientes relataron que -el martes 13 de abril- Lara dio positivo al coronavirus, misma fecha en que su prima Karla Rodríguez llegó desde el municipio de La Masica. Ella fue quien le sirvió de compañía y le ayudó con las tareas del hogar.
La enfermera comenzó a presentar síntomas como fiebre, dolor de cabeza y de cuerpo, de modo que al siguiente día (miércoles 14 de abril) se sometió al tratamiento maíz. Todo estuvo estable hasta el sábado, cuando amaneció con dolor de espalda y mucho cansancio.
'Ya cuando eran las diez de la noche, se sentía más cansada y me pidió que la llevara al hospital de nuevo, tuve que pagar taxi porque no teníamos transporte', contó Rodríguez.
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En el hospital...
El 17 de abril, Belkis tuvo que ser ingresada a la sala de covid del Hospital de Tela, donde lograron estabilizarla con oxígeno. Así transcurrió el fin de semana, sin embargo, la mañana del lunes los doctores le indicaron a Karla que, su prima estaba siendo atacada por el virus de forma acelerada: ya solo funcionaba el 35% de sus pulmones.DE INTERÉS: Medidas de contención entran en vigor a partir del lunes en Olancho
Desgraciadamente, Belkis dejó de respirar la noche del miércoles sin siquiera despedirse del ser más importante en su vida: Elkin Geovany, su hijo de cinco años.
La joven además de ser enfermera, también era estilista y vivía por cumplir sus dos grandes sueños: mandar a construir su propia casa y ver crecer a su pequeño.
'Con gran sacrificio ella había logrado comprar un solar, estaba muy ilusionada con tener su casita y decorarla al gusto del niño', expresó Karla con voz entrecortada y lágrimas en sus ojos.
Por su parte, Henry Vega, el padre de su hijo, dejó entrever que el covid-19 se llevó a 'una gran mujer'. Una profesional trabajadora y aguerrida, quien 'se esmeró por ser enfermera” costeando sus estudios desde la adolescencia.