TEGUCIGALPA, HONDURAS.-Las represas del país han alcanzado sus máximos niveles, pero en la mayoría de los casos han evitado que las tragedias sean de mayor magnitud al captar el agua de los ríos que han provocado las inundaciones.
De no ser por los embalses, las caudalosas corrientes de los ríos del país hubieran generado más desastres a su paso.
La Represa Hidroeléctrica General Francisco Morazán, mejor conocida como “El Cajón”, registró descargas antes de que la tormenta tropical Iota llegara al país, pues había alcanzado los niveles más altos de su capacidad con el fenómeno Eta.
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Autoridades de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE) informaron ayer a EL HERALDO que la represa ha sobrepasado sus niveles.
La tarde de ayer estaba sobre el nivel máximo de 287.95 metros sobre el nivel del mar, cerca del nivel más alto que es de 290, con un volumen de 5,989 millones de metros cúbicos.
Ante esta situación, no se descarta que haya descargas controladas en las próximas horas.
Max Ayala, ingeniero en hidrología de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), explicó a EL HERALDO que la represa que logró contener mayor cantidad de agua fue “El Cajón”. “Si no hubiera estado ‘El Cajón”, lo que sucedió en La Lima, Cortés, se hubiera multiplicado por dos, hubiera sido mucho peor la inundación, pero en estos momentos con las descargas que se hicieron tienen un colchón de amortiguamiento”.
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“El Cajón” se nutre de los ríos Humuya y Sulaco, que al salir de la represa alimentan el cauce del río Ulúa, el cual al desbordarse genera inundaciones en el valle de Sula.
En el caso de la represa Patuca III en Olancho, esta captó la mayor parte del agua arrastrada por el río del mismo nombre, contribuyendo a evitar que los daños fuesen mayores en muchos municipios de este vasto departamento.
Función
Igual ocurre en el sur de Honduras, donde la represa José Cecilio del Valle, que se localiza en el río Nacaome, en el departamento de Valle, ha ayudado a evitar inundaciones.
Aldrin Reyes, coordinador de proyectos hídricos de la Secretaría de Recursos Naturales y Ambiente (MiAmbiente), declaró a EL HERALDO que las represas Nacaome y El Coyolar cumplieron con su función de controlar las inundaciones.
En las tormentas Iota y Eta tuvieron reboses mínimos, porque captaron la mayor cantidad de agua, ya que a lo máximo que llegaron fue a un rebalse de dos metros.
Esto permitió que el río Nacaome no se desbordara, es decir que el embalse cumplió con su función, igual pasó con la represa El Coyolar, evitando que se inundara la parte sur del valle de Comayagua.
En Tegucigalpa no fue mucha la cantidad de lluvia que trajeron Eta e Iota, pero sí aportaron de alguna manera las represas.
Ni La Concepción ni Los Laureles están diseñadas para retener enormes cantidades de agua, y desde principios de octubre el embalse La Concepción ya estaba rebosando y mucho antes Los Laureles.
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Informes del Servicio Autónomo Nacional de Acueductos y Alcantarillado (SANAA) indican que el embalse La Concepción alcanzó el 91.16% de su capacidad, ya que almacenó 33 millones de metros cúbicos de agua, pues su capacidad es de 36.20 millones.
Mientras que la represa Los Laureles tiene una capacidad de almacenamiento de 10.5 millones de metros cúbicos, los que ya fueron sobrepasados según el reporte del SANAA.