TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Han pasado cinco años y sigue fresca en la memoria de los hondureños la trágica muerte de Hilda Hernández (de 51), hermana del expresidente Juan Orlando Hernández (2014-2022); la capitana de infantería Patricia Elizabeth Valladares Rubio (de 41), los miembros de seguridad Roger Nahúm Lagos Amador (de 38) y Marco Tulio Banegas (de 34), el capitán de aviación Iván Esaú Vásquez Portillo (de 32) (piloto) y el subteniente Gerson Alcedín Díaz Nolasco (de 27) (copiloto).
EL HERALDO Plus y LA PRENSA Premium conocieron un informe completo que elaboró tiempo después del siniestro la Junta de Prevención e Investigación de Accidentes de la Fuerza Aérea Hondureña (FAH) con acompañamiento de la Secretaría de Defensa.
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Última comunicación
Los antecedentes de este hecho se remontan al 16 de diciembre de 2017 cuando la aeronave con matrícula FAH 9005, con el indicativo de Bestia 01, despegó a las 9:34 AM de la base aérea Hernán Acosta Mejía de Tegucigalpa con destino a la base aérea José Enrique Soto Cano de Comayagua, según el plan de vuelo. Los conductores del helicóptero y compañía tenían como misión de transporte a una personalidad de Casa Presidencial, nada más y nada menos que la hermana del entonces presidente del país.
El helicóptero ascendió con rumbo norte, alcanzó aproximadamente 1,000 pies sobre el terreno, luego viró a la izquierda en la zona del patrón de tránsito y se dirigió rumbo al área de Mateo.
Posteriormente hicieron un viraje a la derecha de unos 450 grados para volar sobre el valle de Támara. A eso de las 9:46 AM se reportó a la torre de control del aeropuerto Toncontín que el helicóptero estaba a 10,000 pies de altitud y 11 millas náuticas.
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A continuación la torre de control pidió confirmación de información e inmediatamente el piloto les solicitó “vectores” (posición y dirección). Pasado esto se pidió el radial de salida y presuntamente el piloto contestó de manera ilegible “290”.
Después de varias comunicaciones, la torre de control de forma intermitente hizo tres llamadas para solicitar la posición actual, sin recibir respuesta del Bestia 01. A eso de las 9:49 AM se escuchó una voz, que se infirió era la del piloto, expresando: “¡Esperame, esperame, esperame!”, y 16 segundos más tarde se escuchó otra voz, la cual se supone era del subteniente exclamando: “¡Contróle...lo!”... Esta fue la última comunicación en frecuencia.
Tras esto reportaron al departamento de Operaciones de la Fuerza Aérea Hondureña la pérdida de comunicación. Tiempo después se notificó que el helicóptero se había accidentado en la montaña de Yerba Buena, municipio de Lepaterique, en Francisco Morazán, con toda la tripulación y pasajeros fallecidos, así como la aeronave totalmente destruida.
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Investigación
El documento de investigación de la armada detalla, además, que el piloto tenía 1,245.4 horas de vuelo, había realizado su último chequeo médico anual correspondiente al 2017, estaba en actividad frecuente de vuelos rutinarios y lo certificó un proveedor líder de capacitación en seguridad de fuselajes para helicópteros llamado Eurosafery, por haber completado un curso ese mismo año.
Por su lado, el copiloto tenía 328.6 horas de vuelo y 50 días antes había retornado de Colombia después de graduarse de un curso de vuelo para pilotos de helicóptero que duró desde el 17 de febrero hasta el 28 de octubre de 2017. Se indicó que tanto el piloto como el copiloto habían realizado sus actividades normales de acuerdo con sus responsabilidades y con adecuada distribución de trabajo.
