Tegucigalpa, Honduras
Conseguir que una mujer estuviera dispuesta a alquilar su vientre, dar a luz y luego entregar al bebé a cambio de un pago parecía una idea complicada.
Sin embargo, fue más fácil de lo que se pensaba. Un par de tecleos para redactar un mensaje en la red social Facebook fue suficiente.
Un equipo de la Unidad Investigativa de EL HERALDO puso a prueba qué tan efectivo es el mundo de las redes sociales para llevar a cabo transacciones de compra-venta, incluso, de bebés.
El equipo lo hizo a través de una publicación hecha en una página que sirve de enlace para la compra y venta de productos. Es decir, alguien ofrece servicios o productos y otro paga por ellos.
En la publicación, el equipo periodístico solicitó que alguien prestara el servicio de gestación subrogada, más conocido como un vientre de alquiler.
Ni cinco minutos habían transcurrido cuando los periodistas de la Unidad Investigativa de EL HERALDO ya tenían tres propuestas de mujeres dispuestas a prestar sus vientres a cambio de obtener dinero.
El tiempo pasaba y las propuestas aumentaban, algunas mostraban interés, pero no dejaban de tener dudas sobre el proceso; otras afirmaban estar totalmente decididas a realizar el procedimiento y hasta decían tener pleno conocimiento del tema.
En las últimas semanas, en el Congreso Nacional (CN) se introdujo un proyecto de ley encaminado a legalizar los embarazos subrogados para favorecer a las parejas que tienen problemas de fertilidad y que no pueden tener hijos.
El proyecto ya fue turnado a la comisión legislativa de familia, niñez, juventud y adulto mayor, pero aún no ha sido dictaminado.
Candidata
Una de las propuestas que llamó la atención de la Unidad Investigativa fue la de una joven de 30 años que reside en Comayagua.
Luego de un cruce de mensajes con ella, se programó un encuentro para llegar a un acuerdo en cuanto al proceso y al pago del alquiler de su vientre.
El día de la cita el equipo encubierto se desplazó hacia Comayagua. El punto de encuentro fue en un centro comercial. La hora acordada era la 1:00 PM.
-Hola, ¡mucho gusto!, soy Gerardo Hernández (GH), se le dijo a dos muchachas cuyo aspecto era el de dos jovencitas no mayores de 20 años.
Un hombre de unos 25 años andaba en busca una gestación subrogada porque su esposa no puede tener hijos y ambos no quieren adoptar un niño.
-Mucho gusto, soy SL (dice su nombre, pero se omite por razones obvias) y ella es mi amiga C, le pedí que me acompañara, dijo la joven.
Tras un apretón de manos y el corto saludo, nos dirigimos a un restaurante del lugar para almorzar y conversar sobre el tema.
Tras un par de minutos de vaga conversación, que sirvió para romper el hielo, comenzó la plática del tema que tenía en la cita a los jóvenes:
GH:¿Usted estaría dispuesta a alquilar su vientre?
-SL: Si se da la oportunidad sí, yo tengo una amiga que no puede tener hijos y habíamos quedado en que yo le voy ayudar a tener un bebé de esa forma, esos son los planes para más adelante.
-GH: Entonces sí ya había pensado en hacerlo con su amiga, ¿aun así nos ayudaría?
-SL: Yo les puedo ayudar, conmigo pueden contar porque ustedes desean tener un hijo.
-GH: Así es, hemos visitado a varios médicos, pero mi esposa no puede quedar embarazada.
-SL: ¿Y ella (la esposa ficticia) está de acuerdo en hacerlo?
-GH: Sí, ya lo tenemos decidido, no es fácil, pero queremos un hijo.
-SL: ¡Muy bien! Eso es bueno, que ella esté de acuerdo.
-GH: ¿Qué nos recomienda para comenzar el proceso?
-SL: Tenemos que conseguir un abogado, tiene que haber un contrato con una cláusula por el bebé, como sería el pago, y ya una vez que ustedes tengan el bebé, es suyo, es de ustedes, lo único que hago es tenerlo, pero no significa que va a ser mío solo porque yo lo tuve.
-GH: El miedo de mi esposa es que usted se pueda encariñar con el bebé luego de cargarlo nueve meses y que no nos lo quiera entregar.
-SL: Uno tiene que estar mentalizado, al menos yo no creo que quiera tener otro bebé, con los dos que tengo es suficiente, soy madre soltera y es una situación difícil.
-GH: Entiendo, me parece bien. ¿Usted tiene a alguien que nos pueda ayudar?
-SL: Yo tengo un doctor que me ha llevado los controles médicos, pero ustedes tienen que correr con todos los gastos médicos. Se necesita un abogado para que nos haga un contrato.
-GH: ¿Un contrato para qué?
-SL: Porque ahí va estar lo que usted quiere y lo que yo quiero.
Vea: Alquilar un vientre en Honduras: tan fácil como hacer una compra en un mercado
Pago
Tras conversar sobre la posibilidad del alquiler de su vientre, se le consultó cuánto dinero esperaba recibir, a lo que contestó: “No he pensado realmente en la cantidad, pero no sé ustedes cuánto estarían dispuestos a dar, siendo conscientes de todo lo que implica un embarazo”.
