Los fieles que la vieron ayer 3 de febrero, así como Alejandro Colindres y Lorenzo Martínez hace 267 años, jamás la olvidarán.
Los escenarios cambiaron; en 1747 fue en el paraje natural del cerro El Piligüín, donde se produjo el milagroso hallazgo de su imagen y ahora todos la vemos bajo la imponencia y riqueza arquitectónica de su Santuario.
Ataviada con sus mejores galas: un vestido elaborado en oro macizo, con detalles de filigrana, que solo usa para ocasiones especiales, colocada dentro de su camerín en su sitial de honor, así se encontraba la Patrona de Honduras.
Desde el rincón más apartado de la tierra catracha hasta el más cercano, miles de devotos asistieron para festejar junto a la Morenita de Suyapa su cumpleaños.
Solemnidad
La celebración de la fiesta en honor a Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción de Suyapa, estuvo revestida de solemnidad, fervor y devoción.
A las 9:00 en punto de la mañana la efigie de la Virgen Peregrina, cargada por cuatro seminaritas, hizo su ingreso al Santuario, mientras se entonaba el canto de entrada “Iglesia soy” y “Vienen con alegría”.
A esta precesión purificada con incienso asistieron 80 sacerdotes, para concelebrar junto al cardenal Óscar Andrés Rodríguez y el obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Tegucigalpa, Juan José Pineda.
Uno de los puntos importantes de la celebración es la lectura de la carta que el papa Francisco envió al cardenal Rodríguez con motivo de la fiesta de la patrona nacional.
Entre otras cosas el santo padre envió la misiva para felicitar por los 21 años de arzobispado de Rodríguez.
Los devotos vivieron con fervor la homilía que se volvió una motivación de parte de la patrona de los hondureños.
“Esta madre de Suyapa tiene una misión y es la misión de animarnos a todos a buscar a Jesucristo, ya que como dijera el papa Francisco, María tiene la habilidad de transformar una cueva de animales en la casa de Dios con unos pocos pañales y una montaña de ternura”, expresó.
A su vez, manifestó que no hay que cansarse de hacer el bien y que como pueblo de Dios no debemos olvidar sus leyes, por ejemplo no matar ni mentir.
Mientras la Eucaristía solemne se celebraba dentro del Santuario, los fieles no dejaban de acudir al templo para expresar a la patrona las muestras de su gratitud y la más encendida fe.
Una larga fila en las afueras del Santuario esperaba ver por unos breves instantes la imagen de 6.5 centímetros de dimensión de la venerada imagen.
Ofrendas de flores y velas, al igual que plegarias y peticiones fueron presentadas ante el altar.
“He venido desde Mezapa, Atlántida, con gran fervor y devoción a ver la Virgencita porque quiero agradecerle los milagros que ha hecho en mi familia”, manifestó Vivian Garay Martínez, como parte de la celebración.
Para que los peregrinos que asistieron al Santuario se alimentaran con el pan espiritual se oficiaron 11 eucaristías, desde las 5:00 de la mañana tanto en el Santuario como en la ermita.
“Sabemos que hay peregrinos que vienen a participar de la alborada y luego se van, entonces para ellos hay misa desde las 5:00 de la mañana, todas las celebraciones están distribuidas para que los devotos participen”, apuntó Hermer Sorto, párroco de la comunidad de Suyapa.
Para animar el ambiente, los presentes disfrutaron de conciertos ofrecidos en el atrio, patrocinados por las bandas de las Fueras Armadas.
Reliquias
Francisca Aguilera contemplaba con devoción un cuadro con la imagen de la Virgen de Suyapa, mientras aseguraba “ya tiempos quería tenerla en la casa”.
La feligrés llegó desde Choluteca a cumplir con la promesa de visitar a la Virgencita, pero no quiso marcharse con las manos vacías, así que se compró una reliquia.
Cabe señalar que esta es una de las tradiciones que acompaña a los peregrinos que participan de la fiesta nacional de la Patrona de Honduras, que consiste en llevar consigo un recuerdo o una reliquia.
Camándulas, velas, imágenes, Magnificat, estatuillas, cuadros y flores son, entre otros, los objetos religiosos que los devotos acostumbran a comprar para luego llevarlos al santuario a bendecir en cada uno de los oficios eucarísticos.
Muchos vendedores han puesto su esperanza en este tipo de establecimiento de objetos religiosos para llevar el sustento a su hogar.
Tal es el caso de doña Elvia Ramos, quien desde hace 20 años instala su negocio de recuerdos en las afueras del santuario.
Y es que el comercio durante la feria patronal genera 1,300 empleos, donde el promedio de ganancia diaria es 20 mil lempiras en los comercios grandes y de 3,000 en los locales pequeños.