LA PAZ, HONDURAS.- En la ciudad de La Paz, la escritora colombiana Luz Mary Giraldo tomó café frente a la iglesia del Perpetuo Socorro y declamó su poesía bajo la atenta mirada de una lechuza que se coló como espectadora en el gimnasio del Instituto Lorenzo Cervantes.
Giraldo ama a los pájaros, y seguramente la lechuza llegó para comprobar si había en el repertorio algún verso para ella.
De voz suave y dulce, con una mirada que dispara ternura en cada parpadeo, Giraldo llegó por primera vez a Honduras, convocada por el Festival Internacional de Poesía, Canto y Narrativa Breve “Tegus sí Canta” organizado por Fundación La Chifurnia en cinco sedes: la capital, La Paz, Comayagua, Talanga y Cantarranas.
Su conexión con el público fue inmediata, y en cada escenario en el que estuvo fue aplaudida con emoción. Es que su poesía es hermosa, cotidiana, impredecible, llena de colores y sonidos de pájaros...
(Si desea deleitarse con los versos de Luz Mary Giraldo, puede buscar en las redes sociales de La Chifurnia y comprar sus libros).
Aunque podemos encontrar su obra traducida al chino, portugués, francés, turco y aimara (Google me sacó de mi ignorancia: “Este idioma es hablado en diversas variantes por el pueblo aimara en Bolivia), a la catarata de libro que ha escrito, a los premios y homenajes que recibió en Colombia, España, Rumania, Italia, México y Estados Unidos, no solo es una mujer adorable, sino que posee un don cada vez más escaso entre los intelectuales: la facilidad para reconocer la buena obra de los demás.
Yo tuve la fortuna de compartir dos escenarios con ella (Casa de la Cultura de La Paz e Instituto Jesús Aguilar Paz de Tegucigalpa), y la escuché decirnos a los que estuvimos en esas jornadas de lectura frases como “Ay, pero qué lindo”, “Eso que acabas de leer estuvo bellísimo”, “Te felicito”...
No le digan doctora
Giraldo, a quien no le gusta que le llamen “Doctora”, es ampliamente reconocida a nivel internacional por sus actividades literarias como profesora de literatura colombiana y latinoamericana, ensayista, antóloga, licenciada en Filosofía y Letras, crítica, en fin.
Vive en Bogotá, la ciudad en que nació en 1950. “En mi casa tengo un jardín al que cada mañana llegan los pájaros a cantarme”, nos contó, mientras tomábamos café en La Paz. “Amo los pájaros”.
También nos confesó que es la suegra de Andrea Echeverri, la vocalista de la célebre banda colombiana Los Aterciopelados.
“Este tipo de festivales son importantes para acercar la literatura a la gente. He disfrutado cada momento de mi experiencia en Honduras”, señaló Giraldo al referirse a Tegus sí Canta.
Si Giraldo estuvo tantos años para visitar Honduras, esperamos que nuestro país no le tome tanto tiempo.
La escritora regresa a Colombia el domingo. Lo que son las cosas. Aún no se ha ido... y ya la extrañamos.