La seguridad vial y el manejo a la defensiva no solo dependen de ir pendientes de lo que hacen los demás conductores, también existen algunas limitaciones provenientes de la persona al volante.
A veces por falta de habilidad, otras porque en realidad nunca se aprendió a conducir bien, otras por exceso de confianza, otras por la adrenalina que puede producir la velocidad y otras por la pérdida de facultades relacionadas por la edad o por el uso de medicación.
También existe lo que se conoce como amaxofobia (miedo a conducir). Se trata de un serio trastorno que, según distintos estudios, padecen numerosas personas.
El 25% son hombres. Suele aparecer en torno a los 35 años. Pero también está la limitante de la vista, ya sea por no realizarse un chequeo oftalmológico, no renovar la graduación de los lentes o no usar los lentes de contacto adecuados.
Esto puede ocasionar grandes peligros al volante, no solo para la persona que conduce, sino para peatones y demás usuarios de la vía. Los riesgos se incrementan sobre todo cuando es de noche, cuando llueve o cuando hay mucha bruma, ya que la visibilidad se dificulta aún más.
Otro problema es el relacionado con la audición, ya que se necesita hacer uso de este sentido para estar pendiente de sonidos de alarmas, el ruido del claxon de otros conductores que le advierten su presencia, un sonido extraño en el auto, que le puede indicar la existencia de alguna falla, entre otros problemas.
También se han realizado estudios que alertan sobre el peligro de las cefaleas y el caso de las personas que sufren de migrañas, ya que estos padecimientos con frecuencia hacen que el conductor no mantengan su concentración en la carretera, lo que es un grave peligro al volante.
Otra recomendación es estar conscientes que hay una edad en la que se pierden ciertas facultades al volante y los reflejos ya no son como antes, que es el caso de los adultos mayores.