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Pedro Rebollar León: 'Nuestra misión es llevar a tres árbitros a Qatar”

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02.07.2017

A los 14 años aquel pequeño Pedro que jugaba de portero compró su primer librito de reglamento y a los 17 ya empezó a meterse de cabeza en la mente de un árbitro.

Treinta y tres años después, el ya curtido árbitro (se retiró en 2009 siendo asistente), asesor e instructor mexicano Pedro Rebollar León, desembarca en la Comisión de Arbitraje de la Fenafuth para reorganizar las arcaicas estructuras del referato nacional. ¿Quién es y qué piensa don Pedro?

Gracias por atender a Zona, don Pedro. Cuéntenos desde cuándo le sedujo este mundo del arbitraje.

Me hago árbitro cuando me doy cuenta que en la liga donde jugaba mi hermanito menor no había árbitros para dirigir. Yo tenía 17 años y jugaba de portero en un equipo que tenía mi papá.

O sea que le atrajo el tema desde pequeño, ¿eh?

A los 14 compré mi primer reglamento de fútbol porque era el capitán, pero no para protestar sino para saber qué me indicaban los árbitros...

Y a los 17 dice: “El arbitraje es lo mío”.

Sí. Y fue un año difícil porque estudiaba el bachillerato en la semana, los sábados cumplía mi servicio militar obligatorio y los domingos arbitraba. Pero le metí muchas ganas y acá estoy.

¿Lo más gracioso que vivió en una cancha?

En un partido de Primera A choqué con Juvenal Patiño y me dolió mucho. Terminando el juego se me acerca Juvenal y me dice que todavía sentía dolor y que no pensaba que un árbitro tuviera tanta fuerza. Creo que le dolió más a él... ja, ja, ja.

Bueno, esa vez chocó con Juvenal Patiño, pero en 2007 estuvo en una final de clubes dirigiendo a Gattuso, Battaglia, Seedorf, Palermo, Maldini. ¿Cómo estuvo ese partido entre tantas estrellas?

Por primera vez me tocó vivir un fútbol de estrellas, de magia, algo que solo por tele había visto y que nunca olvidaré. Fue un Milán-Boca.

Imagínate ver a un Kaká tocando de tres dedos. Recuerdo que arbitralmente se tomó tres decisiones importantes: primero, dos expulsiones muy ajustadas, que incluso hoy serían solo para amarilla.

Fue un arbitraje muy “reglista” de mi gran amigo Marco Antonio Rodríguez. Y lo último es que permití el 2-4 a favor de Boca Júniors, que todavía hoy no está claro si interfiere al adversario o no.

¿Su peor tarde?

Fue un Celaya contra Toluca en el 99, justamente mi último juego como árbitro: permití dos goles con la mano de Claudio Saturnino Cardozo y lo peor es que las miré y todavía peor es que consideré que no eran deliberadas.

Estaba mal ubicado y me equivoqué rotundamente. Algo me pasó ese día, fue una total desconcentración.

¿Y como asistente?

¡Uf!, varios. En un Pumas-América Cuauhtémoc Blanco recibe el balón como medio metro adelantado, se voltea y anota un golazo. Lo permití. La televisión nos desviste y nos permite observar nuestros errores, entonces ahora entrenamos hasta para ganarle a la cámara.

Aunque ahora está el VAR, ¿no es así?

Efectivamente. Hay mayores elementos que le dan al árbitro la posibilidad de equivocarse lo menos posible, algo que en mi época no existía.

¿Con el VAR qué papel tendrán los asistentes?

Cada asistente está en competencia y si se equivocó, aunque el VAR lo salve en ese partido, no será considerado para el siguiente juego.

Para ir terminando su etapa como árbitro, ¿recuerda alguna experiencia con algún hondureño cuando dirigía en México?

Me acuerdo mucho de Carlos Pavón y coincidentemente en ese juego de Celaya-Toluca. Lo expulsé cuando cayó el segundo gol porque me aplaudió... ojalá que no se acuerde de mí... ja, ja, ja.

Futbolísticamente hablando él tenía la razón, porque me había equivocado en el gol de Cardozo. Suerte que fue Carlos Pavón, creo que Raúl Martínez Sambulá me hubiera comido... ja, ja, ja.

¿Qué pasó después de ese juego para el olvido?

