TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Lo que antes era un cerro lleno de densas zacateras, en la actualidad es uno de los barrios más icónicos de Comayagüela.
Se trata del barrio Bella Vista, cuya ubicación permite una espectacular panorámica de la ciudad; es de ahí que se deriva el nombre bajo el que bautizaron a este sector.
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Sus primeros pobladores fueron pieza clave en el desarrollo del lugar y es que en 1976 conformaron un comité pro mejoramiento del barrio hasta convertirlo en un patronato, el cual era respetado por todos, aseguran los más longevos de residir en la zona.
Casas humildes de madera con lámina de zinc fueron las primeras construcciones que se hicieron en el lugar. Para ese entonces, los pobladores pagaban sesenta lempiras mensuales por sus terrenos, hoy la plusvalía se ha multiplicado considerablemente.
En los 80 llegaron los servicios básicos como respuesta de la lucha que emprendió el patronato en esos años.
Una vez que contaban con agua y energía, gestionaron la construcción de un centro educativo, puesto que los mismos vecinos daban clases a los niños en sus casas.
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Un año más tarde, se logró la construcción de la Escuela Urbana Mixta Profesor Francisco Martínez, centro educativo que ha sido el hogar de la mayoría de menores no solo residentes de Bella Vista, sino también de zonas aledañas como Las Crucitas, barrio Lempira y
El Centavo, entre otras. Los actuales pobladores dijeron a EL HERALDO que la vista que tienen de la ciudad y que pueden apreciar desde sus propios balcones es el valor agregado que más presumen de su barrio, fortaleza que no cambiarían por nada.
Tanto de día como de noche propios y extraños pueden deleitar su vista con las postales que ofrece la altura en que se ubica el citado barrio, uno de los más antiguos de Comayagüela.