De acuerdo con Emerzon Castillo Cibrían, psicólogo clínico, el abuso psicológico en la pareja es un tipo de violencia, generalizado y, sobre todo, el más normalizado. Ahora, este tipo de abuso es difícil de reconocer. Puede ser de forma sutil e insidiosa o abierta y manipuladora, pero de cualquier manera socava la autoestima de la víctima, al punto que comienza a dudar de sus percepciones y la realidad.
El objetivo subyacente del maltrato emocional es controlar a la víctima desacreditándola, aislándola y silenciándola.
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Al final, quien sufre el maltrato se siente atrapado. A menudo están demasiado heridos como para continuar con la relación por más tiempo, pero el temor de “pérdida” resulta ser un condicionante. Así que el ciclo simplemente se repite hasta que se rompe.
En un esfuerzo por comprender el abuso emocional, Castillo Cibrían enumera algunas de las sutiles señales insidiosas que podrían indicar este tipo de violencia.
El gaslighting (“luz de gas”), por ejemplo, es una forma de abuso emocional o control coercitivo en el que el perpetrador niega que hayan ocurrido hechos para hacer que sus víctimas duden de sí mismas y cuestionen su propia percepción de la realidad.
Otra señal es la invalidación, es decir, negarse a aceptar sus sentimientos, tratando de definir cómo usted debe sentirse, incluso de acusarle de ser “demasiado sensible”, “demasiado emocional” o “loco (a)”.
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