El especialista comentó que, debido a diferentes razones, hay personas que sufren de dolores crónicos en estas áreas y en su desesperación por buscar algún tratamiento terminan acudiendo a la cirugía, que en muchas ocasiones no es necesaria, sobre todo al haber otras alternativas.
“En el caso de los deportistas, suele pasar que al sufrir una lesión se operan y a largo plazo padecen de dolores nuevamente, no porque hayan tenido una ruptura en alguna estructura, sino porque con el tiempo los tendones y ligamentos se van deteriorando. Además, con la edad, las personas van sufriendo procesos degenerativos y terminan padeciendo de enfermedades como artritis y artrosis”, agregó.
Posible solución
Hay que aclarar que la proloterapia no funciona para regenerar huesos, pero puede tener algún efecto positivo sobre el cartílago. Sin embargo, lo más importante es que sí ayuda a fortalecer los ligamentos y los tendones del cuerpo.
“Lo que pasa con estos es que tienen poca irrigación, poco riego sanguíneo, por lo que pueden sufrir riesgos y es difícil que se recuperen. Lo que hacemos con la proloterapia es inyectar una sustancia que produce un poco de inflamación controlada para atraer todas las células de defensa que tiene el organismo y así estimular la regeneración. El tratamiento funciona como un imán con el que ayudamos al cuerpo a que con sus propios recursos se cure”, informó Samayoa.
¿Qué se inyecta?
La magia corre por cuenta de un elemento que es reconocido por el propio cuerpo, por lo que no hay riesgo de que se desencadene una reacción alérgica. Se trata de azúcar en fuertes concentraciones, a través de pequeñas cantidades por cada inyección. Aunque se ha experimentado con otras sustancias, esta opción es la más funcional.
