La pesada carga que tenían sobre sus hombros ha comenzado a ser menor gracias al corazón de los capitalinos.
La esperanza de sacar a las hermanas Juana y Alicia Martínez del sufrimiento de la soledad y las malas condiciones de salud a las que estaban sometidas se está haciendo realidad.
Los pañales, alimentos y dinero que los donantes han enviado están llegando de forma efectiva a las beneficiarias que tanto lo necesitan.
La niña Juanita, a pesar de su dolor por el hecho de haberse separado temporalmente de su hermana, no se cansa de agradecer a las personas que les envían ayudas.
“Que la Virgen María les recompense por todo el favor que hacen por nosotras, no tengo cómo agradecerles”, expresó la niña Juana.
Mejora a la vivienda
En la actualidad varias organizaciones analizan la forma de hacer las reparaciones de su humilde hogar, que está a punto de caer por lo carcomido de las paredes.
Jóvenes voluntarios analizan sus presupuestos para realizar una campaña de remodelación de la vivienda.
¡La extraño!
La niña Juana lamentó no poder cuidar a su hermana. Con el paso de los días, ha asimilado la urgencia de darle cuidados y atención medica.
“A mi hermana yo la he cuidado, hasta la comida le daba en la boca, lo que se me ha hecho difícil es cambiarle de ropa”, recordó, al tiempo que las lágrimas corrían por sus mejillas.
De momento su ilusión es que su hermana se ponga bien de salud, y si tarda mucho, le pedirá a Jochito (su hermano) que la lleve a visitarla.
Mientras, la niña Alicia, está bajo los cuidados del doctor Francisco Amador, fundador del asilo de ancianos Ceder.
Según el galeno, es necesario suministrar de forma rápida un programa de alimentación suave a través de gerbers y yogurts.
Además, se le comenzó a aplicar un suplemento nutricional liquido (sueros). Además, se le suministra pomadas para sanar las llagas de su espalda.