Con lágrimas en sus ojos, sentada sobre una vieja colchoneta en las afueras de la Basílica de Suyapa, doña Alba Chirinos, una abnegada madre y fiel creyente espera con ansias la alborada a la Morenita.
A su lado se encuentra recostado su hijo menor, José Miguel Matute, un joven de 23 años que sufre parálisis cerebral diagnosticada tan sólo cuatro días después de su nacimiento.
Recibir la dura noticia fue devastadora, según relata esta amorosa mujer que afirma que de no ser por la fe que le tiene a la Madre de los hondureños no habría soportado que su hijo, tras haber venido al mundo de manera normal fuera diagnosticado con este terrible padecimiento.
'Todos los años vengo a visitar a la Virgencita para esta época, porque aunque haya gente me diga que mi hijo es una carga, para mí es una bendición', relata.
Residente en la colonia Nueva Suyapa, esta madre soltera, que tiene seis hijos mayores, asegura que su vástago no representa más que amor en sus ojos y que no se imagina la vida sin él, porque es un milagro.
Mientras ve pasar la gente a su lado, dirigiéndose a la iglesia, espera que alguna autoridad del gobierno conozca su caso y le pueda brindar apoyo, pues José Miguel no cuenta con una silla especial, ya que la que utilizaba hace unos años le queda pequeña.
Esta mujer de escasos recursos económicos, pero de una fe inquebrantable, dice poner en manos de Dios y la Virgen todo, pues sólo ellos conocen las carencias de cada persona.
Otro caso
Otro de los casos conmovedores en esta fiesta religiosa es el del niño Joel Alexander Martínez viajó desde la aldea de Matazano, La Paz, en la parte central del país, pidiendo a la virgencita que le ayude a encontrar alguien que le done una muleta para poder caminar sin ayuda.
Según el abuelo del menor Juan Miguel Suazo, el niño nació con una malformación en su pie derecho.
El número del móvil de don Juan es el 9938-8806, el cual publicamos con la esperanza de que alguno de nuestros lectores puedan apoyar a este pequeño.