I ván Duque, uno de los cinco candidatos oficiales del Centro Democrático y Senador de la República de Colombia, habla en esta segunda entrega de su entrevista sobre su propuesta política y el papel del actual gobierno ante la crisis en Venezuela.
¿Qué soluciones tiene usted para atajar la corrupción, ese gran flagelo de Colombia?
Uno de los problemas es que donde hay un monopolio de la información hay un gran riesgo de corrupción. En el caso colombiano, yo he planteado abiertamente que es necesario incrementar los niveles de transparencia y aplicar, por ejemplos, criterios más serios en lo que es la contratación directa, que debe reducirse a la mínima expresión y en casos de emergencia manifiesta. En segundo lugar, deben ser desmontados los carteles de únicos proponentes que se están organizando en torno a la obra pública. Tercera medida: los dueños, gestores y empresas que hayan corrompido alguna vez a algún funcionario colombiano no podrán volver a trabajar con el Estado de ninguna de las formas. Y como cuarta media planteamos claramente que funcionarios que reciban coimas o sobornos no podrán volver a trabajar en la administración de por vida sin ningún miramiento ni perdón. Otro asunto importante es el de los candidatos y sus campañas; creo que es fundamental que los candidatos a cualquier cargo público se hagan responsables de los dineros que reciben en sus campañas, antes y después de las mismas. Tiene que haber un control sobre esas campañas y deben de tener un financiamiento público para determinados cargos. Finalmente, creo que es muy importante que todos los cargos públicos estén sujetos a dos mandatos como máximo en cada cargo de elección popular.
¿Tiene el Centro Democrático una oferta diferenciada del resto de los partidos o es más de lo mismo?
Yo hago parte de esos millones de colombianos que estamos cansados de la política tradicional y la prueba de ello es que yo no soy un político tradicional. He entrado en la política para tratar de hacer un trabajo diferente con valores, principios y proyectos en permanente diálogo con la ciudadanía. Y hoy estoy convencido de que los colombianos quieren una política totalmente distinta que no se base en las clientelas, en los favores, en los abolengos tradicionales, sino que permitan que surjan unos nuevos líderes políticos. También es importante que todos los colombianos tengan cabida en el sistema superando esos anacronismos de la izquierda y la derecha. Una nueva clase política diferenciada de la anterior debe tener unos principios y valores firmes, tal como defendemos nosotros. Nuestra candidatura, creo, tiene esos planteamientos claros y se los presenta al pueblo colombiano. Nuestros ejes pasan por la defensa de la legalidad, por el desarrollo de una política de equidad, por fomentar el emprendimiento, que permita tener un sector privado pujante, y una visión innovadora al frente de las iniciativas públicas y privadas sin perder la sostenibilidad, tanto en lo social como en lo ambiental. Nuestra oferta pasa por que todos los colombianos tengan cabida en un gran proyecto nacional sin exclusiones y basado absolutamente en la legalidad.
¿Se atrevería a profetizar en qué quedaría una hipotética segunda vuelta?
Yo no soy bueno para hacer cábalas, lo que sí le digo es que estamos trabajando con toda la convicción y entereza para que Iván Duque sea el próximo presidente de todos los colombianos.
¿En qué se diferencia su candidatura de la del resto de los precandidatos?
Yo no desacredito nunca el producto de los demás para vender mi producto. Pretendo presentar al país una visión integral para hacer frente a los desafíos que tiene ante sí Colombia. Se trata de que seamos capaces de pasar la página de la vieja política y tomar el rumbo hacia una Colombia más moderna. Hay que ser capaces de pasar esa página también en lo económico, que se resume en que producimos pocos productos y la economía colombiana no se ha diversificado ni ha sido capaz de generar empleo. Pero, para ese cambio hay que ser capaces de apostar a la innovación y a las nuevas tecnologías.
Son muchas las cosas que hay que cambiar. Tenemos que hacer posible que la equidad sea una realidad que permita la expansión de la clase media para permitir a todos los colombianos construir su propio proyecto de vida. Entonces, mi diferenciación con respecto a los demás candidatos es bien clara y hemos presentado un libro con 162 propuestas que le hacemos al país. Somos la única candidatura que ha sido capaz de presentar ese programa tema por tema con las propuestas bien definidas. Nuestras propuestas son claras, financiables, precisas y prácticas para que los colombianos puedan conocer bien nuestro proyecto de país. Le apostamos al futuro, al cambio para Colombia.
Por cierto, ¿hemos pasado la página de las FARC o hay riesgos ante el futuro?
La página de las FARC no se puede pasar cuando se le han dado tantas concesiones a los terroristas. Por ello, para realmente pasar la página necesitamos que en el país haya justicia, que se persiga eficazmente al narcotráfico, que la erradicación y sustitución de los cultivos de coca sea algo obligatorio y no voluntario. Para pasar la página necesitamos también que en este país se elimine la corrupción de nuestra vida pública de una vez por todas, que se persiga eficazmente el tráfico de drogas y que se combata eficazmente el crimen. Queremos pasar página de muchas cosas, pero tenemos que trabajar y ser capaces de explicar a los colombianos nuestra propuesta política de cambio.
¿Cómo examina la situación por la que atraviesa Venezuela?
Es triste ver a un presidente de Colombia que hace años escribía columnas sobre Venezuela, en el sentido de que no podíamos quedarnos de brazos cruzados ante la dictadura que se avecinaba en el país, hoy, ese mismo presidente, Santos, es un cómplice de lo que está ocurriendo en esa nación porque no ha tenido la gallardía y el valor de denunciar los atropellos de un sátrapa contra un pueblo que está pidiendo democracia y libertad en las calles.
Colombia no puede ser indiferente ante lo que está ocurriendo en Venezuela y no se puede quedar en la diplomacia de salón