TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Apenas sonaron las campanas llamando a elecciones primarias de 2021 y el enésimo grito del presidente Juan Orlando Hernández Alvarado jurando que no volverá, se soltó una pila de exjefes de gobierno, exdiputados, exregidores y de febriles, sin faltar periodistas (damas y machos) que más parecen inútiles con cuerda, incoherentes, camaleones.
Y estos bichos nos quieren seguir teniendo como sus muñecos de cuerda. Su ruta es una prostituta sin pudor. Cero afectos ni ideologías por amor a sus malditas y desmedidas codicias por atajar los hilos y el dinero estatal. Estirados buscan una y las veces que dure su capricho, cualquier cargo de elección popular, así sean tan falsos como un billete de a seis.
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Torta
Afloran soplados -con cronistas (loados por amos gallinas)- “riñendo” el tufo del sistema para lactarlo sin piedad hasta morir en curules y otros puestos cegados de avidez. Adiós a su tonta y vulgar oferta de “salvar el país”, si son del mismo albañal. “Hoy tú, mañana yo”; “hoy yo, mañana mamas tú”. Léperos, así cortan y se hartan la torta del poder.
Desde eras del cerril Roberto Suazo Córdova más de lo mismo, claro, sin faltar amados reporteros que por décadas y, gracias a la cuarta de Callejas, de Flores, de Maduro, de “Mel”, de “Pepe” y de JOH, respiran lujos. De llevar pinches grabadoras a poseer pomposos medios de prensa, establos y seguridad estatal. Mulas eternas de políticos, financieros y de “El Espíritu” que los sueñan “pulcros, influyentes, inteligentes”, el “delincuente soy yo”. Si eres peón urgen tu “hoja intachable” para laborar; si quieres ser presidente, ser el mero delincuente. Inquirir “¿Dónde está el dinero?” es lógico, pero igual absurdo. El pisto, creemos, está en uñas de quienes vemos sanos siendo harto conocido que son insanos. El civil pide decoro y tontamente se vuelve, por codicia, su pichingo de cuerda.
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Galán
Hace dos años, Mauricio Oliva, rector del Legislativo, recibió agravios de un reportero soñado de “objetivo”. Hoy jura que Oliva es un “estadista”. Aló, ¿Marco Tulio? Pico infamante para barrer millones, pero “el tarifado soy yo”. En esa ruta de mimos y pornografías, “Pepe” Lobo acusa que “JOH se lo robó” (el dinero). “Ahí les hice la carretera a Olancho”, dijo JOH refiriéndose a sus anteriores. ¿Y el otro pisto? ¿Me lo robé yo?
En su submundo se dan cuerda. Así se entienden pillos y matronas. El pus de una de ellas nos pasó un alto costo. Rica, pero con ficha. Su hermana prófuga, además de picarita, la vendió. Su par, lelo a su modo, dotó, en vano, radios y televisoras que, al final lucieron sus caletas. Entre ristra de premios, hubo palacios en Valle de Ángeles y en las playas de Coyolito, pero “el extorsionador soy yo”.
Apenas asoman las votaciones y se soltó otra vena de pícaros. Unos (as) ansiando seguir y, otros (as) volver o estrenarse en la laja política. Cheles, azules, desteñidos, solapados, divorciadas, viudas, doble vía, zurdos o diestros buscan puestos en su albañal. ¿Dónde está el billete? Está en la “honra” de quienes todos los días gritan pulcritud desde las cuerdas de su incalculable maldad.
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