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Tras caer Manuel Zelaya Rosales, el chip de propios y extraños se quebró. A los “pitiyanquis” aún les late el ultraje del extinto “dios, padre, hijo” Hugo Chávez vitoreado por los mismos picos, amados y premiados en su gestión y en todas. Sus voces se ajustan a todo albañal político y empresarial; afeitan lo malo por bueno. Quien estrene butaca no debe ser otro trago amargo para los grandes ni para minar más la pisoteada libertad.
Cínicos
En ruinas, el país no está para ardientes ni vejetes, lustrabotas de verdes desde los años 70. Sí, esos que hoy, muy frescos, con bordón, encogidos, con ideas arcaicas o majaderas, hablan de rehacer escuelas, colegios, hospitales, de topar corruptos, narcos y, “gracias” al huracán Fifí -para muestra un botón- son ricos por “construir” puentes en maquetas.El “escape” de cada “gobierno” o su “regente” es domar cierta prensa que hace más de una década tiene “competencia” de “oposición”. De esta forma, el gentío asume que hay periodistas “tarifados” y, otros, “serios”, liados con la “verdad”, negando que cada quien o cada grupo vela intereses de poderosos en busca de retener o lograr el poder. Unos se juran pulcros y taparon orgías en Hondutel, la ENEE y Gobernación. ¡Picaritos!
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Por estas y otras razones, buen trozo de la población ve a canales de difusión o sus empleados como “tarifados” o “sensatos”. Unos y otros, con mentes y bocas perversas y no tersas -metidos directa o indirectamente en política- han dinamitado los sesos débiles del gentío. Por más que de un lado y de otro pinten a los corruptos, la verdad, al final, les estallará en sus fichas.
Ladrón
Un presidente u otro funcionario, sea secretario de Estado, alcalde, regidor, diputado o mamón al Parlamento Centroamericano, puede pagar los millones que le sobren o se robe a medios de difusión o sus miembros, pero si es otro pillo y falso, tarde o temprano perderá el colorete. Muchos dirán qué tiene que ver el presidente o un nuevo presidente con la prensa llamada “tarifada” o de “oposición”.VEA: USA los usa y destusa
Sencillo. Quien logre el sillón, aclamado desde diversos bandos de “acrisolados”, llegará lleno de deudas. Si es del partido de gobierno o no, siempre tendrá sus taparrabos, hasta de aquellos soñados limpios, “dueños de la verdad”, pero con deseos aviesos. En estas tierras cada quien tiene su precio y su horma, igual que un jefe se cuadra en la alcantarilla. Él o los dueños del bazar pueden pagar gargantas de todos los colores y siempre pondrán, a gusto de todos, el maniquí que cuide sus negocios.
Picos
A “todos” les “preocupa” o les urge un mandatario “honesto”. Empero, los grandes financieros y políticos catrachos avivan varias pandillas, tirando centavos y amasando rollos de pisto. En esta cuartería que vivimos, nadie, absolutamente nadie, está libre de pecado. Los señorones (as) de grandes medios de difusión y sus galillos buscan lavar juicios para inclinar votos al que tallan “idóneo” y “puro” para el trono. Puros cuentos.Es un estire y encoge donde el que llega, con todos sus amigos y parentela, se coge todo a su paso. No existe, casi en la mayoría de políticos, empresarios y su prensa (la que escojan) ni un ápice de vergüenza. Medio mundo se llena los bolsillos a lomos del noventa por ciento del erario y, al final “el delincuente y el narco soy yo”. ¡Qué cosas, verdad!
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En una patria de “serios” nadie liado a noticiarios debe ponerse la bandera de uno ni de otro (a) candidato presidencial. Penosamente, hasta en las naciones más vigorosas, las balanzas se doblan según el peso de las fortunas sin importar el infortunio general. El problema, de pronto, no es quién será el próximo presidente, sino quiénes estarán atrás de él y tras el fisco.
El nuevo rey será el menos peor y el menos fogoso para los logros del norte. Así evitarían más riesgos en la democracia local y en la geopolítica centroamericana. El negociado no la tendrá fácil. Silban cambios en la Constitución. JOH estará en su bastidor con un puñado de flores.