TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Una amenaza que suma fuerzas en la lista de las vulnerabilidad de la capital ante los desastres naturales es el hundimiento de las calles.
Hace dos semana en la ciudad se reportó un socavón en la calzada principal de la etapa II de Prados Universitarios y otro más -de menor magnitud- en una calle de Altos de la Sosa debido a las fuertes lluvias, pero según los expertos, estos problemas solo serían el inicio del calvario que le espera a la ciudad en la temporada de invierno.
El especialista en geología y máster en geotecnia José Arce explicó a EL HERALDO que la vulnerabilidad de la capital se tiene que entender desde dos puntos de vista: uno es utilizar terrenos que no tenían la calidad geológica o geotécnica para construir sobre ellos, ya sea cerca de las quebradas o en laderas inestables, conocidas como zonas de falla; el otro problema se debe a la degradación del drenaje de la ciudad, ya que las conducciones, a medida se van degradando, filtran agua y esa filtración altera el subsuelo, lo que provoca el movimiento de las partículas más finas.
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Con el paso del tiempo se mueve más material hasta crear los hundimientos.Para el experto, “el mal mantenimiento del drenaje de la ciudad, al no evacuar el agua a puntos seguros”, satura el terreno y produce los socavones que estamos viendo.
Por tanto, aseguró que una de las medidas a tomar para evitar más hundimientos es realizar evaluaciones periódicas en el alcantarillado de saneamiento e identificar las calles que presenten indicios de daños, como pequeños hundimientos.
“Pueden ocurrir socavones en cualquier momento, pero se intensifican en la época de lluvias”, aseguró.
Al igual reconoció que no es un problema nuevo, solo que en estos momentos se han dado fenómenos que son un poco más espectaculares.
Arce asegura que este problema no engloba toda la ciudad ya que hay partes seguras, pero no se descarta incidencias en las zonas de riesgos naturales.
“Los socavones suelen hacerse donde hay zonas de alcantarillado, suelos que artificialmente los hemos rellenado y que no se ha compactado bien”, explicó.
Por su lado, el gerente de la Unidad Municipal de Gestión Integral de Riesgo (UMGIR) de la Alcaldía Municipal, Luis Maier, lamentó que a pesar de que las quebradas no son áreas urbanizables la mayoría tiene un embaulado, semiembaulado o una obra al borde del cauce.
Maier aseguró que para evitar este tipo de problemas controlarán el desarrollo urbano de la ciudad y aplicarán un plan maestro para analizar tanto el drenaje de las cuencas como la caracterización del alcantarillado.
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