Tegucigalpa, Honduras
El fruto de su trabajo está sumergido bajo el agua, junto a su moral. La desgracia les cayó en forma de lluvia, los cobijó y se resiste a dejarlos.
Son 14,482 hondureños que avanzan en un éxodo obligatorio. La lluvia les robó la tranquilidad, los expulsó de su hogares, de donde apenas lograron sacar un poco de sus pertenencias.
Todos ellos conforman 3,094 familias en las que resalta la inocencia de decenas de niños que sirven de motor de lucha a los adultos para plantearse por un instante cómo volver a empezar.
Los ancianos, por su parte, retoman su mirada atrás, saben que al final del día, y como lo han hecho otras veces, se van a levantar de esta calamidad.
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Militares, bomberos, voluntarios, personal de la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco) e instituciones de socorro se han sumado con su ayuda para cargar en su espalda con las pertenencias de los afectados, pero sobre todo, brindarles la mano en medio de la tragedia que mantiene al país bajo emergencia.
Daños en los departamentos
Es el tercer día de lluvia en la zona nororiental. Cortés, Atlántida, Yoro, Islas de la Bahía, Colón y Gracias a Dios están cubiertos con el color oscuro del agua estancada, y en el mapa con el color rojo de la sangre, pues las víctimas mortales llegaron a seis.
Los tres casos más recientes ocurrieron en La Ceiba, Atlántida. Ahí, Sandro Enmanuel Aguirre (24) murió electrocutado al tratar de tapar una gotera y rozar con un cable de alta tensión.
Igualmente, se reportó el deceso del pequeño Justin Ramos (4), quien cayó en una alcantarilla.
Elkin Galeas (31) falleció luego de ser arrastrado por las potentes aguas del río Cangrejal, este último no ha sido confirmado por Copeco.
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Las otras víctimas mortales que conformó Copeco y que fallecieron el miércoles anterior respondían a los nombres de Marlon Hernández, originario de Santa Bárbara; Michael Gómez, de San Pedro Sula; y José Solís, de Olancho.
Al desbordamiento de río Cangrejal se sumaron ocho más que según Copeco afectaron a decenas de comunidades. Los que más daño han causado son el temido Aguán, el imponente Chamelecón y el río Lean.
En la zona norte del país, La Lima es el lugar más afectado, pues la ruptura del Canal Maya inundó 10 colonias y dejó afectadas a unas 10 mil personas.
Derrumbes
Pero la lluvia no solo ha dejado con el agua al cuello a los hondureños, pues otros se han visto afectados por la tierra debido a los seis derrumbes reportados, entre los que resaltan las zonas de Campamento, Gualaco y el de la colonia El Pedregal, en Tegucigalpa.
El total de casas dañadas ya alcanzó las 200 y al menos siete de ellas están totalmente destruidas en 42 comunidades afectadas.
La red vial también enfrenta una etapa crítica, según el informe de Copeco son 11 rutas las afectadas, pero podrían aumentar debido al alto grado de saturación en el suelo que puede empeorar debido a los 200 milímetros de agua que se espera caigan en las próximas 24 horas, de acuerdo a lo que detalló el Centro Nacional de Estudios Atmosféricos, Oceanográficos y Sísmicos (Cenaos). Debido a esta situación, la alerta roja continúa vigente hasta mañana sábado.
Las precipitaciones han sido tales que el nivel de la central hidroeléctrica conocida como El Cajón subió 1.90 metros, que todavía no representa un riesgo para hacer una descarga, pero sirve como un parámetro para medir la cantidad de agua que cayó en los últimos días.
En los seis departamentos en alerta roja la Secretaría de Educación suspendió las clases y será hasta el lunes, dependiendo de la condición climática, que se reanudarán, solo quedarán pendientes los institutos que sirven como albergues y que serán desalojados a medida que se pueda reubicar a los damnificados por las lluvias.
Afectados
Una noche larga y cargada de nostalgia acompañó a las familias evacuadas por las lluvias. Escuelas, colegios, carpas de las Fuerzas Armadas de Honduras, de Copeco y otras improvisadas a la orilla de la calle sirvieron de resguardo a 14 mil personas reportadas oficialmente como damnificadas por Copeco. Cientos de historias de sobrevivencia fueron compartidas para pasar el tiempo, como la de 12 personas que rescató el Cuerpo de Bomberos en la aldea La Ruidosa de Quimistán, Santa Bárbara.
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Ellos fueron sorprendidos por las potentes aguas del río Cuyamel mientras realizaban una visita a la represa Cuyagual. Hasta la fecha, los albergues que más personas reportan son: Escuela Dionisio de Herrera (230), Escuela Perfecto Bobadilla (250) y la Tres Presidentes de Quimistán (105).
La ayuda alimentaria ha sido masiva, seis toneladas de comida fueron preparadas por empleados de Copeco en Tegucigalpa. Estas raciones de alimentos ya comenzaron a ser distribuidas en las zonas dañadas. Junto a la comida se les otorga a aquellos que han perdido todo, ropa y colchonetas para pasar las frías noches, pues el frente frío no da tregua y permanece activo. Copeco, por su parte, también distribuye un kit de cocina, higiene, frazadas, mantenimiento y kit para bebés.