TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Los últimos tres días han significado para la narco hondureña Herlinda Bobadilla un cambio drástico en su vida, pues se enfrenta a una inminente extradición y la muerte repentina de uno de sus hijos.
En la operación Posmura/Guaimoreto resultó abatido su hijo, Tito Montes Bobadilla, que también era solicitado en extradición.
La noticia sobre el deceso de su vástago le fue notificada hasta este lunes, por lo que solicitó -en medio de su dolor -lo dejaran ver por última vez.
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Aunque la petición pareció ser denegada en un principio, la mañana de este martes trasladaron los restos del hombre de 32 años hasta las instalaciones del Comando de Operaciones Especiales (Cobras) en la ciudad capitalina.
EL HERALDO fue testigo del momento en que la Policía accedió al ingreso de una carroza fúnebre de color blanco a Los Cobras, donde permanece recluida desde su captura Herlinda.
El recinto fue acordonado con un fuerte dispositivo de seguridad, evitando así la entrada de familiares, amigos o sus allegados.
Junto al cadáver de su hijo también ingresó el apoderado legal de la extraditable, quien aseguró que ella permanece tranquila, pues es una mujer de Dios.
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La despedida entre madre e hijo solo duro unos pocos minutos, por lo que los restos mortales de Tito dejaron rápidamente las Fuerzas Especiales.
La encausada de 61 años de edad fue aprehendida este domingo pasado tras librar una orden captura por delitos vinculados al narcotráfico. Estados Unidos ofrecía cinco millones de dólares por su ubicación como recompensa.
De momento, su otro hijo, Juan Carlos Montes Bobadilla se encuentra prófugo de la justicia.