TEGUCIGALPA, HONDURAS.- “Si no presionamos no trabajan”, así de sencilla fue la respuesta de uno de los habitantes de la salida a Olancho al ser consultado por el motivo de las protestas hacia la administración de “Buen corazón”.
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De acuerdo con el registro de protestas o manifestaciones realizadas por los capitalinos, los primeros destellos de inconformidad se presentaron en mayo tras el despido de personal de las microempresas de barrido.
De igual manera, a inicios de junio de 2022, apenas cinco meses después de la asunción del edil Jorge Aldana, la leyenda “No hay alcalde” resaltó en la calzada del anillo periférico para encender, según los capitalinos, la antesala de los cuestionamientos.
Otras manifestaciones que paralizaron la ciudad y movilizaron a los empleados municipales ocurrieron en septiembre y noviembre, los eventos fueron protagonizados por los vendedores del mercado Perisur.
Locatarios consultados detallaron a EL HERALDO que gracias a la presión lograron activar la promesa de la terminal de buses.
Asimismo, la salida a Olancho, la de Danlí y la zona sur también se convirtieron en epicentros de protestas por el incumplimiento de la reparación y culminación de las carreteras.
Desde manifestaciones por instalaciones y remociones de portones de “Barrio seguro” hasta la lentitud por culminar obras heredadas que ayudarán a la circulación de vehículos figuran entre los reclamos que han paralizado el DC.
Además, entre otros motivos que originaron protestas y, en consecuencia, promesas de soluciones se mencionan los reclamos de los habitantes del Reparto y zonas aledañas, que exigen obras de mitigación, y el de los habitantes del barrio El Chile