El féretro que salió de un hospital privado, donde falleció de un paro cardiorespiratorio, fue acompañado de una numerosa caravana de carros que lo llevaron hasta Jardines de Paz Suyapa, donde descansarán sus restos mortales.
Al llegar al camposanto, decenas de personas lo esperaban para despedirse, aunque fuese de lejos, asimismo lanzaron globos blancos al cielo en su honor.
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El ataúd estaba herméticamente sellado y sus familiares mantuvieron la distancia establecida para evitar un contagio. El primero en despedirse de Pablo fue su hijo Alejandro, quien no podía contener el llanto y tuvo que ser consolado por su novia mientras permanecía arrodillado frente al cuerpo de su padre.
También llegó su esposa Carolina, junto a su hijo Pablo, y antes de que el cuerpo ingresara al nicho fúnebre donde descansará hasta la llegada del Señor, su familia ofreció una plegaria por su eterno descanso.
Se fue 'el padre, el esposo, el hermano y el amigo', dijo su esposa tras terminar una oración mientras rodaban las lágrimas por sus mejillas.
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Sus compañeros de trabajo también asistieron a despedir los restos de Pablo al cementerio, quienes tampoco pudieron contener el llanto.