La concentración de niños en un salón de clases, los cambios bruscos de temperatura y la cantidad de virus, bacterias, pólenes y otras partículas de contaminación en el ambiente vuelven propensos a los centros educativos a ser víctimas de infecciones, brotes, epidemias y enfermedades diarreicas.
El contagio de gripe es común en las escuelas, por lo que acostumbrar a su hijo a lavarse las manos continuamente con agua, jabón y un antibacterial es de gran ayuda, ya que muchos virus pueden alojarse en las manos y transmitirse fácilmente de un niño a otro. También debe enseñarle a estornudar de manera higiénica: cubriendo su boca con un pañuelo o con el brazo.
Tanto los padres de familia como las autoridades de los centros escolares pueden ejecutar acciones conjuntas para proteger a los menores en este regreso a clases.
1. Infecciones respiratorias.
Un niño promedio presenta entre 5 y 7 infecciones agudas respiratorias al año. Si es alérgico o asmático los síntomas empeoran. Abríguelo bien cuando llueva o bajen las temperaturas.
2. Brotes de piojos y varicela. En ambos casos, el menor debe guardar reposo en su hogar y los padres tienen que avisar a la escuela para que tome medidas preventivas en las instalaciones. Entre febrero y abril es la temporada en que se reportan más brotes de varicela, enfermedad muy común en niños de cuatro a ocho años.
3. Riesgos sanitarios. La falta de limpieza o una mala higiene de los baños escolares, además de la calidad del agua, son dos de los riesgos a los que están expuestos los alumnos en el regreso a clases. Verifique que en el centro escolar haya una adecuada higiene de los servicios sanitarios. Recuérdele a su hijo que debe lavarse las manos después de ir al baño y que no beba agua del grifo.
4. Meriendas.
Si es usted quien se encarga de arreglar la lonchera, asesórese con un nutricionista para planear un menú que le provea al menor los alimentos necesarios para garantizar su desarrollo físico. Si su hijo lleva dinero para comprar su merienda en la escuela, es bueno que usted conozca el menú disponible.
5. Cansancio e insomnio. Aunque esto no es un problema del ambiente escolar, afecta a los estudiantes en su desempeño en el aula. Así que es tarea de los padres de familia organizar los horarios de su hijo para garantizar que cumpla con sus obligaciones escolares sin sacrificar sus horas de sueño. La práctica de hábitos saludables y procurar que el niño vuelva a la rutina escolar al menos dos días antes del regreso es de mucha ayuda. Estos consejos también son extensivos a los padres, ya que deben dividir su tiempo entre sus responsabilidades laborales y las tareas del hogar (planear menús, levantarse más temprano, alistar los uniformes, revisar tareas, estudiar con sus hijos, trasladarlos a las escuelas...). Así que irse a la cama más temprano y llevar un buen régimen alimenticio funciona tanto para los hijos como para los padres.
Cobertura médica
Analice los beneficios de optar por un seguro médico infantil. Hay varias alternativas a diferentes costos. Algunas escuelas hacen convenios con aseguradoras que les brindan precios especiales. Recuerde que los niños, por su hiperactividad y curiosidad, se exponen a caídas, quebraduras, esguinces... por lo que no está demás que tengan cobertura médica.
La experta responde
¿Por qué es importante llevar a los hijos a un chequeo médico?
Porque los niños tienden a enfermarse más al estar en contacto con otros menores, por eso es importante que previo al inicios de clases los padres lo lleven a un chequeo médico. Este chequeo (que debe hacerse una vez por año) sirve para llevar un seguimiento del desarrollo físico del niño y descartar la sospecha de algunas enfermedades que pudieran estar afectándolo, como las dificultades para ver o escuchar.
¿En qué consiste este chequeo general?
Se hace un examen físico general en la clínica, una valoración oftalmológica (si presenta algún tipo de problema de visión) y una evaluación laboratorial (examen general de orina y heces, hemograma completo y glicemia).
¿Qué deben hacer los padres para protegerlos?
Deben estar pendientes de lo que comen sus hijos, acostumbrarlos a que desayunen, almuercen y cenen, teniendo una dieta balanceada (rica en vegetales, frutas, carnes, antioxidantes y fibra). Es importante revisar que los niños antes de entrar a clases tengan su cuadro de vacunas para protegerlos de los virus. Además, la mayoría de los niños son alérgicos al polvo y cambio de clima, por lo que los padres deben estar más pendientes de ellos, es decir, abrigarlos brindándoles los medicamentos indicados en aquellos casos en que los niños tienen una patología específica. Asimismo, no se tiene que mandar por ningún motivo al niño a la escuela cuando esté enfermo, porque puede contagiar a sus compañeros.
¿Cuál es el papel de los maestros?
Los educadores son una pieza clave para la salud del niño, por eso deben estar pendientes de su grupo de alumnos. Ellos son, en la mayoría de los casos, quienes detectan oportunamente cualquiera de aquellos signos de alerta en el aprendizaje o desarrollo del menor.