Habló conmigo el doctor Edgardo Codesal y me dijo que había sido un mal partido nada más. Me aconsejó que no siguiera como árbitro, porque tenía que luchar contra los Ramos Rizo, los Archundia, los monstruos arbitrales. “¿Por qué no intentas como asistente?”, me preguntó.

Así fue. Al año me dije que si iba a estar como asistente tenía que ser el mejor, me lo propuse y llegué a ser de los mejores. En 2004 llegué a ser Gafete FIFA.

¿Cómo se empieza a involucrar en la parte administrativa?

Sin querer, en octubre de 2009 asistí en Cancún a mi último juego, un Atlante-Morelia. ¿Por qué el último?, porque a la siguiente semana hice una prueba física y me pasé un kilo de peso; entonces me retiré e hice mis cursos de asesor, de instructor y luego empecé a dirigir primero la filial de Jalisco y después la de Aguascalientes.

¿Cómo inician los contactos con la Fenafuth?

En octubre del año pasado en uno de los cursos RAP (Refereeing Assistance Program) de la FIFA, hablamos con Rodolfo Sibrián y me comentó que en Honduras estaban buscando un asesor para los árbitros al cien por ciento; salir de México siempre fue uno de mis objetivos, envié mi hoja de vida y establecimos una relación con José Mejía y Jorge Salomón.

Viajé en octubre al país, ya iba conociendo a los árbitros hondureños y finalmente se concretó todo el 27 de abril de este año. Todo se alargó porque en Fenafuth no encontraban el patrocinador que solventara la parte económica de este proyecto.

¿Estrictamente qué cree que hace falta en los árbitros hondureños?

Veo que trabajan por una hora y media durante tres días a la semana y tiene que ser el doble de tiempo. Y eso empezará ya, el árbitro triunfa si entrena mucho.

¿Técnicamente cuál es el mayor déficit qué encontró en el árbitro nacional?

Debe tener mejores desplazamientos y mejor anticipación del juego, pensar antes de que algo ocurra. El árbitro que triunfa es aquel que está como conejito en todos lados y para eso se ocupa entrenar mucho para tener una condición física enorme.

¿Le ha llamado la atención algún árbitro joven?

A Nelson Salgado siento que no le han dado la oportunidad que se merece; David Cruz, Orlando Hernández tienen buena edad y trabajándolos en medio año nos puedan dar algo importante. Al asistente óscar Tábora, el hermano de Jesús, hay que darle más chance.

¿En otro escalón están Saíd Martínez, Melvin Matamoros, óscar Moncada, Héctor Rodríguez...?

Sí, ya son árbitros hechos. óscar y Melvin demostraron su alto nivel en las finales, pero los dos tienen una edad que se acerca al retiro; volteamos a ver y debemos formar gente exactamente con el parámetro de Saíd Martínez: 26 años y una cualidad física muy interesante.

¿A Rusia es difícil que vaya un juez hondureño?

Sí, porque ya están establecidas las tripletas desde hace un año y no hay ningún hondureño. Ojo, hay una tripleta liderada por el panameño John Pitti en la que están involucrando mucho al asistente Cristian Ramírez y por ahí pudiera ser una opción. La Copa Oro debe ser la mejor vitrina de nuestro arbitraje.

Hay 14 asesores en la Comisión de Arbitraje, pero no todos viajan por falta de presupuesto. ¿Qué hará al respecto?

Hay una reunión con Liga Nacional en la que se pedirá aumento de salario y ahí mismo vamos a solicitar que haya un asesor para cada partido, esa será nuestra principal herramienta.

¿Entonces para el Apertura los árbitros van a ganar más dinero?

Deben. El campeonato debe arrancar con los árbitros ganando más dinero. Cuánto, no sé, pero se debe hablar. Tengo entendido que el último aumento se dio hace más de dos años...

Por ejemplo en México hace cinco años se logró un aumento del 100 por ciento y hace dos años y cuatro meses otro aumento casi del 100 por ciento otra vez. En México se gana muy bien y así debe ser acá, el árbitro debe ser el actor más importante del partido porque cuidará la inversión de los dirigentes.

¿Su misión cuál es en la Comisión de Arbitraje?

A corto plazo tener dos árbitros y dos asistentes que en enero pasen de la Liga de Ascenso a Primera División generando alta expectativa y también dos árbitros y dos asistentes nuevos en FIFA para inicio de 2018 para renovar la planilla. En Qatar 2022 debemos poner una tripleta en el Mundial.

Esa es nuestra planificación y esperamos cumplirla.