TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El conflicto entre Rusia y Ucrania ha tenido un impacto político, social y económico del que Centroamérica -y especialmente Honduras- no ha quedado exenta, incluso un año después de que inició la guerra.
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Para el economista Efraín Díaz Arrivillaga, al hablar sobre el impacto económico se relaciona de forma directa con que Honduras es más un país importador y al estar involucrados sus socios comerciales, principalmente Estados Unidos, impacta en el “incremento en los precios de alimentos básicos, los combustibles y el precio de las materias primas”.
En la investigación “El conflicto Rusia-Ucrania y sus efectos sobre Centroamérica”, el economista guatemalteco del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi), Carlos Alvarado Mendoza, menciona que esta guerra se traslada a través de cinco canales, pero que el principal está en los mercados de materia prima, como los productos asociados con alimentos, petróleo y sus derivados.
El segundo canal es la afectación de las importaciones y exportaciones, mientras que el tercero se refleja en la producción con sus principales socios comerciales y, a su vez, los socios de estos, como el caso de Honduras.
El cuarto punto menciona que “las sanciones impuestas a la Federación de Rusia estarían relacionadas con la volatilidad que los mercados financieros han registrado recientemente”. Por último, pero no menos importante, se habla de la situación social y humanitaria.
Golpe a los bolsillos
En Centroamérica el mayor impacto es en las importaciones y exportaciones, pues el conflicto ha ocasionado que el precio de lo productos aumente considerablemente.
Por ejemplo, meses atrás Honduras compraba a Estados Unidos a 260 lempiras el quintal del maíz, pero ahora paga 480 lempiras. Lo mismo ocurrió con la soya, que de 440 subió a 720 lempiras. Esto sin contar el constante aumento a los derivados del petróleo, pues el país norteamericano es el mayor proveedor de la nación centroamericana.
De acuerdo con Arrivillaga, estos incrementos son trasladados a los consumidores, pues al comprar más caro, los productores deben cobrar más.
“La inflación de alguna manera u otra tiene un componente importado, pero también un componente de origen nacional y las estructuras de mercado interna”, explicó.
Hasta junio de 2022, la inflación interanual en el país se ubicó en 10.22%, mientras la inflación acumulada alcanzó 6.57%. Además, 4.23 puntos porcentuales de esa inflación interanual -equivalentes al 41.4% del total- corresponde a la inflación importada, según un informe del Banco Central de Honduras (BCH).
Para agosto de ese mismo año, la inflación seguía siendo “determinante en la evolución de los precios domésticos, representando aproximadamente 47.5% o 4.94 puntos porcentuales de la inflación total, reflejando las repercusiones en la economía nacional del aumento en el precio de materias primas, aunado al conflicto entre Rusia y Ucrania”, menciona el informe.