Tegucigalpa, Honduras
Su personaje de vagabundo ingenuo y sentimental con grandes zapatos, pantalones bombachudos, un bastón y un sombrero hongo lo inmortalizó en la industria del séptimo arte.
Sin pronunciar media palabra, pero como un rostro tan expresivo como un poema abierto, el gran Charles Spencer Chaplin le dio sentido al cine de comedia y a la crítica social con humor.
Esa forma de ser tan polifacética que con facilidad se quitaba el traje de saco y corbatín de actor, productor, guionista, director, editor y escritor, y se ponía el traje casual de cómico, humorista y compositor, lo grabó en la mente del mundo entero.
Chaplin o Charlot -ambos nombres sumamente conocidos- cumple hoy cuatro décadas de fallecido y su nombre sigue tan vivo como sus películas en blanco y negro que aún se reproducen en decenas de canales de televisión.
Es que la salud del anciano actor comenzó a disminuir desde 1960, cuando finalizó la filmación de “Una condesa de Hong Kong”. Además de los cuadros de asma que padecía, se le diagnosticó demencia senil.
Una Navidad como hoy, solo que en 1977, el reconocido autor guardó todos sus papeles para siempre y mientras dormía elevó su último suspiro al cielo en su residencia Manoir de Ban, en Consiersur-Vevey, Suiza, a los 88 años de edad.
Wikipedia registra que tras una ceremonia íntima fue inhumado en el cementerio del cantón de Vaud. Casualmente, su hija recordó en varias entrevistas que a su padre jamás le había agradado la Navidad porque le recordaba la extrema pobreza que había pasado en su niñez.
El 1 de marzo de 1978, su cadáver fue robado por un pequeño grupo de mecánicos polacos con el objetivo de extorsionar a su familia. Sin embargo, su plan fracasó, los ladrones fueron capturados y sus restos fueron recuperados 11 semanas después, el 17 de mayo, cerca del lago Lemán.
Su cuerpo fue nuevamente sepultado, pero esta vez bajo 1.8 metros de hormigón para evitar otros asaltos.
Un actor sin igual
Nadie puede negar la gran popularidad que Chaplin alcanzó en el cine gracias a las múltiples películas que realizó con su personaje Charlot, al grado de catapultarlo como un símbolo del humorismo y del cine mudo, uno de los hombres más reconocidos de la cinematografía mundial.
La primera película de Charles Chaplin fue “Charlot, periodista”, estrenada el 2 de febrero de 1914. Originalmente fue titulada como Making a Living. Esta cinta muda narraba las aventuras y desventuras de un falso aristócrata inglés convertido en reportero.
En 1981, el Ayuntamiento de Londres erigió una estatua de tamaño natural de Chaplin, donde pasó sus primeros años de vida.
El último año de vida, el querido Chaplin ya no era capaz de hablar ni moverse y solía pasear en silla de ruedas acompañado de su esposa por las calles de Vevey. En septiembre de 1977 presenció un espectáculo circense y, al finalizar, los payasos le otorgaron sus narices rojas en calidad de homenaje. Fue su última aparición pública.
Su personaje de vagabundo ingenuo y sentimental con grandes zapatos, pantalones bombachudos, un bastón y un sombrero hongo lo inmortalizó en la industria del séptimo arte.
Sin pronunciar media palabra, pero como un rostro tan expresivo como un poema abierto, el gran Charles Spencer Chaplin le dio sentido al cine de comedia y a la crítica social con humor.
Esa forma de ser tan polifacética que con facilidad se quitaba el traje de saco y corbatín de actor, productor, guionista, director, editor y escritor, y se ponía el traje casual de cómico, humorista y compositor, lo grabó en la mente del mundo entero.
Chaplin o Charlot -ambos nombres sumamente conocidos- cumple hoy cuatro décadas de fallecido y su nombre sigue tan vivo como sus películas en blanco y negro que aún se reproducen en decenas de canales de televisión.
Es que la salud del anciano actor comenzó a disminuir desde 1960, cuando finalizó la filmación de “Una condesa de Hong Kong”. Además de los cuadros de asma que padecía, se le diagnosticó demencia senil.
Una Navidad como hoy, solo que en 1977, el reconocido autor guardó todos sus papeles para siempre y mientras dormía elevó su último suspiro al cielo en su residencia Manoir de Ban, en Consiersur-Vevey, Suiza, a los 88 años de edad.
Wikipedia registra que tras una ceremonia íntima fue inhumado en el cementerio del cantón de Vaud. Casualmente, su hija recordó en varias entrevistas que a su padre jamás le había agradado la Navidad porque le recordaba la extrema pobreza que había pasado en su niñez.
El 1 de marzo de 1978, su cadáver fue robado por un pequeño grupo de mecánicos polacos con el objetivo de extorsionar a su familia. Sin embargo, su plan fracasó, los ladrones fueron capturados y sus restos fueron recuperados 11 semanas después, el 17 de mayo, cerca del lago Lemán.
Su cuerpo fue nuevamente sepultado, pero esta vez bajo 1.8 metros de hormigón para evitar otros asaltos.
Un actor sin igual
Nadie puede negar la gran popularidad que Chaplin alcanzó en el cine gracias a las múltiples películas que realizó con su personaje Charlot, al grado de catapultarlo como un símbolo del humorismo y del cine mudo, uno de los hombres más reconocidos de la cinematografía mundial.
La primera película de Charles Chaplin fue “Charlot, periodista”, estrenada el 2 de febrero de 1914. Originalmente fue titulada como Making a Living. Esta cinta muda narraba las aventuras y desventuras de un falso aristócrata inglés convertido en reportero.
En 1981, el Ayuntamiento de Londres erigió una estatua de tamaño natural de Chaplin, donde pasó sus primeros años de vida.
El último año de vida, el querido Chaplin ya no era capaz de hablar ni moverse y solía pasear en silla de ruedas acompañado de su esposa por las calles de Vevey. En septiembre de 1977 presenció un espectáculo circense y, al finalizar, los payasos le otorgaron sus narices rojas en calidad de homenaje. Fue su última aparición pública.