-GH: Bueno, como es algo que deseamos, juntando nuestros ahorros hemos pensado en una cantidad de 100 a 150 mil lempiras. ¿Le parece bien?
En ese instante la joven vuelve a ver a su amiga y sonríe de forma nerviosa, luego se queda pensativa y guarda silencio durante algunos segundos para luego contestar: “Ese sería mi pago, ¿pero los gastos médicos, ustedes los pagarían por aparte, verdad?”
-GH: Sí, nosotros nos haremos cargo de los gastos. ¿Le parece bien?
En ese momento nos indican que ya está lista la comida, nos levantamos de la mesa para ir a traerla al mostrador. Minutos después se le vuelve a preguntar si acepta la cantidad ofrecida.
A lo que ella, aparentando ser una muy buena negociante, dice:
-SL: ¿Cuánto más podrían pagar?
-GH: Bueno, 200 mil lempiras.
-SL: Sí, me gusta más 200 mil lempiras.
-GH: ¿Y cómo le haríamos el pago?
En ese momento interrumpe su amiga y por primera vez interviene para hablar sobre el tema.
-C: Yo decía que fuera en tres partes, un adelanto, de ahí la mitad y luego al final.
-SL: ¡No!, yo había pensado que el pago sería en dos partes, la mitad al inicio, cuando se confirme que estoy embarazada, y lo otro cuando nazca el bebé y se los entregue. ¿Qué opina?
-GH: Me parece justo el trato. ¿Pero cómo vamos a hacer porque al parir van a inscribir al bebé con sus datos?
SL: Al pedirme los datos en la clínica yo daría el nombre de su esposa, con la identidad de ella, en los hospitales y en las clínicas no piden la identificación, o sea que cuando yo vaya a consulta cada mes daré el nombre de su esposa, así al momento de reconocerlo como madre va a aparecer ella (esposa).
-GH: ¿Y si hay algún problema?
SL: ¡No!, no creo la verdad.
GH: Nos han dicho que existe la posibilidad de que se implanten gemelos. En ese caso, ¿cómo sería, nos cobraría más?
SL: ¡Son dos bebés! Mejor dos de un solo, así de una sola vez, en cuanto al dinero sería un poco más, pero no mucho.
El trato estaba casi cerrado, pero el encuentro terminó con el compromiso de llevar a cabo otra cita para que la supuesta esposa conozca a la joven y que los tres visiten a un médico para iniciar el proceso de fecundación.
Además: Alquilar un vientre en Honduras parte IV: la entrega del bebé
Clínicas privadas hacen el proceso de inseminación
En la capital hay clínicas privadas que hacen el procedimiento de inseminación artificial.
La Unidad Investigativa de EL HERALDO realizó un recorrido por diferentes clínicas para conocer la mecánica del proceso. En cada una de ellas el equipo de investigación se hizo pasar como personas que necesitan el proceso para engendrar hijos de manera no natural.
Al consultar en una clínica se conoció que se hace ese procedimiento y que tiene un costo de 30,000 lempiras.
Un miembro del equipo de investigación se hizo pasar por alguien interesado en esa técnica de reproducción asistida y consultó con un médico si es posible inseminar a una persona (alquilar un vientre) para tener un bebé.
En primera instancia, el especialista recomendó que “cambie de pareja”.
Luego respondió que sí es posible, que la pareja y la fémina que pondrá su vientre deben estar de acuerdo. Luego explicó que a las tres personas (la pareja y la madre de alquiler) se les hará una serie de exámenes para descartar enfermedades virales, crónicas e infecciones.
“Sí se puede hacer, tu semen se lo depositamos a otra mujer, la inseminación te cuesta 30,000 lempiras”, expresó el galeno. Agregó que la mujer que quedará embarazada la tiene que buscar la pareja, ya que no es competencia de la clínica.
“Puede ser quien ustedes quieran, ustedes deciden, aquí no hay un catálogo para eso”, afirmó. Al consultarle si en el momento de dar a luz ella no quiere entregar al bebé, el médico dijo que esa situación tienen que resolverla los involucrados en el proceso.
“La parte legal les compete a ustedes, aquí solo nos encargamos del procedimiento médico”, manifestó.
Una vez que se paga el proceso, a la mujer que dará a luz se le hacen exámenes, se le pone en tratamiento hormonal durante cinco días con inyecciones y se le hacen ultrasonidos. Luego de que introducen el semen en el endometrio de la mujer se debe esperar 15 días para saber si ella quedó embarazada.
El nivel de efectividad de la inseminación artificial es del 30%, es decir tres de cada 10 que lo hacen logran quedar embarazadas. Si el proceso fracasa la primera vez, por intentarlo de nuevo son otros 30,000 lempiras.
Al recorrer otras clínicas se constató que el precio del procedimiento oscila entre 30 y 50 mil lempiras. La gestación subrogada no está penalizada en las leyes hondureñas, ni tampoco está incluida.