TEGUCIGALPA, HONDURAS.- “La cinta roja”, de María Eugenia Ramos, es el cuento con el que la Editorial Alfaguara inicia la antología “Desde el centro de América. Miradas alternativas”.
Esta es la primera antología de escritoras de la región que la prestigiosa editorial publica, y que reúne el trabajo de 21 autoras de Guatemala, Belice, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá.
El libro se abre como un gran abanico de historias, abordadas desde diversas aristas, y que son justamente una mirada a las ricas posibilidades literarias de las escritoras.
“La antología abre sus páginas a los lectores con un cuento de María Eugenia Ramos. Esta no es una casualidad. La maestría de la escritora en el manejo del género del cuento funciona como un umbral a la buena narrativa y a la lectura de los siguientes cuentos que tampoco desmerecen. Las otras cuentistas hondureñas también poseen cualidades dignas de ponderar”, señala a EL HERALDO Gloria Hernández, la antologadora de esta edición.
Junto a María Eugenia Ramos, están representando a Honduras Jessica Isla con “Correr desnuda” y Sara Rico-Godoy con “Aquellos que fuimos”.
En su prólogo, Hernández detalla sobre la propuesta de las hondureñas, que “ponen en evidencia su profundo malestar con respecto al mito moderno de la familia feliz y de las múltiples derivaciones que surgen del anhelo de alcanzar esa utopía”.
Voces de Honduras
Cada escritora tiene su propia historia respecto a las obras incorporadas en esta antología.
En el caso de María Eugenia Ramos, “La cinta roja” es un cuento que originalmente fue publicado en 2020 en el suplemento de cuento latinoamericano de la revista Cuadernos Hispanoamericanos, también fue parte de una selección de cuentos coeditado por el Instituto Cervantes de Milán y Lit Edizione de Roma, por lo que fue traducido al italiano.
Dice Ramos que para ella escribir este cuento fue una “prueba de fuego”, porque tenía 20 años de no publicar, y porque le estaban dando la oportunidad de representar a Honduras en un suplemento de difusión internacional junto a autoras latinas de amplio reconocimiento.
“Que ahora esté incluido en esta antología de Alfaguara, junto a voces frescas, significa que el cuento ha tenido muy buena acogida, y que yo puedo seguir escribiendo historias que tengan significado y trascendencia para el público”, agrega.
En el caso de Jessica Isla, el cuento fue parte de un ejercicio en un taller con Sergio Ramírez, pero por alguna razón la escritora lo engavetó y no volvió a tocarlo hasta que recibió la convocatoria para la antología y decidió mejorarlo.
Su cuento, dice Isla, “está basado en muchas experiencias propias, de mi mamá y de otras mujeres que se sienten desesperadas en el ámbito familiar”.
Por otra parte, Sara Rico-Godoy escribió “Aquellos que fuimos” hace más de cinco años pero lo dejó en sus documentos como una obra inconclusa, hasta que hace dos años volvió a retomarla para incorporar nuevas perspectivas de su vida y de las demás personas, “además de que en ese tiempo logré ser parte de varios talleres de escritura creativa que me dieron las herramientas necesarias para construir el relato. Espero que mi cuento llegue a las personas como una historia cotidiana, pero en la que se esconde la realidad brutal de ser mujer en Honduras y en América Latina”, expresa.
Visibilizar a las escritoras
Publicar una antología requiere de un trabajo en el que siempre quedarán autoras fuera, pero incluirlas a todas es imposible, no obstante, esta muestra busca dar visibilidad a la producción literaria de las mujeres y generar interés en las propuestas de esta región.
La antologadora Gloria Hernández señala que con este tipo de publicaciones se establece un equilibrio necesario a la hora de acercarse a la literatura de un país.
“Sucede que muchas veces la obra de las mujeres no es tomada en cuenta y así se pierden excelentes aportes literarios escritos con mucha mayor dificultad que el de los escritores, por cuanto las narradoras suelen estar a cargo de muchas otras tareas dentro del seno de sus familias. Las mujeres debemos estar conscientes de cuidar este equilibrio para que el siglo que vivimos resulte más justo que el anterior”, acota.
Respecto a este tema, Jessica Isla es del criterio de que los espacios literarios aún siguen siendo muy masculinos, y en ciertos casos hasta misóginos, “entonces sí tenemos menos espacios, menos publicaciones, menos acceso a las oportunidades, sin embargo, estamos luchando para crear esas oportunidades y que la literatura deje de ser en Honduras, Centroamérica y el mundo un privilegio de hombres (....) entonces queremos también desde las mujeres contar nuestras realidades, que no pasan por el eros masculino, no pasan por la erotización masculina como objeto de deseo sino desde nuestras propias vivencias y experiencias, y las de otras”.
Para María Eugenia Ramos, una característica común en los países de la región es la poca visibilidad de la narrativa escrita por mujeres “(...) Hacen falta más espacios de difusión, entender que la literatura comprende diversas manifestaciones, no solo poesía, y reconocer que la calidad de la literatura no tiene nada que ver con el género de quien la escriba, sino con el talento”.
Escritoras de la antología de cuento
- Honduras: María Eugenia Ramos, Jessica Isla y Sara Rico-Godoy.
- Costa Rica: Karla Sterloff, Catalina Murillo y Laura Flores.
- El Salvador: Ligia Orellana, Michelle Recinos y Patricia Lovos.
- Belice: Holly Edgell (cuento bilingüe: inglés/creole-español), Zoila Ellis.
- Nicaragua: Madeline Mendieta, Aura Guerra-Artola y Carmen Ortega.
- Panamá: Eyra Harbar, Nicolle Alzamora Candanedo y Ela Urriola.
- Guatemala: Nicté García, Marta Sandoval, Ixsu´m Antonieta Gonzales Choc (cuento bilingüe: español/cachiquel), Gloria Hernández.
Las frases
“Estas narradoras arman entre todas un panorama integral de la historia no oficial de la región centroamericana. Por otro lado, el aporte literario que realizan es importante porque pone de manifiesto el cultivo particular de la palabra en los diferentes países del istmo”.
Gloria Hernández
Antologadora
“Es necesario abrir nuevos espacios. En este caso, Alfaguara está apostando por el cuento, un género literario que se ha abierto camino entre las grandes editoriales, cuando antes solo había interés en la novela; y también está apostando por la diversidad de voces y las perspectivas que las mujeres aportamos”.
María Eugenia Ramos
Escritora
“La propuesta de las otras escritoras es fuerte y diversa, cada una habla de una realidad diferente, me llama la atención que es la primera antología donde se integran cuentos en la lengua maya y también a Belice, que siempre se ve como un anexo de Centroamérica”.
Jessica Isla
Escritora
“Cada país y cada autora tiene muchas cosas que contar desde su esfera íntima y social, creo que todas las autoras tenemos algo en común y es que vemos el mundo de una forma cínica, donde no nos da miedo contar las cosas como las vemos o hablar de esos temas incómodos de los que nadie quiere hablar”.
Sara Rico-Godoy
Escritora