MONTEVIDEO, URUGUAY.- “Siempre hay que tener un plan B”, afirma Valeria Arballo, una geóloga que supervisa las perforaciones que se realizan desde hace diez días en plena ciudad de Montevideo en busca de agua subterránea debido a la grave sequía que azota a Uruguay.
Arballo está en el Parque Batlle, un enclave verde de unas 60 hectáreas, rodeado de avenidas de intenso tráfico y considerado el “pulmón” de la capital uruguaya.
Allí hay monumentos insignes, como el Obelisco, y está el Estadio Centenario, templo del fútbol construido en 1930 para el primer Mundial de la historia. Ahora también hay pesadas maquinarias para extraer agua dulce capaz de abastecer a hospitales y escuelas.
“Se está perforando en la ciudad de Montevideo debido a la crisis hídrica que se vive en la zona sur principalmente de Uruguay”, explica a la AFP Arballo, directora de obras de la División de Aguas Subterráneas de OSE, la empresa estatal que suministra agua potable a todo el país.
Dos pozos de 90 y 42 metros de profundidad ya están listos. Autoridades de OSE revelaron que el agua hallada es apta para el consumo humano, una vez filtrada y potabilizada.
El agua de OSE para la capital y el área metropolitana, donde viven unos 1,8 millones de personas, proviene de fuentes superficiales. Pero ante una sequía de más de tres años, la peor en más de siete décadas de registros, OSE apeló al subsuelo.
“Montevideo está sobre un basamento cristalino, el acuífero es fracturado y entonces tenemos que encontrar dónde están esas fracturas capaces de poder acumular el agua”, señala Arballo en medio del estruendo de las máquinas.
Peor calidad
Mientras los pozos no están operativos, camiones cisterna con 30.000 litros de agua de OSE han estado llegando esta semana al Parque Batlle, donde hay espacio para trasvasar su carga a camiones más pequeños capaces de distribuirla a centros de salud e instituciones que la requieran.
Esa agua proviene de una planta potabilizadora de OSE en Costa Azul, en el vecino departamento de Canelones, a unos 55 km de Montevideo.
La principal fuente de agua dulce para Montevideo y sus alrededores es el embalse de Paso Severino, a unos 85 km al norte de la capital. Pero allí las reservas han estado disminuyendo desde hace meses: al 7 de junio había 4.400.000 m3 de un total de 67.000.000 m3 de capacidad, según el último balance oficial.
Montevideo consume un promedio de 550.000 m3 diarios. “La situación continúa siendo muy crítica”, dijo OSE.
Y el agua que sale del grifo cambió mucho.
Ante la escasez de lluvias, desde finales de abril, OSE ha estado mezclando el agua dulce de Paso Severino con agua de fuentes cercanas al Río de la Plata, más salobre por provenir del estuario.
“Está muy salada y a veces tiene un color bastante turbio. Está intomable”, comenta a la AFP Marcelo Fernández, de 43 años y empleado en un centro comercial.
Las autoridades sanitarias afirman que es agua “segura”. Esta semana extendieron hasta el 20 de julio los límites máximos de sodio y cloruros autorizados en el agua que OSE distribuye en Montevideo y localidades aledañas, ya aumentados excepcionalmente dos veces.
También permitieron el aumento temporal de trihalometanos (THM), compuestos químicos que se forman durante la desinfección con cloro y son nocivos si se consumen a lo largo de décadas.
“Es absolutamente seguro que por 45 días el aumento de THMs no produce ningún daño a la salud”, declaró a la prensa la ministra de Salud, Karina Rando.
El último informe oficial sobre la calidad del agua potable en la zona metropolitana, que va de enero a mayo, da cuenta del incremento de estos compuestos.
Pero subraya que la Organización Mundial de la Salud señala que “los intentos por alcanzar los valores de referencia de los THM nunca deben de impedir una desinfección adecuada”.
Más ventas
Esta crisis hídrica “es algo urgente de solucionar, y más para las personas que no tienen recursos para comprar agua embotellada”, dice Romina Maciel, una estudiante de Historia de 33 años.
En Montevideo y Canelones, donde un bidón de 6,25 litros de agua se consigue por 130 pesos (unos 3,4 dólares), el consumo de agua envasada se disparó.
Las ventas crecieron un 224% en mayo con respecto al mismo mes del año anterior, según un estudio privado publicado esta semana. El mayor incremento se dio en las botellas de agua sin gas (467%) y en los bidones (217%).
Muchos esperan ansiosos que llueva, pero según el Instituto Uruguayo de Meteorología no habrá un evento “significativo” de precipitaciones hasta el 19 de junio.
Arballo reconoce que la lluvia será “un alivio”, pero eso no impide que continúen los trabajos para conseguir agua subterránea. “La campaña de perforación sigue”, dice.