El cine en la actualidad está encontrando un banco inagotable de historias sorprendentes e inspiradoras, cuyo origen surge inexorablemente de la pura realidad. Recordamos el año pasado la linda y motivacional historia de Auggie Pullman, el niño que nos robó el corazón, visualizado en la película “Extraordinario”.
Con buenas películas, creadas con una factura justa, sin buscar la espectacularidad ni ostentosidad, el séptimo arte nos acerca cada vez más a las historias que nos demuestran la fuerza y la grandeza del espíritu humano. En esta ocasión, la película “A la deriva” puede parecer a simple vista un simple relato romántico; no obstante, encierra una de las más trascendentales historias de supervivencia ante una abrumadora adversidad.
La historia real de Tami Oldham y Richard Sharp, principalmente desde la perspectiva de Tami, ha dado origen a esta película que actualmente está en nuestras carteleras de cine comercial. En su novela autobiográfica, Tami plasmó los angustiosos acontecimientos de su travesía de 41 días tras un naufragio. Nada podía haber preparado a Tami o a su prometido Richard para atravesar la fuerza de un huracán en alta mar, que cambió de rumbo y se abalanzó sobre su pequeño velero.
Dos de los muchos fanáticos de la novela eran los guionistas, Aaron y Jordan Kandell, quienes la descubrieron cuando investigaban historias ocurridas en alta mar, a raíz de su amor por el océano para convertirlas en guiones cinematográficos.
El mismo día que los Kandells se dispusieron a escribir el guion, fueron contratados para trabajar en otra historia, cuyo tema era similar y cuyo guion es espectacular: “Moana”.
Tanto “A la deriva” como “Moana” cuentan la historia de una mujer joven que siente la llamada del mar y vive una aventura épica con un marinero más experimentado, y finalmente quedando atrapados en una tormenta, ella logra dominar -por supervivencia- el control de la nave; y con ello, su propio destino. A ellos se unió, por un lado, el también guionista David Branson Smith y el director Baltasar Kormákur para perfilar un guion que honra la valentía de la mujer y el coraje de supervivencia que emana de lo profundo del espíritu humano. Por otro lado, la misma Tami Oldham se uniría para supervisar y enriquecer esta fascinante historia. Dentro de las notas de producción de la película, encontramos las declaraciones de los implicados que nos comentan que “...tenerla cerca (a Tami) y que aprobase la película fue aleccionador”, expresa Kormákur. “Supuso un delicado equilibrio emocional en muchos niveles, no estábamos haciendo un documental, estábamos haciendo una película, pero todos somos seres humanos. Tratamos de lograr el equilibrio correcto y todos, tanto el reparto como el equipo, sentíamos que se merecía el mejor de nuestros esfuerzos. Es una persona maravillosa y nos sentimos honrados de que quisiera formar parte. Sinceramente, espero que le agrade”.
“Hay una palabra en idioma hawaiano, pono, que significa ‘justo’, lo que aplica mucho a Tami. Nos sentimos muy afortunados de ser los barcos a través de los cuales su historia es contada al mundo. Obtener su aprobación significó todo para nosotros”, dice Jordan Kandell.
Tami describe el proceso de hacer una película sobre la experiencia que cambió su vida como algo “emocional y surrealista”, pero gratificante.
No dice que para ella “fue un sueño hecho realidad, ver todo el arduo trabajo, la dedicación y el cuidado que todos volcaron. Todo para contar mi historia”.
Les invito a disfrutar de esta maravillosa historia en nuestras salas de cine comercial, hagamos que la experiencia de ir al cine valga la pena y nos motive con historias como esta, donde vemos que la fuerza de nuestro espíritu puede no tener límites.