TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Su obra, en franco ascenso, no es la simple representación de individuos diluidos en paisajes.
Es, según ella, el retrato de una realidad ahora inexorable: la migración vista como uno de los fenómenos más importantes del siglo.
En “Rostros ausentes”, Mary Morales (1999, San Pedro Sula, Cortés), a través de su enfoque en la deconstrucción de la figura humana, ha intentado sumir al espectador en un viaje sensorial, de ida y vuelta, hacia su visión del éxodo masivo.
¿Encontró difícil resumir la crisis migratoria en solo 19 obras?
Sí, es difícil, pero mi arte es muy intuitivo. Mi forma de trabajar es cazando las escenas que, a mi parecer, logren el mayor impacto visual posible. Esta exposición no es un mapa ni una lección humanística de mi parte. Es un cúmulo de emociones personales y de mi entorno respecto a la crisis migratoria que llevamos décadas viviendo en Latinoamérica.
¿Cómo definiría “Rostros ausentes”?
Como una muestra en honor a todas las personas que hemos sufrido la separación de nuestras familias directa o indirectamente. Fue muy impactante para mí que en la inauguración hubo gente que veía mis pinturas con lágrimas en los ojos.
Uno no dimensiona realmente el impacto emocional que puede causar el arte hasta que lo ve desde afuera. No soy una artista que busque ser una guía moral.
La búsqueda en mi trabajo es más bien estética y de representación de lo que a veces no es fácil. Siempre he sabido encontrar la belleza en todas las cosas, en lo malo y bueno.
La pintura es tan poderosa que puede convertir una escena desgarradora en una escena mil veces más impactante. Soy muy observadora.
La gente que no está metida en el arte pasa de largo de muchos cuadros. Hay poca sensibilidad. Por lo tanto, siempre consideré que el arte debe impactar de alguna manera. Yo lo hago con el uso de la luz.
¿Cada fragmento es un cuadro en sí mismo?
Sí y no. Pinto cada cuadro para que sea independiente, pero siempre busco que tengan una unidad cromática acorde a mi personalidad. Me encantan los colores tierra, negros, azules turquesas, verdes fríos, rojos intensos.
¿A su juicio, cuál sería la pieza más significativa?
Definitivamente, la pieza principal. Es una pintura de 5.2 x 2 metros. Logísticamente, fue complicada. Es más grande que mi estudio, así que tuve que trabajarla en formato de cuarteto, pero amé el resultado. Me veo trabajando en grandes formatos.
Se dice que el arte puede ser una metáfora de la vida, una proyección del artista y de la sociedad, ¿coincide?
Totalmente. Mi arte no sería lo que es si yo no tuviese mi carácter, mi origen y mi historia de vida. Si hubiese nacido en Estados Unidos, por ejemplo, no pintaría sobre migración. En mis pinceladas se ve mi carácter.
Soy bastante enérgica. No me gusta sobreexplicarme. Soy difusa, pero al mismo tiempo disfruto la claridad.
En términos generales, ¿cuáles son los ejes de su obra?
Luces intensas, movimiento, sombras contrastantes. Mi arte ha crecido tanto como yo, mi primera exposición la hice cuando tenía 19 años, han pasado muchas cosas desde entonces, he madurado como mujer y artista.
Mi evolución artística ha sido orgánica, siempre he hecho lo que considero lo mejor para mí en el momento, he pasado por muchos estilos, probé abstracción, surrealismo, retratos, bodegones, pero volví a la pintura social, que es lo que amo hacer, materialidad y marrones.
Ahora, todas las facetas artísticas responden a inquietudes personales, ¿cuáles son las suyas?
La calma y el caos. Por un lado, me encanta la naturaleza, la calma y el silencio, pero también el caos y el bullicio de la gente. En mis pinturas me encanta pintar mucha gente, tanta que parecen hormiguitas.
Encuentro gusto estético en los enfrentamientos. Es irónico que cuando se genera una pelea haya dos puntos de vista en discordia, pero cuando la pelea pasa a los golpes, se forma una sola masa...
¿En qué trabaja?
En mi próxima exposición, justo el día después de la inauguración de “Rostros ausentes”, se me vino una nueva idea, así que ya estoy planeando para dentro de unos meses. Tengo unas ganas enormes de salir a cazar paisajes, me ocuparé de eso en estos días.