Fiscales del Ministerio Público, con apoyo de la Dirección Nacional de Investigación Criminal (DNIC), procedieron este martes a desenterrar un lote de medicamentos vencidos bajo la responsabilidad de la Región Sanitaria Número 7 en Danlí, El Paraíso, zona oriental de Honduras.
Los fármacos se encontraban enterrados en un predio cercano a la oficina regional y, de acuerdo a los investigadores, el lote ascendería a unos 60 sacos.
En la excavación se encontraron medicamentos que habían vencido desde 2006 hasta productos que expiraron en 2013.
Se presume que los medicamentos que vencieron en años anteriores pudieron ser objeto de una donación; pero en el caso del sulfato ferroso, cuenta con la insignia de Propiedad del Estado de Honduras.
Además de los botes de sulfato ferroso, se encontraron al menos dos cajas de jeringas de 1 ml, guantes, condones, sueros de dextrosa y equipo médico quirúrgico.
El producto fue encontrado a unos 2.5 a 3 metros de profundidad en la zona que había sido inspeccionada ayer por los fiscales y agentes de la DNIC, quienes tomaron fotografías del hallazgo y levantaron evidencias sobre los fármacos e insumos que habían sido escondidos.
Al ser consultada sobre el hallazgo, la actual administradora de la Región Sanitaria 7 manifestó que 'durante yo estuve como jefa de Almacén, a mí no se me venció ningún medicamento en primer lugar y sobre la noticia que salió en EL HERALDO, no tengo conocimiento; pero mientras yo estuve como jefa de Almacén, solamente hubo un medicamento vencido, pero no fue ni por compra ni por lo que entregaba el Almacén Central', entre 2011 y 2012.
Insistió en que solamente se registró un caso de vencimiento, por lo que los medicamentos provenientes de una donación efectuada en períodos anteriores tuvieron que ser enterrados.
La funcionaria aseguró que durante su gestión, los medicamentos han sido distribuidos a tiempo a los centros de salud y también se han hecho brigadas médicas en las que están siendo entregados.
Personal sanitario afirmó que para realizar un procedimiento similar, las autoridads deben realizar previamente diversos trámites que no pueden ser obviados.
En los botes que todavía contenían medicina aún podía leerse 'Propiedad del Estado de Honduras'.
El entierro, del que nadie se hace responsable, representa una amenaza al ambiente y a la salud de la población, ya que por el sitio pasa agua subterránea y como evidencia de ello hay un pozo cerca que en su momento abasteció de agua al Hospital Gabriela Alvarado. Además, en los alrededores todavía hay vecinos que han perforado pozos para proveerse del vital líquido.