El cuentista hondureño Teófilo Trejo murió la tarde de este viernes en la ciudad de San Pedro Sula, al norte de Honduras.
Su rica experiencia con ingenio agudo y fecunda imaginación, lo llevaron a convertirse en un auténtico cuentero, con una gran capacidad de recrear la vida cotidiana del campesino hondureño.
Actualmente, Teofilito -como era llamado por sus amigos y- más conocido a nivel nacional por 'Las perras de Teofilito', tenía 75 años de edad.
El cuentista fue atropellado por un vehículo en San Pedro Sula, por lo que inmediatamente fue llevado al hospital Mario Catarino Rivas de esa ciudad, donde lamentablemente murió a consecuencia de los golpes que presentaba.
Sus historias, fueron recopiladas por Editorial Guaymuras en su libro ' Las Perras de Teofilito', como un acto de justicia y reconocimiento a la tradición oral que mantienen viva la llama de la imaginación y la fantasía de generaciones.
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Teófilo Trejo nació en La Lima, Cortés, en 1941. Al quedar huérfano de madre a los nueve años de edad, tuvo que desertar de la escuela para ayudar a su papá y a sus cinco hermanos en las labores agrícolas que desempeñaban en las fincas bananeras.
Su agitada vida organizativa comenzó en 1971, al convertirse en celebrador de la palabra y monitor de las Escuelas Radiofónicas. Fue presidente de patronato, secretario de equipo de fútbol, alcalde auxiliar y presidente de su grupo base.
Durante los últimos 25 años de su vida estuvo estrechamente ligado al desarrollo del movimiento campesino hondureño, por cuya causa no pocas veces fue golpeado y encarcelado.
Teófilo fue el primer secretario general de la Central Nacional de Trabajadores del Campo (CNTC) y más recientemente era el Secretario General Adjunto de esa organización.
Sus historietas mejor conocidas como “ Las Perras de Teofilito” quedarán en la memoria de los hondureños.
Principales obras del extinto Teófilo Trejo
Frío y Calor
Otra de sus obras es 'Frío y Calor' que parafraseada decía así: Allá por los años del reformismo, 1971 más o menos, viajé con un compañero en gira de trabajo a la región de Intibucá. Se trataba de promover el desarrollo social de las comunidades indígenas.
...En eso estábamos cuando los compañeros empezaron a notar que desde que llegué al lugar fue de temblar y temblar. Non respeto y disimulo me preguntaron si padecía de algún quis nervioso.
-No, compañeros, les decía yo. Lo que pasa es que tengo mucho, mucho frío.
....Y se les ocurrió que la mejor alternativa era bañarme por las buenas o por las malas...Parecía que más bien me iban a fusilar. Aquel acontecimiento reunió más gente que un candidato político....
-¡Échenle agua que se quema! ¡Rápido los bomberos, que se quema Intibucá!... un indígena me dijo:
-Ves que lu bañando lu quita lu frío y lu calor.
Las obras de Teofilito solo pueden ser consideradas del nivel de las historieras de 'Frijol el Terrible', que evocan las características de 'manera jocosa' del campesinado hondureño.
Quien no recuerda la siguiente frase: “Adelante va el conejo” decía Frijol El Terrible; “…Más atrás va la guatuza”, completaba la frase “Gañote”. La población hondureña jamás olvidará los tonos y las frases con las que el también extinto Carlos Salgado dió vida a una serie de personajes que -sin duda- serán parte histórica de la cultura y periodismo nacional.
Salgado que inició su carrera artística a finales de los años 60 con su personaje “Calixto el Telefonisto”. Años después le dio vida a “Frijol el Terrible”, con el que, con su lenguaje cotidiano y popular, hizo críticas fuertes a la realidad del país.
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“Frijol el Terrible” y su inseparable amigo “Gañote” eran el vivo ejemplo de la picaresca local y su lucha por la supervivencia en un mundo hostil, temática que también Teofilito abordó en sus obras.
