Riña de titanes donde algo magnánimo no cuadró en lo personal, en lo político o en lo bancario. Cualquier fantasía podría traicionar hasta las mentes más brillosas o aviesas al ver, oír y leer las diversas y constantes expresiones de “Pepe” Lobo en medios de prensa y en su agitada red social de Twitter en la que casi siempre -viéndose puro- tilda de “delincuente, ladrón y malnacido” a JOH.
AMORES: Pleito a morir –como hemos afirmado en ediciones pasadas- que borró ese amor ideal, fluido y firme jurado en casa y en público entre dilectos galanes siendo el rey Ricardo Maduro Joest. El otro Ricardo, su entonces confidente -hoy saltarín de TikTok- ansiaba a regir la capital. “Pepe”, por su bando, lideraba el Legislativo con su secretario JOH. Tiempos aquellos donde eran uña y mugre.
Un “amor” de dos décadas o un poco más que, por deseos del poder, ocultas o no, se fue haciendo añicos. Hasta “Mi Rosa” cayó acogiendo a JOH para auxiliar a Lobo Sosa. Palos, zapateada y un bolsito a Ricky para abrirle el paso –sin trabas- al lempireño quien, sosegado (su rasgo) tomó el sillón en medio de vivas y aplausos de su antiguo tutor. La perfidia vendría de pedazo en pedazo. ¡Qué injusticia!
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De grandes amigos a grandes enemigos. Cayendo Fabio Lobo su mutuo cariño se fue moliendo, más el encierro efímero de su limpia Rosa Elena sepultó su extensa camaradería. “Pepe” es un lobo que asecha cada paso y respiro de JOH. Lo acusa de embolsarse miles de millones bajo la excusa de Eta, Iota y de la pandemia. ¿Dónde está el dinero? Reclama fresco el olanchano.
BESOS: Esta pareja se mostró feliz desde su estatal noviazgo. Su “maridaje” se selló ante otros grandes. Para “Pepe”, su mujer y otros cuantos más, era el hombre para relevarlo. Así ocurrió al son de chorro de galanterías, besos, abrazos, parabienes, llantos de alegría. Eran el uno para el otro, abrigados en danzas garífunas y comilonas en la casona americana.
“Sí hubo una fiesta electoral…vimos un proceso transparente”, facturó horas después de las elecciones de noviembre de 2013, Lisa Kubiske, embajadora estadounidense viendo que los conteos elevaban a JOH en medio de gritos de fraude por parte de sus rivales. “Pepe”, con sonrisa de oreja a oreja, celebró a lo grande el triunfo de su “pareja”. Llegó James Nealon quien, sobresaltado, veía rarezas en este “casorio”. Arribó Heide Fulton -ya sin Lobo Sosa de par de JOH- y, sin salida, al modo gringo, “ojeó” el “voto rural” que ratificó a JOH en su segundo trono.
BATALLA: Tras chasis políticos, diplomáticos, financieros y geopolíticos todo es válido. Navegar con bandera de tontos es una buena arma. Hoy te abrazo, mañana te apuñalo. Y en estas aguas de ardides aparentemente mansas, el motín puede ser mudo o muy ruidoso, con o sin olores, según el olfateo de las estrellas. Reza un refrán que “en guerra avisada no hay muertos”. Depende de qué trate el asunto.
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Hay fondos que hurgan los intestinos, pero otros de mucho más peso laceran lazos familiares y trastocan los bolsos, hablando meramente de traiciones que superan la quietud y convierten las sonrisas en odio puro. “Pepe”, llegó al poder sometido por el golpe de Estado que derribó a su pana “Mel” Zelaya; lo perdonó –junto a unos pocos- con los Acuerdos de Cartagena, todo ajeno a La Constitución.
Entre estos dos claros actores no existe tirria alguna ni mucho menos en broma. Empero, esa unión con JOH está sin remedio, con un Lobo fiero, sin miedo. Confronta al indómito a cualquier hora. De mimarlo a odiarlo. Uno a uno se siguen en Twitter, pero solo “Pepe” pisa a su exdelfín cuantas veces quiere ante el pasmo de amigos, parientes, partidarios y adversarios de estas figuras.
Difícil atinar quién sobrevivirá en esta “guerra” de semidioses. “Pepe” está a la zaga con el imperio y JOH aún tiene unas cartas bajo su manga con cuatro meses de poder. Los gringos siguen cautos. ¿Habrá casorio por Nueva York? Podría ser. Por estas tierras sobra plata o plomo.
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