Tegucigalpa

La Kennedy reclama su autonomía

Siendo la colonia más grande con una extensión territorial de 6,232 metros de largo, los pobladores esperan que este reclamo de autonomía haga eco en las autoridades y les permitan autogobernarse para afianzar su desarrollo.

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30.04.2012

“Ciudad Kennedy” es el nombre con que se le conoce a lo largo y ancho del país, pero sus pobladores no se conforman con este apelativo y buscan ser una nueva urbe en la capital.

Con 137,000 habitantes, esta inmensa comunidad conformada por 72 sectores y 367 bloques reclama a gritos su independencia.

Siendo la colonia más grande con una extensión territorial de 6,232 metros de largo, los pobladores esperan que este reclamo de autonomía haga eco en las autoridades y les permitan autogobernarse para afianzar su desarrollo.

La idea de independencia ha tomado mayor fuerza en los últimos meses debido a que los moradores se sienten abandonos por la Alcaldía Municipal.
En las cuatro tomas de la calle principal que han protagonizado en menos de 40 días, el nutrido grupo de residentes se ha revelado contra el edil capitalino Ricardo Álvarez, amenazando con no pagar más impuestos.

Su malestar se deriva del histórico daño en sus vías, proyectos inconclusos como la recuperación del cerro La Felicidad y el desorden en el que ha crecido la colonia.

German Medina, presidente del patronato de la comunidad, aseguró que lograr su autonomía es del total dominio de las autoridades locales, pero que por la cuota política que representa su población y la generación de empleos, el tema es intocable.

Y es que los residentes de esta populosa colonia generan una buena parte de los impuestos municipales -unos 54 millones de lempiras- pues la municipalidad reporta un promedio de 1,800 millones de lempiras de recaudación tributaria.

Asimismo, al separarse y convertirse en ciudad, tendrían su propio alcalde, por lo que el 10 por ciento del total del electorado local no sería para los candidatos a la comuna, sino para las autoridades de la “ciudad Kennedy”.

Estas cifras, según Medina, son las que ponen a “sudar helado” a los políticos con solo escuchar el término “ciudad Kennedy”.

“Si nos independizamos, llegaremos a ser la primera ciudad modelo del país, porque si como colonia hemos dado cátedra de desarrollo comunitario, no digamos como ciudad”, afirmó.

Puntos a favor

Los pobladores consideran que tienen todo a su favor para obtener su autonomía y convertirse en la tercera ciudad de la capital.

Entre las bondades que destacan está su ubicación estratégica al sur-oriente de la capital, que la convierte en un paso de comunicación para diferentes puntos de la ciudad.

Además es la única comunidad con cinco entradas que dan acceso a importantes arterias como el bulevar Centroamérica, Fuerzas Armadas y el anillo periférico.

Esta viabilidad bien podría convertirse en la fuente para crear algunos municipios cercanos que abarcarían colonias cercanas como la Honduras, Víctor F. Ardón y Los Llanos, entre otras, pormenorizó.

La educación de sus hijos está garantizada con cinco colegios, seis escuelas y dos jardines de niños públicos. Mientras que la formación privada descansa en dos institutos, cuatro escuelas y seis jardines de niños.

Los servicios de salud son proporcionados por un hospital privado y una filial del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS).

Además dispone de tres cuerpos de socorro: la Cruz Verde, el Escuadrón Metropolitano de Urgencias Médicas y una estación del Cuerpo de Bomberos.

La población más joven tiene a su disposición 10 parques recreativos para practicar diferentes deportes.

Sus habitantes han logrado ejecutar obras para el desarrollo de la comunidad con financiamiento extranjero, como la remodelación de cinco de estos parques.

El resguardo de su masiva población está a cargo de una distrital que vigila varias colonias y un exclusivo escuadrón motorizado creado por los vecinos.

Sin embargo, Medina dijo que como toda comunidad con alta densidad poblacional requiere de planes de desarrollo para sortear varios impasses, como la falta de una universidad, un hospital público o un centro de salud.

Además requiere de un plan de ordenamiento territorial para librar a sus habitantes del infernal tráfico que forman los conductores de las comunidades vecinas que la utilizan como atajo para llegar a su destino.

La construcción de un mercado popular que albergue a los vendedores que se apuestan a ambos extremos de la calle del comercio es otro punto pendiente de solventar.

Polo de desarrollo

La economía de la Kennedy se sostiene en tres centros comerciales, 13 agencias bancarias, dos maquilas, cuatro supermercados, 15 farmacias, al menos diez restaurantes de comida china y un bulevar que se ha convertido en la zona viva de la colonia.

Estos rubros son los generadores de empleo para el 10 por ciento de sus habitantes.

En la calle del comercio los ciudadanos pueden adquirir a un paso de sus hogares todos los productos de la canasta básica, ropa, calzado, artículos para el hogar y hasta antojos suntuarios.

Los requisitos

Según el artículo 12-A de la Ley de Municipalidades, la autonomía se fundamenta en la libre administración que implica la toma de decisiones en impacto social, generación de riqueza, empleo local, la facultad para recaudar sus propios recursos e invertirlos.

Además, la protección y preservación del medio ambiente, la elaboración, ejecución y administración de su presupuesto y la planificación y administración de los servicios públicos. Debe también crear su propia estructura administrativa y forma de funcionamiento.

Según Medina, todos estos requisitos los cumple la Kennedy, la cual está atada a un sistema de lento desarrollo social y económico solo por abonar cada cuatro años la tercera parte de los votos de la capital.

Este año la Kennedy cumple 48 años de fundación y sus habitantes confían ver concretado su sueño de independencia antes de tener cinco décadas.

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