La iglesia católica atraviesa un nuevo escándalo de pedofilia, supuestamente cometido por el expárroco de la catedral Inmaculada Concepción de El Paraíso, Danlí, zona oriental de Honduras, Germán Flores, quien es investigado por cuatro denuncias de actos de lujuria cometidas con menores de edad.
Dos de las denuncias fueron interpuestas de manera formal al MP de Danlí, y remitidas a la Fiscalía de la Mujer, días después de que el padre Flores se reportara como desaparecido el 29 de noviembre del 2017.
Luego de varios días de búsqueda la policía encontró al sacerdote con una herida en la garganta, por lo que fue llevado a una clínica médica para su recuperación.
Las otras dos denuncias están en proceso de concretizarse por parte de la Fiscalía de la Mujer.
Said Espinal, coordinador del MP en Danlí, aseguró que las primeras dos denuncias se formalizaron en diciembre del año pasado, aunque los hechos se cometieron hace unos 20 años atrás.
“Las denuncias fueron interpuestas en diciembre del año pasado y el MP las remitida a la Fiscalía Especial de la Mujer donde ya hay un equipo de fiscales asignados al caso para verificar la veracidad de los hechos denunciados que se cometieron hace unos 20 años atrás”, declaró Espinal.
Víctimas
El fiscal expresó que las las denuncias recibidas de las jóvenes que supuestamente fueron objeto de actos inmorales por el párroco tenían en ese tiempo entre 9 y 10 años de edad. Sin embargo, por tratarse de acusaciones de delito en contra menores de edad, el caso se encuentra en investigación.
Una de las victimas que supuestamente fue abusada por el padre Flores ya falleció de cáncer hace unos meses atrás, pero antes le comentó a su hermana mayor del horrendo episodio que vivió a manos del sacerdote.
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Ante la indignación, la familiar de la víctima le escribió varios mensajes al sacerdote, a los cuales EL HERLADO tuvo acceso.
Uno de los mensajes dirigidos al padre Flores decía “Debe de arrepentirse de los que hizo a mi familiar que hace poco murió de cáncer”.
Ante esto al ex párroco respondió “Yo me arrepentí de ese hecho que no me deja en paz, se que lo cometí, pero me arrepiento”.
Palabras que no fueron suficientes para los familiares y que le exigieron al padre Flores su renuncia de todo cargo de la iglesia y que se entregara a las autoridades para pagar por su delito.
Sin embargo, a pesar de la insistencia de los familiares el párroco nunca se reunía con ellos para pedir perdón.
Desaparece
Según los mensajes que intercambio el sacerdote con los familiares de las niñas afectadas lograron pactar la fecha de un encuentro donde se esperaba que Germán Flores pidiera disculpas y aceptar su responsabilidad.
Al parecer la reunión se había programado para el martes 30 de noviembre del 2017, con la presencia del obispo de la diócesis de Danlí, José Antonio Canales Motiño, pero un día entes de efectuarse el encuentro el padre Germán Flores desapareció.
Las autoridades manejaban las investigaciones como un posible secuestro.