La inseguridad campea en la calle principal del popular barrio La Granja.
Una hilera de cuatro viviendas y establecimientos comerciales en ruinas se han transformado en el nido de delincuentes y drogadictos que siembran el terror en las calles.
Los comerciantes que transitan a diario por la zona aseguran que después de las 5:30 de la tarde es casi un suicidio pasar por la zona debido a la inseguridad y los constantes asaltos.
“Si a plena hora del día le arrebatan las cosas a la gente, no digamos apenas cae la noche, porque los delincuentes aprovechan la oscuridad para sorprender a sus víctimas”, afirmó un ciudadano que por temor no proporcionó su nombre.
En la calle que conduce hacia el bulevar Centroamérica se ubican varias paradas de buses que permanecen desiertas debido a la inseguridad que priva en la arteria.
“Uno prefiere refugiarse en un negocio y salir cuando se aproxima el bus, para evitar que lo asalten”, relató una joven.
Los propietarios de negocios de este importante cordón comercial exigen a las autoridades municipales que procedan a la demolición de los inmuebles y sancionen a sus propietarios.
