TEGUCIGALPA, HONDURAS.-La vulnerable capital sigue resistiendo el embate de Iota, que desde la madrugada de ayer comenzó a sentirse en la ciudad.
Los capitalinos se despertaron bajo una pertinaz lluvia y fuertes vientos. Debido al temor y asueto que se otorgó, las calles de la ciudad lucían vacías.
La zona noroeste de la capital es uno de los puntos que se tiene bajo vigilancia extrema debido a la saturación de los suelos, ya que se pueden presentar deslizamientos de tierra.
Al mediodía de ayer los primeros problemas se comenzaron a reportar con la caída de árboles.
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Al final del anillo periférico, en el desvío hacia la colonia 21 de Octubre, un árbol cayó sobre la vía impidiendo el paso y reventando el tendido eléctrico de la zona.
En la calle principal hacia El Hatillo un gigantesco pino cayó sobre la carretera, lo que provocó que no hubiera paso, además de causar la destrucción de un transformador de energía eléctrica. Mismos problemas se reportaron en las colonias Kennedy, Miraflores Sur y en los bulevares Morazán y Juan Pablo II.
También se reportaron deslizamientos en el anillo periférico y vías anegadas.
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Derrumbes y cierres
Según las autoridades del Centro Nacional de Estudios Atmosféricos, Oceanográficos y Sísmicos (Cenaos), hasta la tarde de ayer en la capital cayeron más de 70 milímetros de lluvia.
Esto ocasionó que una se-cción de una vivienda colapsara en la colonia Las Torres.
En este evento una joven menor de edad resultó herida, quien fue auxiliada por elementos del Cuerpo de Bomberos.
Según el reporte de las autoridades del Comité de Emergencia Municipal (Codem), los niveles de los ríos se mantenían hasta ayer en la franja amarilla, es decir, que pueden causar inundaciones menores.
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Es por esta razón que las autoridades realizaron el cierre de los puentes que conectan Comayagüela con el centro de la capital.
El cierre de las estructuras se realizó de forma estratégica por elementos policiales.
Entre los puentes están el Mallol, Juan Ramón Molina, Estocolmo y Bailey, entre otros.
Por su parte, Mario Reyes, gerente del Codem, informó que en la zona de El Berrinche el agua está corriendo por los túneles y cunetas de alivio. “En la capital tenemos a unas 800 personas de la comuna trabajando, misma cantidad nos apoya de otras instituciones”, dijo Reyes.
