Tegucigalpa, Honduras.- “Desde que dieron su nombre y su fotografía, hoy ya perjudicaron al hombre, decía mucha gente. Hoy es de los más buscados por la Policía”.
Este es uno de los fragmentos de un narcocorrido compuesto por la agrupación hondureña Roble Copaneco, dedicado a Carlos Miguel Núñez, alias “Caluy” o “El Fénix”, un expolicía implicado en el secuestro y desaparición de José Octavio Sosa Méndez, hermano del extraditable José Rafael Sosa Méndez.
Desde el pasado 11 de junio de 2024, nadie ha vuelto a saber de Carlos Miguel Núñez, quien figura como uno de los más buscados por las autoridades hondureñas y que en el corrido es descrito como un “hombre muy valiente”.
“A varios hizo favores, los hacía sin cobrarlos. A muchos causó dolores, porque intentaron matarlo. Hoy hasta dan recompensa para poder capturarlo”, continúa el controvertido tema.
La Policía Nacional ofrece una recompensa de 200,000 lempiras a quien brinde información verídica sobre la ubicación del exagente, quien forma parte de una estructura criminal dedicada al narcotráfico y sicariato, encabezada por Bernabé Acevedo Murcia, alias “Berna”, quien fue acribillado en octubre del año pasado en Tegucigalpita, Morazán, Yoro, junto a otras dos personas.
El corrido del Roble Copaneco también menciona: “Se dice que era sicario, otros que era traficante. Dicen que era un empresario, apoyado por gente grande. Siempre lo veían sonriendo, vestido muy elegante”.
Reportes de agencias de Inteligencia del Estado coinciden en que Núñez está vivo y que se esconde en un país fronterizo con Honduras.
En las redes sociales, algunos familiares aseguran que “Caluy” está fallecido, pero la Policía considera que lo dicen para desviar las investigaciones y que, en realidad, están fingiendo su muerte.
“Muchos dicen que está vivo, y que aún sigue operando. Otros dicen que está muerto, no se sabe desde cuándo. Nadie sabe si eso es cierto, algunos lo siguen buscando”, describe en sus últimos párrafos la canción.
Actor principal en el proceso investigativo
“Caluy” es pieza clave en el proceso de investigación que la Dirección Policial de Investigaciones (DPI) mantiene abierta por la desaparición de José Octavio Sosa y sus guardaespaldas.
Las indagaciones de la Secretaría de Seguridad indican que él fue quien los entregó a la banda de “Berna” para que los asesinaran.
El 12 de junio, el hermano del extraditable y sus acompañantes llegaron a Baracoa a ver unos terrenos para comprar.
Según las indagaciones, “Caluy” era quien los guiaba y los llevó al lugar donde fueron emboscados. En ese sector, sus captores los torturaron y, tras matarlos con saña, arrojaron sus cuerpos al caudaloso río Ulúa.
Los tres vehículos en los que se transportaban los 12 hombres fueron encontrados en las profundidades del río Ulúa, en el sector del Ramal del Tigre.
El 17 de junio, un grupo de 50 hombres vestidos de militares y armados con armas de grueso calibre secuestraron a 14 vecinos de la aldea Crique Las Marías, en venganza por la privación de libertad de José Octavio.
El 6 de julio, se libraron órdenes de captura contra el exoficial Carlos Miguel Núñez y contra “Berna” por el delito de secuestro agravado.