El helicóptero tenía registradas 737.7 horas de vuelo, según la revisión técnica. La aeronave fue asignada a la Fuerza Aérea Hondureña el 8 de junio de 2012, era de fabricación francesa y estuvo en servicio operacional hasta el día del accidente. Los trabajos los realizó personal del taller de mantenimiento de helicópteros y Helicopter Unlimited EE UU, según señaló el manual. Indagaciones de Fuerzas Armadas de Honduras concluyeron que la condición física y mental de la tripulación no fue la causa del accidente, pero sí se verificó que en ese momento las condiciones meteorológicas estimadas eran inestables.
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Este equipo conversó con un experto que trabajaba en la sección de meteorología en Tegucigalpa en esos días, para interpretar lo ocurrido en la zona cero. La fuente, quien pidió reservar su nombre, manifestó mientras observaba el reporte, que para esas fechas se atravesaba por un frente frío y temperatura aproximada de 19 grados. El viento estaba acelerado a 26 kilómetros por hora y había una capa de llovizna sobre la capital y municipios vecinos.
“Eso es indicativo que el cielo estaba con nubosidad densa y tapaba las montañas, solo se mostraba un pequeño claro y terminó por afectar la mirada del piloto al no poder apreciar ni siquiera la tierra”, subrayó.
Explicó que existía una humedad relativa de un 98% y una gran presión atmosférica producida por la masa de aire frío.
El especialista mencionó que el piloto tuvo que bajar a 400 o 500 pies ante la alta nubosidad provocada por la llovizna y aparentemente se movilizaba a alta velocidad. “Este helicóptero nunca tuvo condiciones climatológicas óptimas para despegar, normalmente quien sí lo puede hacer es un avión comercial porque vuela más alto. El piloto se enfrentó a dos capas de nubosidad, recordemos que el sector de Lepaterique es montañoso y posee bastante bosque, entonces, al ser un circuito con mucha humedad se genera consecuentemente nubosidad”, enfatizó a este medio.
El reporte diario de las condiciones del clima lo maneja un equipo de meteorólogos y estos lo envían a la torre de control para que autorice el vuelo al piloto.
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Otro experto en aeronáutica consultado por el rotativo coincidió en que el piloto tuvo que ir a la oficina de pronosticadores para corroborar las condiciones del clima y posiblemente tuvo que firmar el reporte de responsabilidad ante la presión de llevar a su destino a la hermana del entonces presidente. Por cómo sucedió todo supuso que al piloto no le dieron la autorización de salida, pero los protocolos indican que él tiene la última palabra.
Se especificó que el helicóptero circuló sobre Lepaterique y Mateo y se infirió que el piloto inadvertidamente entró a condiciones meteorológicas instrumentales para solicitar a la torre su posición actual.
La aeronave apuntó con la nariz aproximadamente al norte, con un ángulo de desplome, penetró contra el lugar en una posición inusual y con una velocidad vertical de descenso de aproximadamente 2,000 pies por minuto, un peso de alrededor de 5,679 libras, dando como resultado un fuerte impacto sobre el terreno, de acuerdo con los datos expuestos en el informe de investigación.
En consecuencia, hubo fuego repentino por vapores del combustible y una explosión instantánea. Esto hizo que las personas a bordo quedaran desmembradas completamente. Tras las investigaciones de campo, entrevistas con el personal de mantenimiento y revisión de documentación de la aeronave, se determinó que las condiciones meteorológicas existentes en el área eran adversas, presentándose nubosidad y visibilidad restringida en todos los cuadrantes, por lo tanto se dedujo que el clima fue un factor causal de este accidente
. La Junta que indagó la tragedia concluyó también que hubo una posible desorientación espacial de la tripulación al momento de dirigirse y entrar inadvertidamente en tiempo adverso, además de falta de planificación de la misión.
Este hecho desencadenó hermetismo y dudas por tratarse de la hermana del expresidente. El caso fue conocido por la Agencia Técnica de Investigación Criminal (Atic) porque se sospechaba de un atentado, pero a la fecha no se sabe cómo terminó. Hilda Hernández se había retirado en enero como ministra de Estrategia y Comunicaciones para dedicarse a la campaña presidencial de su hermano. También trabajaba como coordinadora de la Marca País Honduras.
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