TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Entrar o salir de la ciudad convierte la espera en una endémica tortura que supera -en horas pico- hasta más de una hora en la salida al sur, norte, Olancho y El Paraíso, mientras que el precio de los combustibles sigue al alza y no da tregua.
Según Movilidad Urbana, las horas conflictivas son de 7:00 a 9:00 de la mañana y de 4:00 a 7:00 de la noche y parte del problema deriva del irrespeto del transporte pesado y obstáculos que limitan el libre flujo, no obstante, desde la Alcaldía Municipal estudios y propuestas podrían generar alivio.
Análisis
El vicealcalde Cárlenton Dávila detalló a EL HERALDO, con base en un estudio que realizó junto a estudiantes de la Universidad José Cecilio del Valle, que de todas las salidas, es la del sur la más conflictiva.
“La salida al sur de la ciudad es una arteria de tránsito de un con un 60 por ciento de carga de productos que son parte de la economía de la ciudad y del país”, detalló mientras añadía que la estrechez de las trochas añade más dificultad con unos 50 mil vehículos que circulan desde el Hato de Enmedio hasta la entrada a Altos de Toncontín.
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Por otra parte, la salida al norte mantiene un 50 por ciento de la movilidad de carga pesada, asimismo tiene dos puntos críticos que forman un embudo que aglutina unos 25 mil vehículos a inmediaciones del puente El Carrizal y el colapso de la arteria del bulevar Fuerzas Armadas, que solo por la mañana y tarde -en promedio- es recorrido por setenta mil vehículos.
En cuanto a la salida a Olancho, Dávila señaló dos zonas de conflicto: una de ellas, la rotonda antes del desvío a La Laguna, así como la conexión desde el centro de la ciudad a través de la cuesta de El Chile, donde circulan unos 25 mil vehículos.
“En tema de tráfico de la ciudad, el principal problema es la poca inversión en nuevas calles alternas para las salidas o entradas”, estimó.
Soluciones
José Mendoza, titular de Movilidad Urbana, explicó que ya tienen propuestas, en el caso de la salida al sur, para que en las próximas semanas se realice una simulación con la rotonda, la cual “no tiene justificación técnica” y será demolida para crear un bulevar que mantenga el flujo continuo.
En el caso de la salida a Olancho, que tiene una falla, se tiene la intención de unir la calle de La Laguna con la de El Lolo y así dar opciones para que los vehículos pesados tengan la alternativa de no utilizar la calle que pasa por la Cerro Grande.
“La carga pesada altera la falla geotécnica, se puede pavimentar muchas veces y siempre estará ese problema, por eso buscamos liberar la calle”, resaltó.
En cuanto a la salida al norte, Mendoza también coincidió en que El Carrizal es un punto crítico derivado del desorden del transporte urbano y los trabajos de rehabilitación que se ejecutan.
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“Queremos hacer un libramiento y también trabajamos en el perfil para lanzar a futuro; la solución para el tema de Mateo, conexión anillo periférico y calle de Lepaterique”, adelantó el funcionario.
Asimismo, sobre el problema en la calle hacia El Paraíso, explicó que parte de la solución será un ordenamiento vial desde el mayoreo hasta las terminales de buses de colonias aledañas.
“En las intersecciones se necesitan rehabilitaciones, podrían entrar en el proyecto de mejoras del bulevar Fuerzas Armadas. También hay obstáculos en las calles”, advirtió.
Mientras los funcionarios señalan los problemas y avizoran futuras soluciones, conductores entrevistados por este rotativo expresaron su descontento y se quejaron del eterno calvario que surge al salir o entrar a las ciudades gemelas.
