Tegucigalpa, Honduras.- ¿Quién no desea ser feliz? Nos han enseñado que la felicidad es el objetivo supremo, la meta que todos debemos alcanzar. Pero, ¿y si le dijeran que la felicidad por sí sola no basta y que lo verdaderamente esencial en la vida no es acumular momentos de alegría, sino encontrar un propósito que trascienda?
Cada vez más psicólogos sostienen que priorizar una vida con propósito sobre una vida simplemente feliz puede llevar a un bienestar más profundo y duradero.
Y es que la felicidad, a menudo definida como la presencia de emociones positivas y la ausencia de angustia, es un objetivo loable, por supuesto. No obstante, estudios indican que quienes se enfocan exclusivamente en ser felices pueden sentirse menos satisfechos, ¡vaya paradoja!

De hecho, la presión por alcanzar la felicidad puede generar ansiedad, dificultando la obtención de aquello que tanto anhelan. Como bien dijo Viktor Frankl, renombrado psiquiatra y sobreviviente del Holocausto: "La felicidad no puede perseguirse; debe sobrevenir como consecuencia natural". Note a continuación cinco aspectos a tomar en cuenta para construir una vida más satisfactoria:
La importancia de la autodisciplina con propósito
Una existencia con significado implica propósito, conexión y contribución. Aquellas personas que se entregan a actividades significativas, ya sea en el trabajo, las relaciones o el crecimiento personal, reportan una mayor satisfacción vital, que incluye sentir dicha.
A diferencia de la felicidad por sí sola, que es volátil, el que usted fortalezca su sentido de propósito actúa como un cimiento sólido que fortalece su resiliencia y le permite afrontar los desafíos sin perder el rumbo.
Es curioso notar que muchas investigaciones sugieren que quienes poseen un alto grado de autodisciplina no solo resisten las tentaciones, sino que de manera natural se inclinan por actividades alineadas con sus valores.
¿Ha reparado usted en este hecho? Criar una familia, desarrollarse profesionalmente o servir a una causa requieren esfuerzo, pero le otorgan una sensación de plenitud incomparable. Es aquí, entonces, donde entra el autodominio y la autodisciplina como parte integral para darle significado a su existencia.
Experiencias cotidianas sencillas.
Huelga decir que si bien definirle propósito a su vida debe primar, esto no significa que usted deba descartar el placer y la felicidad. Goce de momentos sencillos, como reír, descansar, viajar, abrazar a sus seres amados, disfrutar de su música favorita, deleitarse con una buena comida, pasear a sus mascotas, ver una flor en el campo o perderse en el naranja de un atardecer y, de vez en cuando, salga de la rutina y regálese un capricho.
Todo esto es vital para mantener en balance su salud mental y hasta física. Mantener su existencia centrada en un propósito sin olvidar disfrutar del maravilloso viaje en dicho cometido es la clave.
La importancia del equilibrio.
El equilibrio es el color de la vida. Uno de los mayores riesgos en la búsqueda tanto de la felicidad como del significado es el agotamiento. Quienes viven con un fuerte sentido de propósito suelen entregarse sin descanso, a veces hasta el punto de la extenuación. Aunque la pasión impulse la perseverancia, es crucial establecer límites y asegurarse de que la búsqueda de significado o dicha no se convierta en una carga insostenible.
Construya una vida con propósito; comience con elecciones deliberadas. No siempre es necesario que usted emprenda gestas heroicas para encontrar significado. A veces basta con fortalecer los lazos familiares, contribuir a la comunidad o fijarse metas personales alineadas con los valores propios. Hasta puede ser algo tan personal como un pasatiempo favorito. Lo importante es que dicha actividad le aporte sentido de logro y satisfacción.
La importancia de la reflexión.
Reflexione sobre lo que realmente importa, pues esto puede abrirle las puertas a una existencia más plena y enriquecedora.
Quizás la mayor ventaja de una vida con significado es su permanencia. La felicidad fluctúa con las circunstancias, pero el propósito perdura incluso en tiempos difíciles. Quienes encuentran sentido en la adversidad suelen emerger fortalecidos, demostrando que la verdadera satisfacción no radica en evitar el sufrimiento, sino en hallar significado dentro de él.
Reflexionar también abre su mente y corazón a su lado espiritual, que todos los seres humanos poseemos, pese a que algunos insistan en negarlo. Sea que usted sienta afinidad por una u otra religión, o admire al dios de Baruch Spinoza y de Albert Einstein, es decir, la naturaleza, las matemáticas y la ciencia, su espiritualidad se verá fortalecida si dedica tiempo a meditar en las razones por las que en su vida puede ser agradecido. Ver todo desde este prisma reflexivo robustece su sentido de propósito y le aporta felicidad y bienestar como resultado.
La importancia de sus raíces.
En América Latina, el concepto de una vida con propósito adquiere un matiz cultural profundo. La familia, el respeto a las tradiciones y la conexión con la comunidad son pilares fundamentales de antaño. En Honduras y en toda la región, la solidaridad y el sentido de pertenencia son valores esenciales que han dotado de significado la vida cotidiana. Lamentablemente, esta característica ha perdido brillo en las últimas décadas. Evite caer en ese error. Atesore sus orígenes y jamás olvide la sencillez de su cultura y familia e inculque este sentir en sus hijos para que ellos también disfruten de vidas más significativas.
Es indudable que la elección entre felicidad y una vida con significado no es dicotómica ni son conceptos mutuamente excluyentes. Las vidas más plenas logran entrelazar el gozo con el propósito. Quizás, en lugar de perseguir la felicidad como un fin en sí mismo, debamos todos recordar que el significado nos brinda una dicha más auténtica y duradera, y es ahí donde emerge la felicidad genuina y un gozo interno, no la efímera alegría externa.
En un mundo que constantemente nos dice "solo sé feliz", tal vez el verdadero secreto para la plenitud sea algo mucho más profundo: vivir con propósito, abrazar los desafíos que ello implica y encontrar la alegría real en el camino.