Tegucigalpa

Capitalinos celebraron con júbilo el Día de la Cruz

Solemnidad recuerda el hallazgo del madero en el que murió Jesús. Cruces adornadas en la entrada de las viviendas, eucaristías y rezos del rosario se convirtieron en expresiones de fe

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04.05.2012

La detonación de cohetes y petardos ayer a las 5:00 de la mañana anunció la fiesta.

La tradición popular se posó en el 3 de mayo, fecha en la que se conmemora el Día de la Cruz.

Desde las primeras horas del día, la nostalgia se apoderó de don Juan Francisco Betancour.

Apenas escuchó reventar el primer cohete, recordó las grandes fiestas que sus antepasados hacían para ese gran día, con música, comida, misas, rezos y mucha alegría.

Ahora este vecino de la Nueva Suyapa lamenta que la celebración no tenga esa solemnidad de antaño.

“Yo veo que el Día de la Cruz ha caído en el olvido, antes sí se celebraba y con mucha pompa, se hacían grandes fiestas, pero eso lo hacían las gentes adultas, ahora la juventud no se interesa por celebrar”, declaró Betancour, con cierta tristeza.

Manifestación popular

En la capital hay quienes todavía luchan por mantener viva esta tradición religiosa.

En barrios y colonias el Día de la Cruz fue motivo de fiesta, tal es el caso de Tres de Mayo, que lleva su nombre en honor a esta celebración.

También La Fraternidad, la Esperanza, Brisas del Valle, Aldea Suyapa y Nueva Suyapa se enlistaron como las pioneras que han hecho que esta celebración se mantenga dentro del arraigo popular.

En estos sectores, los hogares católicos, como parte de la devoción y manifestación de fe, decoraron cruces con papel de colores, flores naturales o artificiales y las colocaron en sitios visibles, o en la entrada de sus viviendas.

Los devotos coincidieron en que realizan este acto religioso para dar valor a la Cruz como signo del cristiano y para perpetuar el legado que heredaron de sus antepasados.

Para el caso, en la Aldea Suyapa, en el barrio La Cruz, cada año se adorna una cruz de concreto que se eleva en la cima de un cerro.

Hacia ese lugar peregrinan fieles devotos para rezar el rosario, celebrar la eucaristía y bailar.

Asimismo, en las entradas de las viviendas también se observaron cruces adornadas de manera llamativa.

“Esta es una celebración que no dejamos que desaparezca, pues todos en el barrio participamos con júbilo en las tradiciones que se nos han heredado”, manifestó María Pineda, una devota.

Otro sector donde se celebra la Santa Eucaristía en ocasión del Día de la Cruz es al final del bulevar Morazán.

Frente a las instalaciones de la empresa Fedex se elevó un monumento que se decora para la ocasión. Por la tarde los feligreses participaron de los actos religiosos oficiados por los sacerdotes de la iglesia Medalla Milagrosa.

Solemnidad

¿Pero cómo nació o de dónde se origina esta celebración? En realidad se trata de la solemnidad en la que la Iglesia Católica recuerda el hallazgo del madero en el que murió Jesucristo.

De acuerdo con la tradición, esto aconteció en el año 324 después de Cristo y fue Santa, la progenitora del emperador Constantino, quien encontró la cruz.

El sacerdote Rafael Alvarado, párroco de la iglesia San José Obrero, explicó que de acuerdo al calendario litúrgico, el Día de la Santa Cruz es el 14 de septiembre, pero a través de una concesión emitida hace años por la Santa Sede, se permite a América Latina celebrarla cada 3 de mayo.

Alvarado indicó que la Cruz no debe verse como un instrumento de muerte y de dolor, sino como un signo que refleja la fidelidad y la voluntad de Cristo hacia el Padre Dios.

“Ciertamente para aquellos que crucifican al Señor, la cruz es instrumento de muerte, pero en manos de Jesús la Cruz es la mayor manifestación de su fidelidad del amor y la voluntad al padre. Esa es la cruz para Cristo, la expresión de su máxima exaltación de su amor al padre”, declaró el sacerdote.

Alvarado refirió que en las Sagradas Escrituras, especialmente en los Evangelios, el Divino Maestro invita a sus seguidores a cargar con su cruz y a seguirlo.

“Jesús en el capítulo de Mateo 16, dijo a los discípulos: ‘Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame’, esto es lo que el Señor nos pide”, expresó.

Pese a que ya no se celebra con tanto júbilo, el Día de la Cruz no pasó desapercibido en la capital. La tradición de decorar cruces sigue viva en miles de familias.

Estas tradiciones tienen un mensaje basado en lo que el papa Benedicto XVI ha denominado Evangelio del Pueblo, porque es el pueblo mismo quien le ha dado valor a la Cruz.

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