TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Verlo llegar a la Cancillería a trabajar, algunas veces asistido por una enfermera, podría haber generado más de algún comentario de quienes no le conocían.
Pero confirmar que se quedaba horas trabajando hasta concluir con sus responsabilidades era más un acto merecedor de admiración y respeto del personal que lo rodeada. Así era Roberto Arita Quiñónez. El embajador emérito, experto en derecho marítimo, murió esta semana en la capital dejando un legado de profesionalismo, de dedicación y de pasión por una causa que lo absorbió por casi 50 años. Recién había cumplido sus 81 años.
VEA: Muere embajador emérito de Honduras, Roberto Arita Quiñónez
Por sus conocimientos sobre derechos del mar lideró la defensa de la patria en el Tratado de Delimitación Marítima que suscribieron en 2014 Honduras y Cuba, la mayor de las Antillas.
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También fue un defensor con argumentos de los derechos soberanos en el litigio insular y terrestre que se ventiló en la Corte Internacional de Justicia de La Haya, que culminó el 11 de septiembre de 1992. También participó en las negociaciones de la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Mar.
“Era un experto en derecho del mar”, reconoció a EL HERALDO el exagente de Honduras en La Haya, Carlos López Contreras. “Es una pérdida grande para la Cancillería, para el país por supuesto”, añadió. Recordó López Contreras que fue Arita Quiñónez quien inauguró la oficina de la Embajada de Honduras en La Haya.
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Otro veterano de misiones diplomáticas, Rafael Leiva Vivas, también lamentó la muerte de quien fue su compañero de trabajo durante años.
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“Siento mucho la pérdida, sé que había estado enfermito durante algún tiempo. Lo hemos sentido mucho, muy profundamente”, dijo el también declarado embajador emérito. “Fue un gran diplomático de carrera, verdaderamente un diplomático entregado a su profesión”, añadió.
Arita Quiñónez, también catedrático universitario, estaba casado con Sara Lucy Arita Ramírez, con quien procreó dos hijas: Sara Lucy y Ana Lucía.
Nació en San Pedro Sula el 28 de mayo de 1939. Era abogado y notario. En 1971 ingresó al servicio exterior “habiéndose sometido al concurso de oposición”. Uno de sus primeros cargos de relevancia fue el de delegado permanente alterno de Honduras ante las Naciones Unidas, donde laboró a la par del expresidente Ramón Villeda Morales, quien era representante propietario.
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A partir de esta experiencia Arita Quiñónez ocupó diversos cargos entre los que destacan asesor de la sección de Soberanía y Fronteras, embajador en Costa Rica, Holanda y Brasil y subsecretario de Relaciones Exteriores.
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Asistió como delegado de Honduras a varios períodos de sesiones de las Naciones Unidas y a la Tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Mar. También encabezó misiones a asambleas de la Organización de Estados Americanos (OEA). Su esposa, Sara Lucy Arita Ramírez, hoy llora su partida.
“Se caracterizó por su nobleza y su prudencia, por su honradez”, dijo al ser consultada por EL HERALDO. Relató la causa del accidente por el cual llegaba en silla de ruedas a su trabajo. “Era una conferencia sobre derecho del mar, el día que pronunciara su intervención se tropezó y se golpeó la cabeza”. “Lo intervinieron quirúrgicamente en Pittsburg y se recuperó muy bien”, añadió.
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